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La Tierra encadena 12 meses de calor récord: “Estamos jugando a la ruleta rusa con nuestro planeta”

António Guterres, secretario general de la ONU, advierte de que “el final de la era de los combustibles fósiles es inevitable” y pide el veto a la publicidad relacionada con este sector

Habitantes de Nueva Delhi (India) hacen acopio de agua transportada por un camión cisterna durante una ola de calor a comienzos de junio.
Habitantes de Nueva Delhi (India) hacen acopio de agua transportada por un camión cisterna durante una ola de calor a comienzos de junio.Hindustan Times (Hindustan Times via Getty Images)
Manuel Planelles

Es posible que la sucesión de récords de calor ejerza un efecto anestésico en la población, pero el territorio en el que se ha adentrado el planeta debido al ser humano no tiene precedentes cercanos en el tiempo, por intensidad y por la rapidez del cambio. El recién acabado mes de mayo ha sido el mayo más cálido registrado hasta ahora, según ha informado este miércoles el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, de la Comisión Europea. En abril, ocurrió lo mismo. Y en marzo, febrero, enero, diciembre... Los últimos 12 meses —de junio de 2023 a mayo de 2024— han sido los más calientes, al menos, desde que arrancaron las mediciones directas a mediados del siglo XIX (aunque hay especialistas paleoclimáticos que sostienen que hay que retroceder miles de años para encontrar un planeta tan caliente). “Estamos jugando a la ruleta rusa con nuestro planeta”, ha advertido el secretario general de la ONU, António Guterres, quien ha pedido un veto a la publicidad de los combustibles fósiles similar a la del tabaco.

Coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente, Guterres ha organizado un acto en el Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York, centrado en la crisis climática. “Nuestro planeta está tratando de decirnos algo, pero parece que no estamos escuchando. Estamos rompiendo récords de temperatura global y sufriendo las consecuencias”, ha advertido. “Ahora es el momento de movilizarse, actuar y cumplir”, ha asegurado sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ligadas principalmente a los combustibles fósiles.

Además de la reducción del consumo y el incremento de la eficiencia energética, la alternativa que se perfila más claramente para romper la adicción del ser humano al petróleo, el gas y el carbón son las renovables. Los gobiernos se comprometieron en la última cumbre del clima, celebrada en diciembre en Dubái, a triplicar la capacidad renovable mundial para 2030. Aunque el avance de estas energías es muy significativo —empujado por los bajos costes de la fotovoltaica y la eólica— los esfuerzos no son todavía suficientes. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), los planes actuales de los gobiernos llevarán a multiplicar por 2,2 la potencia renovable en 2030 respecto al nivel de 2022.

Aunque la AIE reconocía en un informe difundido el martes que “casi 30 países tienen como objetivo aumentar su capacidad renovable en dos a tres veces para 2030″, esta organización pedía incrementar el ritmo de instalación. Entre los países más ambiciosos en este terreno la AIE ponía como ejemplo China, Estados Unidos, India, Alemania y España.

Vista aérea muestra un barco en el lecho seco del lago Zumpango (México), el 24 de mayo.
Vista aérea muestra un barco en el lecho seco del lago Zumpango (México), el 24 de mayo. Quetzalli Nicte-Ha (REUTERS)

La velocidad e intensidad a las que se desenganche la economía mundial de los combustibles fósiles es clave para evitar que el calentamiento que ya se sufre sea más o menos catastrófico. El problema es que, pese al avance de las renovables, las emisiones mundiales no acaban de caer lo rápido que se requiere porque la humanidad sigue dependiendo en gran medida del petróleo, el gas y el carbón. “Vamos en la dirección equivocada”, ha alertado Guterres en el acto de este miércoles. “El año pasado las emisiones aumentaron un 1%”, ha añadido.

Veto a la publicidad de los combustibles fósiles

En cualquier caso, el secretario general, en un largo discurso, también ha dejado claro que la lógica económica, además de la lucha climática, apunta a que “el final de la era de los combustibles fósiles es inevitable”. A las compañías de ese sector ha pedido que dejen de invertir en petróleo, gas y carbón. A los gobiernos les ha propuesto que veten la publicidad de los combustibles fósiles —que ha calificado como los “padrinos del caos climático”— como hacen muchos países con el tabaco. Por último, ha abogado por que los medios de comunicación y las empresas tecnológicas no admitan más publicidad de esta industria.

Guterres ha comenzado su discurso refiriéndose a los datos de Copernicus, un servicio que partiendo de las mediciones satelitales se ha convertido en los últimos años en un referente en el seguimiento de las consecuencias e impactos de la crisis climática en el mundo. Como ha explicado esta agencia europea, la media de los últimos 12 meses está 0,75 grados Celsius por encima de la media del periodo comprendido entre 1991-2020. Si se amplía más el foco, a la media del período preindustrial (1850-1900), está 1,63 grados por encima.

Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, ha sostenido: “Es impactante pero no sorprendente que hayamos alcanzado esta racha de 12 meses”. Esta concatenación de récords, en la que influyen también algunos fenómenos naturales como El Niño, acabará deteniéndose. Pero el cambio climático seguirá presente y empeorando a un peligroso ritmo mientras no se detengan las emisiones de efecto invernadero. “Vivimos tiempos sin precedentes, pero también tenemos una habilidad sin precedentes para vigilar el clima”, ha remachado Buontempo.

Cuando en 2015 se firmó el Acuerdo de París se estableció como objetivo que los países redujeran en su conjunto las emisiones de efecto invernadero de tal forma que el calentamiento global no superase la barrera de los dos grados respecto a los niveles preindustriales y, en la medida de lo posible, los 1,5. Una superación puntual de la meta del 1,5, como la que se está viviendo en los últimos meses, no se puede considerar ya un incumplimiento de París porque esa línea se debe sobrepasar de forma estable en el tiempo, algo que, en cualquier caso, es muy probable que ocurra durante las próximas dos décadas, como advertía ya el pasado año el IPCC, el panel de expertos que radiografía el cambio climático para la ONU.

El año más cálido

2023 fue el año más cálido registrado hasta ahora, y ya se rozó el límite de los 1,5 grados: fue 1,48 grados más cálido que la media preindustrial. Otro informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) presentado también este miércoles advierte de que hay un 85% de posibilidades de que al menos uno de los próximos cinco años supere a 2023 como el más cálido.

Un voluntario ofrece bebidas frias, el 3 de junio en una carretera de Karachi (Pakistán).
Un voluntario ofrece bebidas frias, el 3 de junio en una carretera de Karachi (Pakistán). SHAHZAIB AKBER (EFE)

Además, hay un 80% de probabilidades de que se supere transitoriamente el límite de los 1,5 grados en al menos uno de los próximos cinco años. Más allá de ese dato puntual, lo importante de esta estimación es su evolución: en 2015, cuando se firmó el Acuerdo de París, la probabilidad de que en al menos uno de los cinco años siguientes el calentamiento global superara los 1,5 era casi nula. Es decir, el calentamiento avanza a una velocidad e intensidad sin precedentes recientes.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.
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