Chimy Ávila se reencuentra con el gol
El delantero de Osasuna marca tras 21 meses y acaba con la condición de invicto del Villarreal
Llora Chimy Ávila, y llora con él, de alegría, toda la afición de Osasuna. Después de sus dos graves lesiones en ambas rodillas, el delantero argentino volvió a su esencia, el gol. Marcó en el minuto 88, después de un error infantil de Mendi en un intento de mandar el balón atrás hacia su portero, y le dio la victoria a su equipo, la cuarta consecutiva a domicilio, ante un rival desafortunado. No marcaba el bravo delantero argentino, de 27 años, desde hace un año y nueve meses, en enero de 2020, cuando comenzó la secuencia que le llevó dos veces al quirófano por la rotura del ligamento cruzado. De paso, cayó el Villarreal, único equipo invicto en la Liga hasta ahora —solo Milan, Nápoles, Liverpool y Friburgo no han perdido en las grandes ligas—.
Villarreal y Osasuna se citaron en La Cerámica con sendas rachas incompatibles al acabar el partido. Sólo uno de los dos podía acabar con la estadística intacta después de los 90 minutos. Lucían los castelloneses en su hoja de servicios una casilla de derrotas en blanco; los navarros, más difícil todavía, contaban sus viajes por victorias, algo nunca visto por los rojillos. Las trayectorias de ambos hacían atractivo el duelo, y lo fue.
Cada uno a su estilo, Villarreal y Osasuna fueron fieles a los que se esperaba de ellos, y se repartieron el partido casi a partes iguales. La primera mitad fue de los navarros, que se dejaron querer en los primeros minutos, cedieron la pelota al Villarreal y cerraron todas las puertas, pero jugaron al engaño, y cada vez que tenían el control salían como centellas hacia el área de Rulli. Kike García ejercía de boya y sus compañeros basculaban a su alrededor. Con los amarillos flojeando en el área propia, Osasuna encontró una veta, y la explotó en el minuto 25, en un centro desde la derecha, que Manu Sánchez tocó de cabeza y Torró empalmó según caía. Los centrales del Villarreal miraban la estética acción. Y así varias veces, el conjunto navarro pudo ampliar la distancia mientras los hombres de Unai Emery se lamentaban por un gol anulado a Gerard Moreno, por falta previa de Trigueros.
La segunda parte fue del Villarreal, sobre todo después del subidón que supuso el gol de Gerard en el minuto 54. Un centro de Pedraza lo remató al estilo de Zidane en Glasgow para empatar el partido y constreñir en su área a Osasuna, que lo pasó mal y se encomendó a Sergio Herrera.
Pero salió Chimy Ávila, para sustituir a Kike García, lesionado, y cazó la primera que tuvo, cuando el reloj se acercaba al 90. Falló Mandi en una cesión, se adelantó el delantero argentino, batió a su compatriota Rulli, se quitó la camiseta y se echó a llorar. La racha del Villarreal se quebró; la de Osasuna sigue vigente.
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