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15 razones para repudiar a Charles Manson y a sus fans

El satán de pacotilla colonizó nuestros sueños y pesadillas durante casi 50 años

El asesino Charles Mandon en una foto de archivo de 1969.Vídeo: AP / reuters-quality
Diego A. Manrique
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1. Si alguien se cargó el sueño hippy de fraternidad universal, fue Charles Milles Manson. Se suele fechar el fin de la utopía de paz-y-amor en el concierto gratuito de los Rolling Stones del 6 de diciembre de 1969, pero aquello fue un caos organizativo, no un acto de maldad. Para entonces, Manson ya había despachado sus comandos de zombis asesinos a sembrar el terror en Los Ángeles.

2. Cosas que los hippies evitaban tras conocer las andanzas de la Familia: desplazarse mediante autoestop, abrir la casa a desconocidos que aparecían por la noche, participar en fiestas con extraños en lugares remotos, prescindir de un arma de defensa personal.

3. La contracultura no estaba preparada para asumir que algunos de sus miembros pudieran matar a sangre fría por la simple orden de un gurú canijo. Durante la confusión consiguiente, se pretendió que Manson era víctima de una conspiración antihippy. Una vez que pareció evidente que había razones para implicarle en las matanzas, hasta hubo un descerebrado intento de presentarle como un luchador contra el Sistema.

4. Y era un gurú. Sus largos años en prisión le habían proporcionado dotes excepcionales en el arte de la persuasión, por no hablar de su capacidad para exonerarse y convencer a cualquiera de sus buenas intenciones.

5. Consiguió la libertad justo cuando despuntaba el movimiento hippy. Las abundantes almas cándidas que habían huido de sus casas y se congregaban en San Francisco o Los Ángeles eran presas fáciles para un manipulador con callos en el alma.

6. A pesar de su odio por los presos negros con los que había tratado en las penitenciarías federales, prestó atención a los trucos de los proxenetas afroamericanos allí encerrados. Les serían muy útiles cuando, bajo la bandera del amor libre, se transformó en el chulo de las chicas que engatusaba.

7. El sexo abundante fue el gancho para alistar a miembros masculinos a su tropa. Por no hablar de famosos que, a priori, no tenían carencias en esos asuntos, como Dennis Wilson, baterista y cantante de los Beach Boys. Le interesaba sobremanera ese perfil: a pesar de ser un treintañero, Manson aspiraba a transformarse en estrella del rock.

8. En 1968 y 1969, la industria musical andaba tan desconcertada que resultaba relativamente sencillo conseguir un contrato de grabación (y más si uno llegaba con recomendaciones de músicos de éxito y otros profesionales del negocio). Manson no lo logró, lo que revela torpeza para poner a punto su repertorio y sus interpretaciones. Además, tras el encantamiento inicial, generaba malas vibraciones.

9. En contra del mito de que la primera matanza fue concebida como venganza contra uno de esos infieles, Terry Melcher, productor e hijo de Doris Day, Manson ya sabía que su casa en Beverley Hills tenía nuevos inquilinos: Roman Polanski y su esposa Sharon Tate. Pero Charles había subido la apuesta: pretendía provocar una guerra racial.

10. Como crítico musical, Manson también patinó. Asumió que el doble álbum blanco contenía mensajes de The Beatles destinados a la Familia, sugiriendo que se escondieran en el desierto hasta que, tras una contienda apocalíptica entre blancos y negros, ellos reaparecerían triunfales como la élite dominante.

11. Acostumbrado a los códigos del hampa, Manson olvidó explicar a sus discípulos que la información es moneda que se raciona en los tratos con las fuerzas del orden. Por el contrario, ellos cantaron como canarios, revelando incluso otros posibles asesinatos que no se incorporaron al pliego de cargos por no hallarse los cadáveres.

12. Lo esencial del caso se supo inmediatamente. El fiscal Vincent Bugliosi facturó un libro sólido, Helter Skelter (1974). El contexto general de aquel delirio generacional ya estaba esbozado en The Family (1971), obra de Ed Sanders, miembro de The Fugs e histórico del underground neoyorquino.

13. Manson se benefició de la pasión por lo transgresor que, a partir de los años noventa, convirtió en una especie de héroes a los asesinos en serie. Sus grabaciones, hechas en la cárcel o en el periodo 1968-69, fueron coleccionadas por numerosos amantes de lo morboso.

14. Estrellas del rock provocador intentaron vampirizar su leyenda. Guns N’Roses grabó uno de sus temas; el cantante Brian Warner se reinventó como Marilyn Manson; Trent Reznor alquiló 10050 Cielo Drive, la mansión donde masacraron a Sharon Tate y compañía, que usó como residencia y estudio de grabación para su grupo, Nine Inch Nails. Es el único de estos señores de lo macabro que ha manifestado cierto arrepentimiento por sus actos.

15. Con el tiempo, la imagen de un Manson psicópata ha tendido a desvanecerse. Salía guapo en la serie Aquarius, donde era encarnado por Gethin Anthony, uno de los personajes nobles de Juego de tronos. En Las chicas, la novela de Emma Cline, tanto el gurú como la secta mansoniana quedaban diluidos en algodón de azúcar. E imposible no temblar ante la idea de lo que pueda hacer un talento como Quentin Tarantino con semejante material, si cumple su promesa de convertirlo en largometraje.

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