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Feria de San Isidro
Crónica
Texto informativo con interpretación

Cinco avisos para Roca Rey

Tarde muy desafortunada del torero peruano; Cayetano fue dramáticamente arrollado por el primero de la tarde, y Jorge Martín deja buenas sensaciones en su confirmación ante una corrida desigual, encastada y noble de Conde de Mayalde

Roca Rey se adorna por bernadinas en en tramo final de la faena de muleta a su primer toro.
Roca Rey se adorna por bernadinas en en tramo final de la faena de muleta a su primer toro.Juanjo Martín Efe
Antonio Lorca

Que la primera figura del toreo actual, llámese Roca Rey, escuche cinco aviso en Madrid es noticia; y lo curioso es que dio la sensación de que buscó ese deshonroso récord, quizá molesto por las protestas que no cesaron durante la lidia de sus dos toros, con los que estuvo muy desafortunado desde principio a fin. En los dos prolongó innecesariamente la agonía de los animales y esperó paciente que sonaran los recados presidenciales sin aparente preocupación. Tardó un mundo en descabellar a su primero y fue el animal el que se echó cansado de tanta espera; y se inhibió en el otro tras errar con el estoque, y permitir que el toro barbeara las tablas con la muerte en los talones. Justo en el momento en que el toro dijo adiós sonó el tercer aviso.

Una actuación impropia de un torero e incompresible en la primera figura actual. Cuenta con el apoyo incondicional de gran parte del público, que jalea enfervorizado cualquier detalle de su ídolo. Y así ocurrió en su primero, al que recibió con unos delantales que fueron vitoreados sin motivo. Emocionante fue el inicio de la faena de muleta: dos ceñidos estatuarios, dos pases cambiados por la espalda, una trincherilla y un pase de pecho que pusieron la plaza en pie. El toro, que había cumplido en varas y galopó en banderillas, mostró después movilidad y casta que no fueron suficientemente aprovechadas por el torero. Tras ese comienzo espectacular, hubo cuatro tandas de muletazos, una de ella por la izquierda, en las que prevaleció el toreo superficial, casi siempre al hilo del pitón, aliviado y ventajista, muy por debajo de las condiciones de su oponente. Unas bernadinas finales fueron el preámbulo de los dos primeros avisos.

Un manso fue el quinto, que huyó de los capotes y los caballos, y Roca comenzó su faena por alto en lugar de tratar de fijar su embestida por bajo. En este caso, el noble animal se encontró con un torero bullanguero y embaucador que optó por los circulares después de muletear en línea recta y sin hondura alguna. Llegarían a continuación los tres avisos, un deshonor buscado, solo él sabrá por qué, y merecido por su manifiesta pasividad.

Pero no acabó la corrida en la lamentable tribulación del diestro peruano.

Antes de que se produjeran los hechos relatados, hubo una acción trepidante en el ruedo, como si se tratara de una película de James Bond.

El primer toro de la tarde derribó con estrépito al caballo y al picador Juan Melgar.
El primer toro de la tarde derribó con estrépito al caballo y al picador Juan Melgar.Juanjo Martín Efe

Salió el primero de la tarde, correspondiente al confirmante Jorge Martínez, que acudió al caballo con fiereza y empuje, de modo que el equino y el picador acabaron por los suelos. El toro salió a toda prisa del lugar de los hechos, y se encontró con su lidiador, al que arrolló y volteó espectacularmente. Vuelve el toro al caballo y empuja de nuevo como bravo que era. Se acercó entonces Cayetano con intención de sacarlo y hacer un quite. El toro lo vio, fijó su mirada en su anatomía, y haciendo caso omiso del capote defensivo, lo persiguió a toda velocidad, mientras el torero corría con desesperación hasta que fue dramáticamente atropellado y pisoteado en el suelo. El asunto fue, por fortuna, menos grave de lo esperado, pero el susto fue de muerte. El animal se empleó tanto en los dos primeros tercios, -galopó con alegría en banderillas-, que llegó agotado a la muleta. Jorge Martínez se mostró solvente, con oficio y firmeza, pero no encontró el colaborador necesario para el triunfo. Mejor estuvo el torero en su segundo, noble y soso, al que, ante la incomprensible indiferencia de los tendidos, demostró que le adornan muy buenas maneras en una labor de menos a más, muy entonada en un toreo variado por ambas manos.

Cayetano no ganó para sustos. A su primero lo recibió de rodillas muleta en mano y tras dos pases por alto fue arrollado y se tuvo que tirar al callejón a toda prisa y de mala manera. Volvió a la pelea muy mermado y su labor no pasó de discreta. Pasó a la enfermería y salió para matar al sexto, un inválido con el que estuvo breve. La última vez que Cayetano hizo el paseíllo en Las Ventas fue en 2018; después de la accidentada tarde de hoy cualquiera sabe cuándo volverá…

Mayalde/Cayetano, Roca, Martínez

Toros de Conde de Mayalde, bien presentados, cumplidores en los caballos a excepción de los mansos segundo y quinto, nobles y encastados; inválido el sexto; destacó el primero, muy bravo en varas, fiero y encastado.

Cayetano: estocada y un descabello (silencio); estocada (silencio). Fue arrollado por el toro que abrió plaza y sufrió “contusión cervical y erosión con hematoma en el escroto, región parietal derecha y cara anterior del muslo izquierdo”. 

Roca Rey: estocada _aviso_ _segundo aviso_ un descabello y el toro se echa (ovación); pinchazo _aviso_ dos pinchazos, estocada caída _segundo aviso_ _tercer aviso_ (bronca).

Jorge Martínez, que confirmó la alternativa: estocada baja (silencio); _aviso_ pinchazo y estocada (silencio). 

Plaza de Las Ventas. 24 de mayo. Decimotercera corrida de la Feria de San Isidro. Lleno de ‘no hay billetes’ (22.964 espectadores, según la empresa).

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.
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