Adele, el gran icono musical de nuestros tiempos
La cantante británica volvió al ruedo tras cuatro años de silencio. Su disco '25' batió todos los récords y se prepara para una gira mundial sin precedentes
Indiscutiblemente, Adele es la protagonista musical del año. Tras cuatro años de silencio discográfico, su último álbum, 25, publicado a mediados de noviembre, ha hecho historia al batir todos los registros de ventas, dejando pequeñas las grandes expectativas que ya se habían generado cuando se supo que la cantante británica abandonaba su retiro voluntario, con su hijo Angelo y su marido Simon, para volver al estudio de grabación y a los escenarios. En este sentido, el futuro más inmediato se presenta igual de halagüeño, o incluso mejor: se espera que en las navidades se disparen aún más las ventas mientras Adele protagonizará en 2016 una gira mundial sin precedentes en su carrera.
Solo por estos hechos el mérito de la poderosa intérprete de voz nostálgica es sobresaliente. Pero, a decir verdad, su mérito se podría calificar de descomunal. Adele ha roto todas las marcas con estrategias del pasado: a estas alturas, con el streaming revolucionando la escucha musical y dando aire a la maltrecha industria discográfica, 25 solo está disponible en formato físico, en las tiendas y centros comerciales de toda la vida. Al contrario que las grandes estrellas del negocio, no está ni en Spotify ni Apple Music ni ninguna plataforma. Además, se han utilizado medios tradicionales, como la radio o la televisión, para estrenar el sencillo Hello mientras otras celebridades, como Beyoncé, Justin Bieber o Miley Cirus, adelantan su material por Instagram o canales de vídeo digital.
Pero hay otro elemento a tener en cuenta, tal vez el más importante. Todo lo que gira en torno a Adele, a pesar de los intentos de la prensa sensacionalista británica de inmiscuirse en su vida privada, tiene que ver principalmente con la música, con sus canciones, que combinan el aire de pop de los 60 en la línea de Carole King con el R&B de baile contemporáneo. Tiene que ver con su magnética figura artística, tan distinta del modelo de belleza imperante, tan alejada del exhibicionismo y la provocación fácil. Una figura que apasiona a millones de oyentes de todas las edades, trascendiendo territorios. Con su imagen tan genuina y exclusiva, con esa hábil combinación retro moderna, pero también con sus baladas sentimentales y sus celebradas alegorías de pop easy listening, Adele se ha erigido como el gran icono mundial de la música de nuestros tiempos, recogiendo el testigo que antes ostentaron, entre unos pocos, Michael Jackson o, en menor medida, Whitney Houston. Es una figura musical en otra dimensión. La suya propia.
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