57 goles de ‘plata’ para el Getafe
El equipo madrileño ha incoporado a Jaime Mata, que el curso pasado hizo 35 tantos con el Valladolid en Segunda, y a Sergi Guardiola, que firmó 22 dianas con el Córdoba
El Getafe terminó la temporada pasada con 42 goles a favor, una media de 1,1 por encuentro. Fue el equipo menos anotador de los diez primeros de LaLiga, el octavo con menos puntería de la competición. Jorge Molina y Ángel, sus dos delanteros de referencia, marcaron siete y 13 goles respectivamente. La falta de pólvora no pasó desapercibida en los despachos del equipo madrileño, que buscó una solución en la Segunda División. Apenas había terminado la temporada y el Getafe ya había cerrado las incorporaciones de Jaime Mata, pichichi de la categoría con el Valladolid, donde marcó 35 goles, el segundo mejor registro de la historia en un curso de la categoría de plata, y Sergi Guardiola, punta del Córdoba, que hizo 22 dianas. Mata llegó libre y Guardiola a préstamo con una opción de compra de unos 10 millones de euros. En total, 57 goles para el equipo de Bordalás, 15 más que todo lo contabilizado en todo el año anterior.
La explosión de Mata fue insospechada. Nunca antes había sobrepasado la barrera de los 15 goles, cifra que alcanzó en la temporada 2013-2014 con el Lleida en Segunda B. En la División de Plata su mejor registro estaba en los 12 goles que firmó con el Girona en la 204-2015. "Yo me caracterizaba por ser un delantero más de pelea, de lucha. Un punta de equipo", explica Mata. "Pero el año pasado fui marcando y marcando y..." continúa el delantero, que finalizó la temporada con 33 goles en la competición regular y dos más en el playoff de ascenso. Unos meses antes, en agosto, el Valladolid buscaba un delantero de nivel para complementarle. Reparó en la continuidad del madridista Raúl de Tomás, que se decantó por el Rayo Vallecano, y llegó a firmar a Alfredo Ortuño en una operación que invalidó LaLiga. No esperaban que Mata, que solo anotó seis goles en el curso 2016-2017, pudiera garantizarles una cuota alta de goles.
Él tampoco lo esperaba y todavía hoy le cuesta explicar cómo sucedió. "No lo sé muy bien. Los goles me fueron dando esa libertad de estar un poco más relajado. Se me pedía un poquito menos de trabajo defensivo que en otros años y esa frescura se nota al finalizar. No es lo mismo definir después de hacer un esfuerzo grande que tener ese plus de calma que te da la serenidad", cuenta Mata.
Marcar se convirtió en una rutina para el delantero, hasta el punto de ver cómo llegaban las críticas cuando se marchaba de vacío un fin de semana. "Si había dos jornadas que no la enchufabas ya se decía: 'está bajando', y uno dice: 'joder, que lo normal no es meter todos los domingos'. Al final se genera una órbita de positivismo hacia tus acciones. Es como que todo tiene que entrar y no es lo normal", reflexiona. "Pero también entras en una especie de competencia con otros delanteros, que si uno mete, tú metes... Eso te genera ese plus de tensión en los partidos que sí es positivo", amplía.
Hoy, a dos meses de entrar en la treintena, puede debutar en Primera División ante el Real Madrid en el Bernabéu. "Si al final he llegado ha sido a base de esfuerzo, trabajo y ser muy pesado", bromea. "Y cuando lo haces tan tarde todo el mundo sabe que estás aquí a base de currar. No es que hayas tenido un año bueno y que te den una oportunidad, sino que has tenido que ir pasando por todas las categorías hasta llegar aquí".
Los 35 goles en Segunda son su carta de presentación ante la élite. Ahora, en el Getafe y a los 29, le toca volver a empezar. Y espera que el comienzo sea con un gol en Chamartín. "Me da igual cómo sea, que entre y que nos sirva".
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