Las cuentas de Los Charlines
Deben más de 36 millones al Estado y a sus acreedores, pero la subasta de sus bienes no bastará para saldar la deuda
La Justicia y la Agencia Tributaria tienen todavía un largo camino por recorrer para que Los Charlines, la más famosa familia de narcotraficantes gallegos, pague hasta el último euro que debe. Pero la que probablemente haya sido la mayor lavandería de dinero que funcionó en la ría de Arousa causará todavía muchos quebraderos de cabeza hasta llegar al final de todos los procesos.
Las multas que adeudan los 19 acusados, entre la familia y sus testaferros, por fraude fiscal y blanqueo superan los 20 millones de euros, sin contar las indemnizaciones que la mayoría arrastra de anteriores condenas por alijos de cocaína que disparan a 16 millones más los números rojos del famoso clan.
El patriarca quiere evitar la venta del chalé en el que vive actualmente
De momento, Hacienda no ha recaudado más que 2,87 millones
No ha sido un proceso fácil llegar a subastar los bienes del grupo cuyo "dirigente intelectual" era el cabeza del clan, Manuel Charlín Gama, según el Tribunal Supremo. Pero con la salida a la venta pública del patrimonio embargado -que no pudo ser decomisado en su totalidad por falta de pruebas- no se cierra el último capítulo de la historia de Los Charlines porque al clan le quedan todavía muchas cuentas por saldar.
Unas cantidades que evidentemente no quedarán liquidadas con la recaudación de las subastas que comenzó a realizar la Agencia Tributaria el pasado año. Hacienda ha sido la encargada de vender una parte de este abultado patrimonio y con buenos resultados, pese al bajón del mercado inmobiliario y la depreciación que han sufrido algunas propiedades por el tiempo transcurrido desde su intervención en 1996, cuando fueron tasadas en 30 millones de euros.
Una excelente oportunidad para los inversores, según los resultados de algunas ventas y adjudicaciones directas que se han cerrado por debajo del precio de salida. El pazo de Vista Real, por ejemplo, con 37.000 metros cuadrados de finca, salió a subasta en 2 millones de euros pero su precio final bajó a la mitad cuando lo adquirió el Ayuntamiento de Vilanova bajo amenaza de expropiación tras haberse presentado otras ofertas.
No ha sido el caso de las dos bateas vendidas recientemente. Una incluso se subastó triplicando su precio de salida, el mejor indicador de los vaivenes del mercado y la pujanza del sector mejillonero a pesar de la crisis.
Ahora el alcalde de A Illa, Manuel Vázquez, ha confirmado que se suma al carro de las ofertas para hacerse con una estratégica parcela de 1.000 metros cuadrados emplazada en su territorio que destinará a equipamientos pesqueros y cuya subasta quedó desierta. "Pero aquilataremos el precio, estamos en crisis", apunta el regidor.
Por el momento se han recaudado 2.870.742,75 euros, una cantidad que no llegaría siquiera para saldar la deuda pendiente de propio Manuel Charlín, que es de 4,6 millones de euros, sumando todas las multas que tiene pendientes por narcotráfico y blanqueo, solo superada por la de su hija Josefa, de 7,7.
El embargo patrimonial contra Los Charlines fue la primera y mayor operación contra el lavado de pesetas que se hizo en España en la década de los noventa y llevó 11 años resolverla en los tribunales. Pero esta fue solamente la primera parte, porque el pasado año una segunda intentona judicial, la operación Repesca, permitió intervenir una buena proporción de lo que no pudo decomisar la Justicia en 2007.
Y es que la última palabra del Supremo sobre el minucioso trabajo que se hizo durante tantos años de intervención judicial fue en realidad un varapalo; "una desgracia", en palabras del propio jefe de la Fiscalía Antidroga de la Audiencia Nacional, José Ramón Noreña. La sentencia en casación puso patas arriba el fallo anterior hasta el punto de que Los Charlines hubieran podido recuperar sus bienes de haber pagado las multas.
Fue entonces cuando la Justicia puso en marcha un plan B para llevar a la familia Charlín de nuevo al banquillo. Con la operación Repesca esperan saldar, si no todas, gran parte de las deudas pendientes pero, sobre todo, abrir otro camino legal para volver a embargar las propiedades que el clan pudo recuperar pujando en las subastas y confiscarle el mucho dinero que aún le quedaba. Un proceso que también será un suma y sigue en la contabilidad de las multas.
Ahora, la Agencia Tributaria se prepara para subastar los bienes a nombre de sociedades y luego comenzará a vender las propiedades particulares del clan. Es el caso del chalé donde actualmente vive Manuel Charlín a pesar de sus insistentes peticiones a la Audiencia Nacional para evitarlo. Quedan otras mansiones que podrían tener el mismo final, las que habitan sus hijos, algunas perfectamente amuralladas, donde se han levantado pequeñas réplicas de villas romanas con esculturas incluidas.
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