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Benedetti será asesor directo de Petro y tendrá un despacho cercano al suyo

El jefe de campaña de la izquierda había asegurado que se retiraba por encontrarse en un proceso de rehabilitación de drogas, pero por sorpresa ha anunciado este nuevo cargo después de reunirse con el presidente

Gustavo Petro, Laura Sarabia y Armando Benedetti
Laura Sarabia, Gustavo Petro y Armando Benedetti durante una reunión en Bogotá.Presidencia de Colombia (EFE)
Juan Diego Quesada

Armando Benedetti tiene mil vidas políticas, nunca muere. Hace unos días escribió una carta, dirigida al presidente, en la que anunciaba que era el momento de apartarse de su cargo como embajador ante la FAO para dedicarse a “temas personales” y a cuidar de su “salud”, lo que daba a entender que estaría un tiempo apartado de la vida pública. Nada más equivocado. Este lunes se ha presentado por sorpresa en la Casa de Nariño, la residencia presidencial, y ha mantenido un encuentro a puerta cerrada con Gustavo Petro. Al salir, ha anunciado que será asesor directo del presidente y que tendrá un despacho en la tercera planta, cercano al suyo.

El entorno directo del presidente ha confirmado a este periódico que será así, aunque le ha restado trascendencia: “Sí, lo tendrá, pero como varios de los asesores de Palacio”. En cualquier caso, el regreso de Benedetti al círculo más cercano de Petro ha provocado un terremoto en la política colombiana. Nadie esperaba un desenlace como este. Benedetti libró una batalla pública con Laura Sarabia, la número dos de Petro, al sentirse relegado por haber sido nombrado embajador en Caracas y no ministro, después de su papel fundamental en la campaña electoral.

Benedetti filtró que la niñera de Sarabia había sido sometida a una prueba de polígrafo por la desaparición de un maletín con dinero y después le pasó unos audios a la revista Semana en los que insinuaba tener trapos sucios del Gobierno: “No es mamando gallo (bromear), no es amenaza, porque tú me conoces (le dice a Sarabia por teléfono). Yo no me voy a dejar mamar gallo, Laura, te lo juro por la vida de mis hijos que no pasará nunca. Nos hundimos todos. Nos acabamos todos. Nos vamos presos, acabamos toda en la hijueputa verga”.

Benedetti y Sarabia fueron destituidos por toda esta telenovela que fue portada de los medios de comunicación. Sin embargo, Sarabia, muy estimada por Petro, regresó al Gobierno y poco después fue nombrada directora del Dapre, la entidad que se encarga de los asuntos de Presidencia, desde donde funge como persona de auténtica confianza del presidente. Benedetti, más tarde, fue nombrado embajador ante la FAO, con sede en Roma, en febrero de este año. Parecía ser ya su destino definitivo en este periodo presidencial, pero su vida es imprevisible y el que haga apuestas lleva las de perder.

“Seré asesor del presidente en temas políticos”, dijo minutos después de salir de la reunión con Petro, a la que se sumó al final Laura Sarabia. La foto de los tres, en sofás diferentes, cara a cara, es una de las estampas de este cuatrienio. En la carta y en una entrevista con Semana dijo que estaba en un proceso de rehabilitación en una clínica de desintoxicación de drogas y alcohol en Mazatlán, Sinaloa, pero hoy aclaró que ya lo acabó, después de 35 días. El internamiento de Benedetti no era conocido.

Cuando le han preguntado los periodistas por ese tratamiento, ha dicho: “Eso fue un esfuerzo muy grande que alcancé a hacer, estuve 35 días internado en una clínica de rehabilitación. Lo hice porque el tema de la adicción al alcoholismo me había ganado mucho terreno y lo hice con base en una decisión familiar, y con base a mi estado de salud”. Aprovechando ese concepto, ha añadido que su relación con Sarabia también se encuentra en “rehabilitación”, con la que ha dicho querer trabajar “en equipo”. “Renacer, renunciar a algunas cosas y recuperar el pasado”, ha añadido sobre lo que significa trabajar de nuevo con ella. ¿Cuándo empieza? “Mañana”.

De lo que se dijo en la reunión no ha dado mayores detalles: “Hablé un largo tiempo con el presidente, entendiendo y buscando descripción más que análisis de todo lo que estaba sucediendo (...) Se necesita más experiencia de relacionamiento con el Congreso. No es de politiquería ni mermelada [dar dinero público a los congresistas para que te apoyen], como a veces tontamente se quiere decir. Hay que relacionarse con el Congreso, que es un ente y un pilar del Estado. Por lo tanto, hay que tener Congreso para gobernar y buscar el cambio”.

Benedetti tiene varios procesos abiertos en la justicia por corrupción y enriquecimiento ilícito, pero en ninguno de ellos ha sido condenado después de ocho años de investigaciones. La Cancillería, sin embargo, le tiene abierta otra indagación por un supuesto caso de malos tratos contra su esposa en Madrid, un asunto que fue atendido por la policía española. “No hay elementos para que haya un proceso disciplinario”, se ha defendido.

Ha declarado que en ningún momento se alejó del presidente, del que ha hablado como un amigo. “Siempre he tenido una continuada amistad con el presidente de la República, un continuo contacto”, ha dicho. Sobre su sueldo, a una pregunta que le ha parecido indiscreta por parte de un periodista, ha respondido: “En principio estoy viendo si lo hago como contratista o servidor público. Es una decisión que tengo que tomar en las próximas 24 horas, pero voy a ganar un 30% menos de lo que gano como embajador. O sea que tranquilo [ha dicho mirando al reportero]”.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.
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