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Los libros de deporte también son literatura

Un repaso por los mejores títulos con temática deportiva, en el año en el que la Feria de Madrid los convierte en su tema central “como metáfora de la vida”

Libros de deportes
JOSÉ A. RODA
Alex Martínez Roig

Al fondo a la izquierda.

Allí estaba la sección de Deportes de EL PAÍS cuando me incorporé al periódico. Bien al fondo, y bien a la izquierda, como los lavabos en los bares, o como las secciones de libros de deportes en las librerías. En el último rincón, lejos de los que cuentan el poder del dinero, de la cultura o de la política. Allí nos sentábamos unos cuantos jóvenes curiosos, muy libres, porque nadie entendía mucho de deportes, o porque éramos la última de las preocupaciones de la Dirección. Podíamos ensayar cualquier género (entrevista, opinión, crónica, reportaje ambicioso) sin miedo a errar. Y contábamos con armas poderosísimas que sólo el deporte garantiza a diario: emoción, incertidumbre, y personajes que sobreviven entre el drama y la épica. Estábamos muy cómodos.

Este año, de repente, sin entender mucho por qué, la Feria del Libro de Madrid ha sacado de la periferia al deporte, un sector que aún genera ventas más bien escasas en la industria literaria, y lo ha situado en el centro del escenario. La justificación es débil: este es un año con juegos Olímpicos y con Eurocopa de fútbol. Y la idea es “utilizar al deporte como metáfora de la vida”, dice la directora de la Feria, Eva Orúe, que ha anunciado decenas de mesas redondas con escritores como Richard Ford, Sergio del Molino o Leila Guerriero; unos por sus personajes otros por su afición a correr o nadar. Se podría haber elegido a los libros de Cocina, y esos mismos escritores podrían hablar de su relación con la comida o de sus recetas preferidas, pero ya que le ha tocado al deporte, estaría bien aprovecharlo.

Aceptado el reto. Esta es una selección de libros de deportes, distribuidos en secciones tradicionales de una hipotética librería virtual. La lista ni es exhaustiva ni puede ser considerada un canon; seguro que faltan muchos. Con ellos he disfrutado, me he emocionado, he aprendido, he viajado, he sentido pavor, he llorado o me he reído. Olviden que son de deportes. Cuentan buenas historias, todo lo que todos le pedimos a un libro. En el paseo por esta librería virtual, nos van a acompañar algunos de los valientes que apuestan por una pareja de baile atípica en España: los deportes y los libros.

1

Narrativa

Correr, de Jean Echenoz. Una biografía novelada del atleta checoslovaco Emile Zatopek, con una escena sublime: castigado a ser basurero por su apoyo a Dubcek, Zatopek trota tras el camión de basura por las calles de Praga sin que sus compañeros le permitan humillarse recogiendo la basura, mientras sus compatriotas le aplauden cuando pasa por sus calles.

El periodista deportivo, de Richard Ford, el inicio de la saga de Frank Bascombe. Gambito de dama, de Walter Tevis, la novela sobre la genial ajedrecista Beth Harmon, publicada en 1983 y un éxito en Netflix en 2020. Saber perder, David Trueba trenza varias tramas (una de ellas protagonizada por un joven futbolista argentino) sobre el temor a fracasar o a defraudar. La pequeña comunista que no sonreía nunca, de Lola Lafon, una biografía novelada de la gimnasta Nadia Comaneci. Muerte Súbita, de Álvaro Enrigue, una ambiciosa y divertida historia construida alrededor de un partido de tenis en el siglo XVI en la Plaza Navona de Roma, entre el pintor Caravaggio y el poeta Quevedo.

“La etiqueta de libros de deporte es un monstruo que hay que romper. Es inabarcable”, dice Emilio Sánchez, responsable de Libros del KO, una de las editoriales que más apuesta por el deporte en su catálogo. “El deporte no está reñido con la buena escritura, la vieja idea de que el fútbol es pan y circo ya no existe”, apunta Sánchez. “Nuestra generación, los nacidos en los setenta y ochenta, nos hemos criado leyendo artículos de Javier Marías, Enric González, Julio César Iglesias, Jorge Valdano o Santiago Segurola, o escuchando El Larguero de sus inicios, desenfadado y alegre, o viendo El Días Después con Michael Robinson. No tenemos prejuicios cuando buscamos un buen libro”.

