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RCD ESPANYOL | EN UN PERIQUETE
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Chen o no Chen

Empresario de éxito fabricando juguetes que funcionan con control remoto, Mr. Chen se dispone a dirigir al Espanyol desde la China, estamos expectantes por iniciar esta aventura

Hernán Pérez, en el partido ante el Eibar.
Hernán Pérez, en el partido ante el Eibar. ALEJANDRO GARCÍA (EFE)

Primero fueron los titiriteros y el terrorismo, luego la poetisa Dolors Miquel y la religión, ahora le ha llegado el turno a Charles Bukowski, cuyos versos por las calles de Barcelona han herido la sensibilidad de la policía y del Gobierno, como si los bardos no hubieran venido a este mundo a molestar, a buscar las cosquillas, a hacernos reír. Habrá que rescatar la doctrina Fernán Gómez-Labordeta-Rubianes, la doctrina de los cómicos, y mandar a los censores a la mierda. Es lo que va a hacer Mr. Chen con la mitad de la plantilla españolista y parte de la institución, aunque él lo llame Revolución Cultural, pues si nosotros crecimos con Franco como jefe del estado Mr. Chen nació con Mao Zedong, que tampoco era manco.

Visto que Mr. Chen ocupa el lugar 254 en la lista Forbes de multimillonarios, todo parece indicar que el libro Rojo de Mao y las consignas del comunismo han dejado en su espíritu la misma indeleble marca que en el nuestro la camisa azul, el cara al sol y el cancionero de Lluís Llach, por citar extremos que no se tocan, pero que te dejan definitivamente inútil para el ejército, la virilidad, la sardana y los campamentos de verano, sean en Quintanilla de Onésimo o en la Cerdanya. Sabemos que la pérdida es irremisible, pero ya no hay nada que hacer. Como en la historia de nuestra infancia, hay un momento, no más tarde de los siete años, en que se produce una rareza, y de pronto eres periquito. Entonces no sabes por qué, pero sí sabes que es irremediable. Y la pregunta sigue sin respuesta, como toda buena pregunta que se precie: ¿eres un niño raro y por eso eres del Espanyol? ¿O eres del Espanyol y te conviertes por lo tanto en un niño raro? Son los misterios de la contracultura, de la infancia y del destino.

En todo esto pensábamos el domingo en Cornellà-El Prat mientras escuchábamos a la cantante china Wine Q, que en las previas al partido nos puso la carne de gallina —de gallina industrial, lista para el sacrificio— cuando cantó en un catalán espeluznante Els meus colors, himno periquito que ni fu, ni fa. Es proverbial la capacidad china para la copia, tanto en lo que respecta a tecnología punta como al pulpo a la gallega, así que antes de dos décadas habrá un President de la Generalitat chino y periquito, fin del monopolio de los patricios, crisis terminal de la burguesía catalana, que no podrá soportar tanta rareza y subversión. Al final la lucha de clases la van a ganar los chinos. Chinos y periquitos, los oprimidos.

Empresario de éxito fabricando juguetes que funcionan con control remoto, Mr. Chen se dispone a dirigir al Espanyol desde la China. Estamos expectantes por iniciar esta aventura fascinante. Sabemos que puede acabar mal si Mr. Chen se cansa del juguete porque no obtiene los resultados esperados, porque el Espanyol no es en su esencia una empresa, sino un sentimiento. Aprendemos antes de los siete años, luego lo olvidamos, que el sentimiento no se puede controlar ni remotamente. Si el proyecto fracasa volveremos a Bukoswki. “No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. ¡Maldita sea!”.

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