La detención de tres líderes antisegregacionistas, un aviso más para la oposición negra surafricana
Los temores de la oposición negra sobre el futuro del Frente Unido Democrático (UDF), la única organización internacional anti apartheid todavía en la legalidad, se han visto confirmados ante la detención de tres destacados miembros de la dirección nacional del movimiento. La policía detuvo el martes, en diversas partes del país, al secretario nacional del Frente Unido Democrático, Popo Molefe; al secretario de información, Patrick Terror Ukota, y al ex secretario, de la región del Transvaal Moisés Chikane.
Un portavoz del UDF explicó que los tres miembros de la organización fueron detenidos sin acusación alguna, al amparo de la estricta ley de seguridad del Estado vigente en Suráfrica, que permite a la policía la detención de una persona por tiempo indefinido.El Frente Unido Democrático agrupa a unas 600 organizaciones políticas, laborales, deportivas y religiosas opuestas a la política de apartheid, y fue fundado en 1983 con el fin de hacer campaña a favor de la abstención en las elecciones para el Parlamento tricameral, en el que por primera vez tuvieron representación las minorías mestiza (o coloured) y asiática. La posición mantenida por el UDF es que la reforma constitucional no sería válida en tanto la mayoría negra del país no tuviera representación.
Una de las causas de la escasa participación en las elecciones por parte de las poblaciones mestiza y asiática fue precisamente la campaña proabstencionista promovida por el Frente Unido Democrático. Desde entonces, sus dirigentes han sido detenidos, y seis de ellos originaron un incidente cuando se refugiaron en el consulado británico de Durban el pasado año. La controvertida visita a Suráfrica del senador demócrata y posible candidato a la presidencia de EE UU Edward Kennedy estuvo, protagonizada por el Frente, cuyas actividades cuentan con el apoyo del premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu.
En una declaración hecha pública en Durban, el UDF ha manifestado que las detenciones están relacionadas con la posición adoptada por el Frente con respecto a la próxima gira que realizará por Suráfrica el equipo de rugby de Nueva Zelanda, All Blacks. El rugby está considerado por la población negra como un deporte racista de la minoría blanca. El UDF ha anunciado que convocará manifestaciones populares durante la gira de los neozeolandeses, realizada contra los deseos del primer ministro, Robert Lange.
El obispo Tutu ha declarado que el Gobierno "no debería detener a aquellos con los que debería estar dialogando". Por su parte, el secretario general del Consejo Surafricano de las Iglesias, Beyers Naude, un afrikaaner enemigo del apartheid puesto en libertad por el Gobierno hace unos meses después de siete años de arresto domiciliario, ha manifestado que la detención de los tres dirigentes no hace "sino aumentar los temores sobre la suerte de toda la dirección del UDF".
Esta preocupación tiene su origen en declaraciones del presidente, Pieter W. Botha, en el Parlamento de El Cabo, en las que acusó al UDF de estar "infiltrado por el Congreso Nacional Africano (ANC), con la esperanza de crear una espiral de violencia que culmine en una revolución". Para Botha, los lazos entre el ANC y el Partido Comunista de Suráfrica son tan estrechos que no es posible "establecer una diferencia entre ambas organizaciones". Cualquier acusación en Suráfrica de concomitancia con el ANC o el PC significa el prólogo de la detención o de la prohibición.
El presidente Kenneth Kaunda de Zambia, uno de los padres del nacionalismo africano, ha afirmado en declaraciones al diario de Johanesburgo Financial Mail que las reformas de las leyes raciales realizadas por Botha "demuestran coraje, pero no son suficientes".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.