El uso de la bici cae en las ciudades por el transporte público gratis, los patinetes y el teletrabajo
El Ministerio de Transportes anuncia que antes de final de año se aprobarán las ayudas a la compra de bicicletas eléctricas, así como reducciones de precio para los sistemas de bicicletas públicas
El número de ciclistas urbanos frecuentes en España se ha reducido 10 puntos en los dos últimos años. La explosión de bicis tras la pandemia, con el miedo al transporte público y el ansia por el deporte, se ha frenado ahora por los billetes gratis o muy baratos del transporte público, cambios en las rutinas como el teletrabajo y un aumento del uso del patinete eléctrico. Así lo refleja el Barómetro de la Bicicleta, la gran encuesta sobre el uso del este medio de transporte, publicado este jueves en el Congreso Nacional de Medio Ambiente (Conama). En la presentación, el Ministerio de Transportes ha anunciado que antes de final de año se aprobarán las ayudas a la compra de bicicletas eléctricas, así como reducciones de precio para los sistemas de bicicletas públicas, que pasan a considerarse transporte público.
“En la pandemia hubo un crecimiento muy importante de ciclistas habituales, aquellos que usan la bici de uno a dos días a la semana hasta todos los días, que subieron 10 puntos. Ahora hemos vuelto a la normalidad, a la situación anterior”, ha explicado Antonio Poveda, presidente de la Red de Ciudades y Territorios por la Bicicleta (RedBici) —entidad que elabora el estudio y aglutina ya a 150 administraciones de toda España—. Ese tipo de desplazamientos son los más relacionados con la movilidad diaria, al trabajo o los estudios.
¿A qué puede deberse esa bajada? “La pandemia ha modificado muchos hábitos. Se ha abaratado mucho el transporte público, que lo ha hecho muy accesible y ha movido a muchas personas hacia metros, trenes, autobuses y tranvías, dejando de usar la bici. Se han modificado los hábitos laborales, como el teletrabajo, porque es más fácil y más barato, y además un 15% de familias tienen ya un patinete eléctrico en su casa”, ha continuado Poveda. En cambio, los ciclistas esporádicos —aquellos que pedalean solo los fines de semana, o alguna vez al mes, y están más relacionados con el ocio o el deporte— se mantienen en las mismas cifras que hace dos años.
En el sondeo —que realiza cada dos años Gesop a partir de 4.000 entrevistas— se ve que los jóvenes, que tradicionalmente son los que más pedalean, ahora se mueven de otra forma. Àngels Pont, de la empresa de sondeos, ha apuntado: “Entre quienes no usan nunca la bici, hay un 40% de jóvenes que nos dice que prefiere otros medios de transporte, lo que nos indica que se están pasando al transporte público. Además, en 2022 seguíamos inmersos en la pandemia y no se había recuperado toda la movilidad, laboral, de turismo y otras. Y para muchos ciclistas, lo que es un freno es que haya mucho tráfico, con lo que la vuelta de los coches puede reducir el deseo de uso de la bicicleta”.
Álvaro Fernández Heredia, secretario general de Movilidad Sostenible del Ministerio de Transportes, ha recogido el guante durante la presentación, y ha adelantado que el decreto de ayudas al transporte público —que desde 2022 se publica en diciembre—, previsto para final de año, va a incluir ayudas a la compra de bicicletas eléctricas y bicicletas de carga con una dotación de 20 millones de euros. Hasta ahora, parecía que su aprobación iba a depender de los Presupuestos. Además, el decreto incluirá una partida de 10 millones para una bonificación en los sistemas de bicicletas públicas (como Bicimad en Madrid o Bicing en Barcelona) para abaratar un 50% sus tarifas (el 30% lo pondrá el Estado, mientras la administración local debe aportar otro 20%), considerándolas así transporte público. Por último, otros 10 millones irán destinados a mejorar y ampliar esos sistemas municipales.
