El informe sobre el atentado contra los 'marines' en Beirut pide una investigación judicial
El informe redactado por una comisión militar especial sobre el ataque suicida contra el cuartel general de los marines en Libano -a cuyo frente estaba el coronel Timothy Gerarthy-, que causó 241 muertos el pasado 23 de octubre, recomienda la apertura de una investigación judicial que podría incluso resultar en un consejo de guerra. Altos funcionarios del Gobierno aseguraron a la cadena de televisión NBC que el almirante retirado Robert Long, jefe de la comisión, y los otros miembros de ésta, concluyeron que el proceso es necesario para determinar si la eventual negligencia contribuyó al atentado. Las primeras filtraciones indican que el informe denuncia "graves fallos en la cadena militar de mando".
El Departamento de Defensa decidió el pasado viernes posponer la publicación del informe, en medio de crecientes indicios de que existe una honda división en el seno de la Administración Reagan sobre cómo utilizarlo. Un portavoz del Pentágono anunció el retraso cuando tan sólo faltaban 30 minutos para el momento previsto para que el texto se diera a conocer. La causa oficial fue que el secretario de Defensa, Caspar Weinberger, necesita más tiempo para revisar el documento y elaborar las recomendaciones a hacer al respecto al presidente. El propio Weinberger dijo más tarde que los aspectos más significativos se harían públicos en cuestión de días.Otros funcionarios del Pentágono dijeron que el retraso es, en parte, el resultado de desacuerdos internos, descritos como altamente críticos para las medidas de seguridad establecidas por la cadena de mando del contingente norteamericano de la fuerza multinacional. Incluso llegaron a dar cuenta de la existencia de divergencias notables entre la Casa Blanca y el Departamento de Defensa, que afectarían, entre otras cuestiones, al uso de los marines como una presencia simbólica, e inicialmente pacífica, en Líbano.
Reabrir un debate
Otro funcionario de Defensa, que no quiso identificarse, afirmó que el consejero nacional de Seguridad, Robert McFarlane, recibió una copia del informe a primera hora del viernes y que, al poco tiempo, pidió a Weinberger que retrasase su publicación. Fue entonces cuando este último aseguró que necesitaba más tiempo para estudiarlo. Funcionarios de la Casa Blanca parece ser que están especialmente interesados en tener la oportunidad de revisar las recomendaciones de la comisión y del propio secretario de Defensa, sobre todo en las cuestiones diplomáticas y de inteligencia que afectan al despliegue de los marines en Beirut.Weinberger y los jefes del espionaje militar, todos los cuales se han opuesto a la utilización de los marines en territorio libanés, parece ser que están explorando las formas de utilizar el informe de la comisión investigadora para reabrir el debate en el seno de la Administración sobre la política norteamericana en Líbano. Fuentes consideradas al tanto del contenido del documento afirman que éste liga la vulnerabilidad física del contingente de marines con la política de estacionarlos como un símbolo del apoyo norteamericano para el establecimiento de un Gobierno central viable. "Se deduce del informe", dijo un funcionario, "que no se puede culpar a los mandos de los marines en Beirut sin encontrar a sus superiores igualmente responsables, y no se puede culpar a los militares sin decir que la política constituye también un factor clave".
En consecuencia, es improbable que Weinberger recomiende que se procese a oficiales concretos. "Puede haber algunas sanciones", dijo una fuente del Pentágono, "pero es improbable que se llegue a consejos de guerra".
Hace unos días, un subcomité de la Cámara de Representantes concluyó que se produjeron "errores de juicio muy serios" en los oficiales al mando directo de las fuerzas norteamericanas, y en la propia cadena de mando, que hizo que los marines fueran vulnerables al ataque.
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