El Celta anuncia un principio de acuerdo con Rafa Benítez

A dos meses de cumplir cien años el Celta encomienda su futuro deportivo a un veterano entrenador de inmenso currículum. El club gallego ha hecho oficial un “principio de acuerdo” con Rafael Benítez, que volvería así al fútbol español, del que se fue en el verano del 2004 y al que apenas regresó para adiestrar durante media temporada al Real Madrid hace ocho años.

Ahora, cumplidos los 63, y tras una campaña y media sin sentarse en un banquillo, Benítez asumirá un proyecto deportivo que busca una reconstrucción tras perder en los últimos tiempos a varios de sus referentes dentro y fuera del campo y en el que su emblema todavía de corto, Iago Aspas, cumplirá este verano 36 años. El capitán Hugo Mallo acaba de despedirse de un equipo del que no hace mucho también salieron otros referentes de la casa como Brais Méndez y Denis Suárez. Sobre la nueva perla de la cantera, Gabri Veiga, tienen puestas sus miradas decenas de pretendientes. También en los despachos se producen bajas sensibles: el director general Antonio Chaves, mano derecha del presidente Carlos Mouriño durante los últimos quince años, también acaba de dejar la entidad. Bastantes cosas resultan extrañas en el Celta, que advierte que club y entrenador confían en que la firma del contrato que les vincula tenga lugar en el mes de julio coincidiendo con el inicio de la pretemporada del equipo.

El que sigue en su puesto de trabajo es el luso Luis Campos, gurú de la dirección deportiva que opera como asesor externo mientras realiza una labor similar en el París Saint-Germain. A él se le encomienda por segundo año la construcción de un proyecto que en los últimos meses ha sido cuestionado incluso desde la caseta. No todos se fían, pero Mouriño redobla la apuesta y a Campos, que prescindió de su compatriota Carlos Carvalhal a pesar de lograr la permanencia en la máxima categoría, le piden que pique alto. El pasado fin de semana contactó con Rafa Benítez, al que presentó un proyecto que quiere acercar al Celta a los puestos europeos y, sobre todo, a lograr en alguna competición copera el título que tanto ansía el club. El técnico madrileño no se sentaba en el banquillo desde que el Everton prescindió de sus servicios en enero de 2022. Antes de la pandemia estaba trabajando en el Dalian Yifang chino, al que llegó tras un periplo en el Newcastle en el que se ganó el fervor de los seguidores casi al nivel que le ha convertido en una leyenda del Liverpool, su primer destino cuando dejó al Valencia campeón para lanzar su carrera en el exterior.

Campeón de la Champions, de la Copa de la UEFA y la Europa League, de la Liga, la Copa italiana e incluso del Mundial de clubs, Benítez llega a un club que en tres de las últimas cinco temporadas estuvo involucrado hasta la última jornada en la lucha por la permanencia en la máxima categoría. “Quiero entrenar en una liga de primer nivel, donde se juegue un buen fútbol. Tal vez el hecho de haber entrenado a algunos equipos de primera fila en torneos importantes limite las posibles opciones, pero siempre me han gustado los nuevos retos”, explicó Benítez en una entrevista publicada el pasado otoño en Il Corriere dello Sport. El Celta, y la promesa de un trabajo a largo plazo con un contrato por tres años, casa con esa manera de ver las cosas. Pero también la elección de Vigo tiene un aliciente más a nivel familiar: su mujer es de Ourense y junto a sus hijas suelen visitar el feudo ubicado en San Pedro da Mezquita, una parroquia del concello de A Merca, vecina a la capital provincial.

Aunque a veces los planes se los llevan por delante los resultados, la opción de Benítez y un contrato por tres años cabe interpretarla como una apuesta por la estabilidad que plantea un presidente que con la llegada del nuevo entrenador habrá contratado a 19 técnicos en 17 años.

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