2

Historia

Seabiscuit, de Laura Hillenbrand. Cómo un caballo de carreras pequeño, patizambo y vago, se convirtió en el héroe de la América de la Gran Depresión. Es una historia de cuatro perdedores: el propio caballo; Tom el mudo, un veterano preparador forjado en un viejo Oeste que ya no existe; un jinete que duerme en las caballerizas, lee a Shakespeare, y está ciego de un ojo por una pelea de boxeo; y un propietario amargado por la muerte de su hijo de 15 años al volante de uno de los coches que le convirtieron en multimillonario.

El peón, de Paco Cerdà: cómo los peones de este mundo influyen en la Historia con mayúsculas utilizando como hilo conductor las vidas de los ajedrecistas Arturo Pomar y Bobby Fisher. Plomo en los bolsillos, de Ander Izaguirre, un repaso a 17 episodios delirantes del Tour de Francia. El campeón prohibido, de Darío Fo, donde el Premio Nobel narra la historia de Johann Trollmann, el boxeador alemán que murió en un campo de concentración, castigado por el nazismo por su origen gitano. Cuando éramos los mejores, de Jackie MacMullan, sobre el primer gran duelo de la NBA entre Larry Bird y Magic Johnson. El partido, de Piero Trellini, la minuciosa reconstrucción del Italia-Brasil del Mundial de 1982 en España, considerado como uno de los mejores partidos de la historia.

“Es curioso que España sea una de las grandes potencias del deporte mundial y que, sin embargo, tenga una producción de libros deportivos tan escasa”, reflexiona John Carlin, autor de Factor Humano, la historia de cómo Nelson Mandela utilizó el Mundial de Rugby para unir a las comunidades blanca y negra de su país. “No sé si el problema es que los autores de calidad consideran que el deporte no es un tema digno de su pluma, o sea, una curiosa variante de esnobismo. En el Reino Unido, los libros de deportes cuentan con mejor fama que aquí, están bien situados en las librerías, no hay jugador de fútbol que se precie que no tenga su biografía publicada, e incluso hay un premio muy prestigioso para el mejor libro de Deportes del año: el William Hill Sports Book of the Year. Puedes leer a Salman Rushdie hablando de su pasión por el Tottenham, o a Paul Auster dialogando con Coetzee sobre sus ideas sobre el deporte, en su libro epistolar Aquí y ahora. Sin complejos”, concluye Carlin.

El ex campeón de boxeo de peso pesado Muhammad Ali, sentado en su casa de Chicago y leyendo un libro en 1968.
El ex campeón de boxeo de peso pesado Muhammad Ali, sentado en su casa de Chicago y leyendo un libro en 1968.Bettmann Archive / CORBIS / GETTY IMAGES

3

Biografías

Open, de André Agassi, escrito por el premio Pulitzer JR Moehringer. Comienza como un libro de Stephen King: “Abro los ojos y no sé dónde estoy, ni quién soy. No es algo tan excepcional. Llevo media vida sin saberlo. Aun así, esta vez me parece distinto. Es la confusión, me da más miedo, es más total”. Y termina con como una comedia romántica, cuando Agassi y su mujer, Steffi Graf, que han llegado a odiar el tenis, se reconcilian con él acudiendo a jugar a una pista pública de Las Vegas a 14 dólares la hora, ante la incredulidad del taquillero.

El silencio del héroe, los retratos de Gay Talese de Joe Louis, Floyd Patterson o Muhammad Ali visitando a Fidel Castro. El Rey del Mundo, de David Remnick, una biografía extraordinaria de Muhammad Ali. A pulso, de Paulo Alonso y Antón Bruquetas, la historia de superación del triatleta Javier Gómez Noya, “la primera biografía de un Superhéore”, como la define Manuel Jabois. Todo Messi y más, de Jordi Puntí, una detallada aproximación al fenómeno argentino. Once anillos, de Phil Jackson, los años convulsos y exitosos del maestro del Zen, junto a Michael Jordan o Kobe Bryant. La trilogía sobre Guardiola (Herr Pep / Metamorfosis / Dios salve a Pep), de Martí Perarnau, un largo trabajo de 10 años sobre la figura de uno de los entrenadores más legendarios del fútbol europeo. Rafa. Mi historia, de John Carlin, un libro publicado hace 13 años, que sigue siendo el retrato más completo y complejo de Nadal, el mejor deportista español de la historia.

