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Rusia reúne a independentistas de todo el mundo mientras reprime a tártaros o causásicos

Catalanes, texanos, puertorriqueños o de Lombardía participan en una conferencia financiada en parte con dinero estatal

Pilar Bonet
El representante de Yes California Independence Campaign (izquierda), Louis J. Marinelli, con organizadores del foro en una imagen de su cuenta de Twitter.
El representante de Yes California Independence Campaign (izquierda), Louis J. Marinelli, con organizadores del foro en una imagen de su cuenta de Twitter.

Representantes de diversos movimientos independentistas se reunieron el domingo en Moscú por segundo año consecutivo en una conferencia organizada por el Movimiento Antiglobalización de Rusia (MAR). Como en 2015, a la conferencia no fueron invitados independentistas procedentes del norte del Cáucaso, tibetanos, tártaros, kurdos o pueblos de la ex Yugoslavia.

Este año, el evento se celebró en un lujoso hotel de la capital, y no, como estaba previsto inicialmente, en un hotel perteneciente al departamento de intendencia del Kremlin, que fue el escenario de la cita en septiembre de 2015. La conferencia fue financiada en un 30% con dinero procedente de una beca estatal de 3,5 millones de rublos (cerca de 49.000 euros), según confirmó el jefe del movimiento Antiglobalista, Alexander Iónov.

En virtud de una enmienda introducida en el Código Penal en 2014, tras la anexión de Crimea, los tribunales rusos pueden castigar con penas de de hasta cinco años de cárcel las manifestaciones públicas (realizadas utilizando medios de comunicación) que insten a “acciones dirigidas a perturbar la integridad territorial de la Federación Rusa”.

Entre los grupos invitados al evento estaba Solidaritat Catalana, representado por el secretario de esa formación, J. Enric Folch Vila, quien asistió también en 2015. El Movimiento Antiglobalización de Rusia cursó invitaciones a la CUP en Cataluña y al Partido Nacionalista Vasco, en Euskadi, pero “ninguno de estos dos destinatarios contestó”, afirmaron fuentes de los organizadores de la conferencia.

Folch Vila informó a los reunidos de los planes para el referéndum sobre la independencia de Cataluña y expresó su esperanza poder acudir a la cita del año próximo “hablando en nombre de Cataluña como un país independiente”.

La novedad de este año fue la presencia de un representante del Movimiento Nacionalista de Texas, Nate Smith, quien reivindicó el derecho de autodeterminación de aquel territorio norteamericano. Smith consideró posible que los territorios secesionistas de países desarrollados tengan acceso a la independencia por la ““vía pacífica” y señaló que el referéndum británico debía ser un “ejemplo para todos”. Otros participantes representaban el movimiento Yes California Independence Campaign, el “Estado Nacional Soberano de Borinken” (Puerto Rico), la Lega Nord de Lombardia (Italia), El Frente Polisario, el Partido democrático del Líbano, el territorio del Alto Karabaj (enclave armenio en territorio que oficialmente pertenece a Azerbaiyán), el movimiento de renacimiento de los Talish (región de Azerbaiyán fronteriza con Irán), así como del Sinn Féin (Irlanda) y de la República del Transdniéster, en Moldavia.

Uno de los temas recurrentes este año fue el Brexit británico, convertido en un motivo de inspiración para muchos de los asistentes. El diputado de la Duma Estatal de Rusia, Mijail Diktiriov, del partido Liberal Democrático del populista Vladímir Zhirinovski, afirmó que la Unión Soviética se vio “fragmentada de forma ilegal” ante el “aplauso de la comunidad internacional”.

“Mil millas de montañas y desiertos nos separan del resto de la población de EEUU”, dijo el representante de Yes California Independence Campaign Louis J. Marinelli, según el cual los californianos son “una nación diferente del resto de EE UU”. Marinelli abogó por un referéndum para “decidir sobre la independencia o seguir en USA” al margen del resultado de las elecciones presidenciales en su país. “California subvenciona a otros estados” de EE UU en detrimento de sus intereses”, afirmó.

“Estos grupos son parte de nuestra política exterior”, comentaba informalmente a esta corresponsal un veterano politólogo que acudió a “tomar el pulso” al ambiente de la conferencia. “Hoy en día, para Rusia también los marginales son un canal de influencia en el mundo”. Y añadió : “Cuando estos marginales se manifiesten frente a la embajada de EE UU en alguna capital europea, nuestras televisiones irán a filmarlos”.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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