Madera de culebrón
Los estrenos de esta temporada han seguido trayendo series de policías (Unforgettable, Prime Supect e incluso Person of Interest), médicos (A Gifted Man)... casi todas ellas además con capítulos autoconclusivos (los famosos procedimental), un género que nunca se fue pero que este otoño ha vuelto con fuerza. La trama serializada exige más esfuerzo por parte de la audiencia y las cadenas estadounidenses no andan precisamente sobradas de paciencia.
De otro tipo de trama serial, en el sentido amplio de la palabra, también hay algunos ejemplos este año y hoy es el turno de dos con madera de convertirse en las series-enganche de la temporada: una con aspiraciones de dramón clásico, la otra directamente inclasificable y que sin saberlo ha nacido con vocación de "placer culpable".
La primera esRevenge, una historia devenganza y lujo en los Hamptons. La historia comienza por el final y se construye a través de contínuos viajes en el tiempo para mostrar el plan de Emily Thorn para limpiar el nombre de su padre y acabar de paso con todos los culpables de su caida expulsión de esta lujosa zona del estado de Nueva York. Su principal objetivo esVictoria Grayson (Madeleine Stowe) apodada como la Reina Victoria, que maneja con mano de hierro las relaciones sociales de su particular reino. A través de la puesta en marcha del plan de Emily, que vuelve a la exclusiva comunidad años después de su expulsión y con aspecto un físico diferente, se van relatando la secuencia completa que da pie a su venganza.
Revenge es un culebrón y hay que tomárselo como tal, si es capaz de mantener el pulso (y contención) podrá consolidarse como una de la series estables de la temporada, sin grandes alardes de audiencia pero con una base sólida. Su principales peligros serán los desmanes propios del género y sus propios actores, que de interpretación llegan un poco justos a la serie. AEmily Thorne (Emily VanCamp, Cinco Hermanos) cuesta un poco imaginársela como la protagonista fría, calculadora con sed de venganza y Madeleine Stowe empieza sobreactuada casi desde el minuto uno. Pero Revenge es lo que es, un divertimento en medio de drama más sesudos.
Algo que no ocurre en Ringer. En la serie de CW entra en juego la curiosidad malsana de ver hasta qué nivel de surrealimo pueden llegar con la trama. Sarah Michelle Gellar vuelve a la televisión para interpretar a dos gemelas. Una de ellas es prófuga con problemas con el alcohol y la otra, una millonaria de Nueva York. Tras años evitándose, se reencuentran tras la huída de la primera que termina además suplantando la identidad de la segunda.
El problema de Ringer no es su argumento, que podría tener un pase... el absurdo viene por todo lo demás: producción cutre (¡esos chromas!) giros de guión en los que el calificativo de previsibles se queda corto y una muy discutible (doble) interpretación deSarah Michelle Gellar. Todos los ingredientes para ser el placer culpable de la temporada. La pregunta es si aguantará en antena (y nosotros viéndola).
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