Otro dato negativo es la brecha de género, que no termina de cerrarse y pasa de 15 a 18 puntos de diferencia en dos años. “En 2022 había un deseo de ir en bici tras la pandemia y creció incluso más entre las mujeres. Pero ahora ha vuelto a nivel normal”, ha apuntado Pont. Varias expertas en movilidad piden impulsar carriles bici seguros y potenciar la formación vial de las mujeres para luchar contra una brecha de género que se mantiene desde hace años.
Jesús Freire, secretario general de AMBE, la patronal de la industria ciclista, explica por teléfono: “No son datos positivos porque hay un retroceso en el uso de la bicicleta en España como medio de transporte. El anterior barómetro se hizo en plena pospandemia, cuando hubo un auge muy importante gracias al apoyo por parte de la Administración, que instaló carriles bici temporales”. Sin embargo, “lo que hemos visto en el último año y medio es que en muchas ciudades no ha habido avances, incluso ha habido retrocesos. Vemos que todavía hay ciudades grandes, medianas y pequeñas en España donde no se puede disfrutar de redes de carriles bici seguras, completas, por lo que ir en bicicleta no es accesible para todos, independientemente de edad o de condición física o de género. Y obviamente ahí tenemos un recorrido importante que hacer”, añade.
Poveda también ve aspectos destacados: “El barómetro arrancó en 2008 y en solo 15 años hemos incrementado 10 puntos el uso de la bicicleta. La ciudadanía valora que las ciudades que son más amables de lo que eran antes, y más proclives a la movilidad sostenible. Las administraciones han modificado las velocidades, hemos hecho calles 20 y 30. Las ciudades han cambiado siendo más amables para el uso de la bicicleta”.
Madrid, la ciudad menos ciclista
Los resultados también ponen de manifiesto que en Sevilla, Valencia y Murcia más del 25% de residentes hacen un uso semanal o diario de la bicicleta. De hecho, cuando se pregunta sobre si las vías acondicionadas para circular en bicicleta son adecuadas (anchura, estado de la calzada, separación con el resto de los vehículos, etc.), de nuevo se encuentran diferencias significativas entre las ciudades. En Sevilla, Zaragoza, Valencia, Barcelona o Murcia más de la mitad de la ciudadanía se muestra satisfecha, algo que no ocurre en las demás.
La bici siempre ha sido ocio y deporte, pero ahora cada vez más españoles la asocian a la movilidad, la salud y el medio ambiente. Entre las urbes con más de 450.000 habitantes, Barcelona, Valencia y Sevilla, son las ciudades con más ciclistas de uso diario o casi diario. Las tres cuentan con amplias redes de carriles bici seguros y conectados. En cambio, Madrid sigue sin construir una red de carriles bici en sus grandes avenidas y, año tras año, mantiene los peores datos en cuanto a bicis. “Madrid es un agujero negro para el ciclismo en Europa, no ha cambiado nada en 15 años”, explicaba en EL PAÍS Mikael Colville-Andersen, gran gurú europeo de la movilidad ciclista.
Electrificación
El estudio también señala que la electrificación ha contribuido a un mayor uso de la bici en la movilidad cotidiana. Mientras que un 10,8% de los entrevistados asocian la bicicleta mecánica (la tradicional) al transporte, un 28,9% establecen la relación entre bicicleta eléctrica y transporte. “La electrificación ha democratizado el acceso a este medio de transporte y ha ayudado a diversificar más los perfiles de usuarios de la bicicleta, ya que la bicicleta eléctrica salva algunos inconvenientes como el cansancio, la orografía o incluso la pereza”, ha explicado Poveda.
Por último, Fernández Heredia ha apuntado que el Ministerio de Transportes está trabajando en una norma para establecer criterios de calidad para poder llevar la bicicleta en todas las empresas ferroviarias de España (Renfe, Avlo, Ouigo e Iryo), una de las grandes reivindicaciones del sector. “También queremos impulsar la intermodalidad en las estaciones de tren, aparcamientos seguros para poder dejar ahí la bici y luego moverse en tren”.
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