4

Ensayos

Fiebre en las gradas, de Nick Hornby. Un clásico ya. El relato personal sobre la relación de amor entre un fan y su club, en este caso el Arsenal. “Pido tolerancia para quienes describimos un logro puramente deportivo como el mejor momento de nuestras vidas. No es que nos falte imaginación, ni tampoco llevamos una vida yerma y triste; lo único que sucede es que la vida real es más tenue, más apagada y contiene un potencial menor para entrar en un delirio inesperado”.

De que hablo cuando hablo de correr, la íntima relación del escritor japonés Haruki Murakami con “el sufrimiento como opción”. Unico grande amore, Toni Padilla se embarca en un viaje por Italia con el fútbol como guía. El fútbol a sol y sombra, de Eduardo Galeano, genial homenaje al fútbol alegre y descarado. Historias del Calcio, de Enric González: Italia se explica mejor escribiendo de fútbol, la tesis del entonces corresponsal en Roma de EL PAÍS. El tenis como experiencia religiosa, de David Foster Wallace, desenfadado e irónico, se pone serio cuando habla de que Federer “eleva el tenis a arte”. Surf, años salvajes, de William Finnegan, un viaje iniciático en busca de la ola perfecta, Premio Pulitzer en 2016.

“No puedo evitar seguir escribiendo de fútbol”, reconoce Galder Reguera, autor, entre otros, de Hijos del fútbol, un relato de amor intergeneracional hacia el fútbol. “Necesito contarme a través de él, mis angustias, mis alegrías”. Es un caso singular, porque, además de ser un autor reconocido, Galder Reguera dirige el Área Cultural de la Fundación del Athletic, que organiza anualmente un Festival de Literatura y Fútbol, y un Club de Lectura con jugadores del primer equipo: el último, el central Vivian, que eligió hablar sobre Metamorfosis, de Kafka. “Es verdad que muchos escritores no sienten que tengan algo que decir sobre el deporte”, dice Reguera, “creo que aún hay gente que considera que son mundos antagónicos, pero es un error: muchos hemos llegado el fútbol leyendo, a través de las crónicas de los partidos, por ejemplo”.

La tenista rusa Maria Sharapova, entonces de 17 años, lee un libro antes de practicar en el All England Lawn Tennis Club de Wimbledon, Londres, en julio de 2004.
La tenista rusa Maria Sharapova, entonces de 17 años, lee un libro antes de practicar en el All England Lawn Tennis Club de Wimbledon, Londres, en julio de 2004.PA Images / Alamy / CORDON PRESS

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Suspense

Tocando el vacío, de Joe Simpson. El relato angustioso de cómo el autor se partió la tibia y se cayó al abismo en un descenso en los Andes, y, dado por muerto por su compañero, se arrastró por el glaciar durante 3 días, sin agua ni comida, hasta llegar al campamento base.

Mar remoto. Derek Lundy describe con enorme tensión la Vendée Globe de 1996, la regata en solitario alrededor del mundo más peligrosa, con olas de 6 pisos, vientos huracanados e icebergs enormes. De los 12 participantes, seis llegaron a puerto, 6 se retiraron, 3 fueron rescatados por hundirse sus barcos y uno desapareció sin dejar ni rastro. Mal de Altura, de Jon Krakauer, la terrible expedición comercial al Everest en la que murieron cinco escaladores, contada con detalle y pulso. Cita en la cumbre, de Juanjo San Sebastián, un relato honesto y emocional sobre la escalada al K2 que le costó la muerte a su amigo Antxo, y la amputación de 8 dedos por congelación al autor.

6

Economía

Moneyball, de Michael Lewis, llevada al cine con Brad Pitt como el tipo que cambió la historia del béisbol basándose en las estadísticas de los jugadores.

“Las ventas en España de libros relacionados con el deporte no tienen nada que ver con las de otros países europeos”, explica Carlos Ramos, responsable de la editorial Córner, especializada en el tema. “En el Reino Unido, la biografía de Alex Ferguson, ex entrenador del Manchester United, superó el millón de ejemplares. El mercado en España es muy diferente; no hay superventas, pero los libros se mantienen durante muchos años: son longsellers”.

7

Humor

Puro fútbol, de Roberto Fontanarrosa, los 24 cuentos de uno de los grandes escritores argentinos. Sueños de golf, de John Updike: el mejor relato, su encuentro con un huraño caddie escocés con el que acaba discutiendo su divorcio.

