De vender camisetas del Barça a defenderlas en el césped
Casi dos años después vuelve la LaLiga Genuine Santander, la competición donde futbolistas con discapacidad intelectual defienden los mismos colores que las estrellas. La incorporación del FC Barcelona es una de las grandes novedades de un proyecto que encara su cuarta temporada
Montse Durà vive rodeada de camisetas del FC Barcelona. Trabaja desde hace 11 años en la tienda del club en el Camp Nou y está acostumbrada a ver diariamente a centenares de personas llevarse alguna con los nombres de Ansu Fati, Dembelé o Busquets en la espalda. Lo que nunca se le hubiera pasado por la cabeza es que ahora tendrá una con el suyo para defenderla sobre el césped. Durà, de 34 años, es una de las 24 elegidas para representar al primer combinado culé que participará en LaLiga Genuine Santander, el torneo donde futbolistas con discapacidad intelectual defienden los mismos colores que las estrellas.
La incorporación de los azulgranas, una institución de alcance mundial, supone un empujón a la competición futbolística que más tiempo estuvo parada durante la pandemia, con el objetivo de garantizar la salud de sus participantes. Este fin de semana se retomarán las eliminatorias suspendidas desde marzo 2020 y después arrancará un nuevo curso, al que también se sumarán clubes como el CF Fuenlabrada, FC Cartagena, SD Ponferradina, Burgos CF y UD Ibiza. Será ya la cuarta edición de una iniciativa que desde 2017 ha pasado de 18 a 42 participantes, incluyendo todos los equipos de LaLiga Santander a excepción del Real Madrid.
“Estamos muy ilusionados por volver a reencontrarnos sobre un terreno de juego y de volver a disfrutar de los valores que caracterizan a esta competición, como el juego limpio, la deportividad y el compañerismo”, destaca Olga de la Fuente, directora de la Fundación LaLiga, la entidad organizadora de la cita.
La idea de unirse al proyecto, asegura Marta Segú, directora general de la Fundación del FC Barcelona, fue prioritaria en la nueva etapa como presidente que Joan Laporta inauguró en marzo. “Lo tenía clarísimo. Con los valores que representamos, de ser ‘más que un club’ y ocuparnos de los más vulnerables, no se podía entender que no estuviéramos”, cuenta al teléfono. Tal era la determinación que a Segú le tocó organizar un plantel en apenas unos días, tras asumir en julio un cargo que ya había ostentado entre 2006 y 2010, antes del cierre de inscripción el día 31 de ese mes. Lo hizo con la ayuda de algunas entidades que trabajan para la inclusión social y laboral de personas con discapacidad y que ya colaboraban con el club y el impulso del departamento de Diversidad e Inclusión de la institución. “Les encantó la idea. En base a los criterios de LaLiga [un mínimo de 16 años y una discapacidad del 33%] ellos seleccionaron los candidatos. Algunos ya habían jugado al fútbol y otros no”, explica.
Bajo la batuta de seis entrenadores y diez voluntarios que ayudan a la gestión del grupo, el balón para la Fundació Barça empezó a rodar hace unas semanas en la ciudad deportiva Joan Gamper. Allí, no muy lejos de donde entrena el primer equipo, es donde Durà, que nuca había jugado en un equipo, y sus compañeros se juntan a entrenar cada lunes y donde el pasado 18 octubre jugaron su primer amistoso. El mismo Laporta, al que todos querían abrazar y saludar, les observaba desde la grada. “Para muchos es como si les hubiera tocado la lotería. Aún no se lo pueden ni creer”, afirma Segú.
Frente a ellos en ese estreno estaba el Nàstic de Tarragona y su capitán, Rubén Almazán. Pese a ser uno de los veteranos de LaLiga Genuine Santander, él también vivió ese encuentro amistoso como una especie de debut después del largo parón. Durante el confinamiento, revela, se mantuvo en forma entrenando desde casa conectado virtualmente con su compañero Álvaro, al que llama “hermano”. “Yo hacía bicicleta y él corría. Por suerte desde hace unas semanas ya entrenamos. Ahora estamos intentando recuperar el tiempo perdido durante el confinamiento, que fue muy triste”.
En la vida de este mediocentro o defensa (“según diga el entrenador”), el fútbol lo empapa todo. De pequeño ya le gustaba acompañar a su padre al campo del tarraconense Atlètic Camp Clar, donde este fue futbolista amateur, y ahora con 26 años ha hecho de su pasión un trabajo, echando una mano en la gestión del museo de un histórico como el Nàstic. Jugar con un equipo, viajar a Vila-Real o Córdoba para enfrentarse a otros rivales y encontrar un grupo de compañeros “que son como una familia”, según los describe, son placeres a los que le costó renunciar durante los más de 600 días que estuvo parada la competición.
El primer fin de semana de fútbol, más de 600 días después
En la ciudad natal de Almazán, Tarragona, es donde este fin de semana regresarán los partidos de LaLiga Genuine Santander. Con un “riguroso protocolo de seguridad meticulosamente elaborado por el Departamento de Competiciones de LaLiga, contando con el asesoramiento de profesionales sanitarios y los departamentos de Legal y Cumplimiento de LaLiga”, explican los organizadores. Del día 12 al 14 se decidirán sobre el verde los campeones de la edición 2019/2020 que quedó a medias, mientras que los seis nuevos participantes disputarán un minitorneo entre ellos.
Uno de los que vivirá un doble estreno será Daniel Angulo, técnico de la UD Ibiza. Primero porque será su primera vez en el evento; y segundo, porque tras varios años en el club nunca antes había dirigido sobre el césped a jóvenes con discapacidad intelectual. Como es una faceta que combina con la de director de un colegio para niños autistas, dice que nada le ha pillado por sorpresa. “Llevamos desde principios de octubre entrenando. En las sesiones, la parte técnica y táctica queda en un segundo plano y se priman más valores como el compañerismo y la solidaridad”, detalla. “Los jugadores y las familias están muy contentos porque a algunos les habían rechazado en otros equipos”.
Amadeo Salvo, presidente de la UD Ibiza, fue el impulsor de la iniciativa de formar equipo. Desde que asumió la presidencia en 2015, el empresario valenciano no solo ha llevado al fútbol ibicenco a su máximo nivel, sino que también ha potenciado el valor social y solidario del deporte. LaLiga Genuine Santander es solo una vertiente más de un club que incluso participa de proyectos para defender la flora y la fauna de su entorno. “Nos aporta mucho en el aspecto humano. Para ellos, igual que para nuestros jugadores y entrenadores, el deporte es importantísimo”, argumenta. “Ver la cara de ilusión que ponen cuando preguntan si van a jugar contra el Barça no tiene precio”.
La ilusión y las ganas que se palpan en las palabras de los ibicencos, piensa Olga de la Fuente, directora de la Fundación LaLiga, es un “signo inequívoco del fuerte compromiso del fútbol profesional con la sensibilización hacia la discapacidad y su normalización en los diferentes ámbitos”. “Los objetivos de LaLiga Genuine Santander siguen siendo los mismos. Al final, se trata de conseguir que LaLiga sea un agente de cambio social”, resume.