El jefe del Ejército boliviano depone su actitud de rebeldía

La grave crisis militar boliviana, que parecía amenazar la estabilidad democrática, concluyó ayer pacíficamente después de que el relevado comandante en jefe del Ejército de Tierra, general José Olvis Arias, hiciera entrega del mando a su flamente sucesor, el general Raúl López Leyton.Altas fuentes militares declararon que la decisión de Olvis Arias de acatar finalmente las disposiciones del capitán general de las Fuerzas Armadas y presidente de la República, Hernán Siles Zuazo, se conoció al término de una reunión que mantuvo con el general López Leyton, tras la mediación, por vía telefónica, de un alto jefe militar boliviano.

La crisis militar se produjo a raíz de los intempestivos cambios dispuestos el sábado por el presidente Zuazo en los mandos del Ejército. El entonces comandante en jefe del Ejército, Olvis Arias, rechazó su destitución y exigió la revisión de la medida en aras del respeto a la ley orgánica de las Fuerzas Armadas, que establece un período de dos años para el ejercicio de los mandos castrenses. Desde el sábado por la tarde se vivieron momentos de tensión en la sede del Gobierno, pese a que las autoridades gubernamentales reiteraban que la calma y la tranquilidad reinaban en todo el país.

El general Olvis Arias, nervioso e inquieto, advirtió ayer por la mañana, en una dramática comunicación telefónica con varias emisoras locales, de la inminencia de un enfrentamiento. "Estamos a punto de hacer correr sangre", dijo al denunciar que su comando había sido rodeado por efectivos de la policía militar, tras la toma del regimiento Ingabi, que se encuentra dentro del gran cuartel general, donde además se hallan las más importantes instalaciones administrativas, logísticas y operativas de las Fuerzas Armadas.

El destituido comandante en jefe del Ejército abandonó el gran cuartel unas dos horas más tarde. El comandante López Leyton dijo que Olvis Arias cuenta con las más amplias garantías.

Los cambios efectuados el sábado por el presidente Zuazo en la cúpula del Ejército fueron considerados por varios jefes de unidades militares, consultados por esta corresponsal, como una falta de respeto a las leyes militares y un agravio a la seriedad de su institución.

Apoyo a Olvis Arias

Las más importantes unidades militares del Ejército apoyaron, hasta la media tarde del sábado, la posición institucionalista del general Olvis Arias y su jefe de Estado Mayor, general Hugo Gironda, que rechazó la invitación presidencial a asumir la comandancia del Ejército. Pero la hábil y oportuna designación presidencial del general Raúl López Leyton como nuevo comandante en jefe del Ejército permitió que el unánime criterio de respaldo a Olvis Arias se resquebrajara. López Leyton, conocido por su trayectoria prodemocrática desde el régimen del general Hugo Bánzer, tiene mayor arraigo profesional y político entre los miembros de las Fuerzas Armadas.Fuentes bien informadas declararon a este periódico que la actual crisis militar se originó en las divergencias en torno a la Orden General de Destinos, que fue presentada por el comandante del Ejército, Olvis Arias, y que según el criterio el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Simón Sejas no aseguraba ni garantizaba la continuidad del proceso democrático.

Por otra parte, altas fuentes militares declararon que en el seno de la institución castrense se ha formado un nuevo sindicato de comandantes, que goza de la confianza presidencial y que pretende manejar la institución de acuerdo con sus intereses. Según esas fuentes, el general Olvis Arias no habría servido a sus intereses y esta fue la razón por la que se indujo al presidente Siles a su intempestivo cambio.