8

Ciencia

Cómo hacer un coche, de Adrian Newey, la fascinante biografía del mejor diseñador de bólidos de la historia.

9

Crecimiento personal

Los últimos días de Roger Federer, de Geoff Dyer, una lúcida reflexión sobre el paso del tiempo. Togo, de Óscar de Marcos, el viaje que le cambió la vida al entonces joven jugador, y ahora veterano capitán, del Athletic de Bilbao. Bájame una estrella, de Miriam García Pascual. Un relato emocionante y bellísimo sobre el amor a la montaña y a la libertad, manuscrito entregado justo antes de iniciar la expedición al Himalaya donde Miriam, una de las primeras mujeres montañeras, encontró la muerte a los 26 años. Gregario, de Charly Wegeliu, el ciclista que nunca ganó nada cuenta la dura vida del ciclismo desde dentro. El legado, de James Kerr. Cómo los All Blacks se reinventaron desde la humildad para volver a ser el mejor equipo del mundo de rugby. Primera medida: un veterano y un novato tienen que barrer el vestuario después de cada entrenamiento o partido.

Una mujer lee un libro en las gradas vacías del green 18 mientras antes de la segunda ronda de práctica para el 90º Campeonato de la PGA, el 5 de agosto de 2008 en Bloomfield Township, Michigan.
Una mujer lee un libro en las gradas vacías del green 18 mientras antes de la segunda ronda de práctica para el 90º Campeonato de la PGA, el 5 de agosto de 2008 en Bloomfield Township, Michigan.KAREN BLEIER (AFP / Getty Images)

10

Relatos breves

Hooligans ilustrados, 31 autores diferentes (Enrique Ballester, Enric González, Marta San Miguel, Ander Izaguirre, Manuel Jabois, Toni Padilla, Lucía Taboada, Ignacio Martínez de Pisón...), cuentan, cada uno a su manera, la pasión que les une a su equipo local. El descuento. 100 relatos de fútbol más allá del partido, de Panenka, con textos de Juan Villoro, Sergi Pàmies, Belén Gopegui, Enrique Vila Matas….

Como habrán podido deducir con esta lista, la presencia de mujeres es escasa. Patricia Cazón, autora de Las mujeres salmón, la historia oral de las mujeres pioneras y de cómo desafiaron a un mundo que las ignoraba, cree que la casi nula presencia de mujeres en las redacciones, ha provocado que el deporte femenino haya sido casi clandestino. “Ahora se empiezan a valorar los logros y la lucha de las mujeres en el deporte, estamos al principio de un gran cambio”, dice. “Cuando me propusieron escribir un libro sobre fútbol”, dice Marta San Miguel, autora de Una forma de permanencia, sobre el Racing de Santander en la serie Hooligans Ilustrados, “me pareció una anomalía, porque había crecido sólo escuchando a hombres. Ahora ya no hablamos de excepciones, sino de cierta normalidad. Porque sigue siendo subrayable que un libro de deportes sea escrito por una mujer”.

11

Mesa de novedades

Nocturno de tenis, de Luis Torres de la Osa, reflexiones sobre la vida, con el tenis como excusa. La tribu vertical, de Borja Bauzá, una radiografía de los hooligans de nuestra Liga. Rayografía, de Nicolás Casariego, un año entero siguiendo al Rayo Vallecano con toneladas de buen humor. 366 historias y más de los JJOO, Alfredo Relaño elabora un repaso entretenido de pequeñas y grandes historias olímpicas.

Ander Izaguirre es autor, junto a Zuhaitz Gurrutxaga, de Subcampeón, uno de los libros de deportes que más ruido ha generado este año. Narra la terrible experiencia (ansiedad, TOC, miedos) de Gurrutxaga, cuando era jugador de la Real Sociedad. “Es una historia muy trágica contada con mucho humor. Pero Zuhaitz ha tardado 20 años en reírse de lo que le pasaba”. “Mis orígenes no están en el deporte, pero no hay otro ámbito que genere una materia prima tan extraordinaria para desplegar toda la gama de los comportamientos humanos: historias maravillosas, épicas, traiciones oscuras. La gente lo da todo, es comedia y drama”, cuenta Izaguirre, que está convencido de que “se le está dando la vuelta al viejo cliché de superioridad intelectual que denostaba a las historias de deportes”.

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.
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