_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La propuesta de Gorbachov

LAS DECLARACIONES de Mijail Gorbachov anunciando una moratoria de cinco meses por parte de la URSS en la realización de pruebas nucleares ha abierto posibilidades sin duda interesantes con respecto a lo que puede ser el futuro de las negociaciones entre las dos superpotencias en el tema de los armamentos. Quizá sea esta declaración de Gorbachov la menos propagandística de las hechas por los soviéticos sobre esta cuestión en los últimos años. Por eso ha tenido un eco considerable, no tanto en los medios de comunicación, sino más bien en los círculos especializados. El vicealmirante norteamericano Eugene J. Carroll, actualmente retirado y subdirector de una. institución privada, el Centro para la Información sobre Defensa, ha calificado en las columnas del New Yok Times esa declaración del líder soviético como el único desarrollo significativo en materia de control de armamentos desde que fueron firmados los acuerdos SALT-2 hace seis años".Es preciso tener en cuenta que. las pruebas nucleares son absolutamente decisivas para el desarrollo de ese tipo de armamento. Por tanto, si se llegase a su prohibición efectiva, no disminuiría la actual acumulación de armamentos nucleares, pero sí se pondría un freno a su desarrollo. No es lo mismo negociar y a la vez hacer pruebas, y por tanto perfeccionar los armamentos, que negociar sin poder hacer pruebas y, por tanto, con muchas menos posibilidades. de que el interlocutor pueda realizar progresos notables que deshagan el equilibrio. Como se sabe, en 1963 se llegó a un acuerdo general prohibiendo las pruebas en la superficie de la tierra, la atmósfera, el espacio y los océanos. Desde entonces, Estados Unidos ha realizado unas 425 pruebas subterráneas, y la Unión Soviética, cerca de 400. Cada prueba es una operación extraordinariamente compleja y costosa; los presupuestos de EE UU para este fin eran de 331 millones de dólares en 1981, y los previstos para 1986, casi del doble, 657 millones. No son públicos los datos soviéticos corespondientes; pero en todo caso esas cifras ayudan a comprender la importancia que las pruebas nucleares tienen en la política de armamentos de ambas potencias.

Otro hecho fundamental a tener en cuenta es el de que las pruebas nucleares son controlables. Tanto la URSS como EE UU tienen hoy dispositivos científicos que les permiten saber si una prueba de explosión nuclear se ha llevado a cabo en cualquier lugar de la Tierra. Por tanto, si se llegase a un acuerdo soviético-norteamericano prohibiendo las pruebas, cada una de las partes podría, por sí misma, comprobar sí la otra cumplía o no el compromiso contraído. Sería posible, por tanto, obviar en este caso las interminables discusiones sobre control o verificación que han sido la causa del fracaso de tantas negociaciones sobre desarme.

La respuesta, de EE UU a las declaraciones de Gorbachov ha sido, hasta ahora, negativa. La Casa Blanca se ha negado a decretar, por su parte, una moratoria de las pruebas nucleares semejante a la dictada por el Gobierno soviético. En cambio, como un gesto significativo de buena voluntad, los norteamericanos han invitado a una delegación soviética para que asista a la realización de una prueba nuclear en EE UU. La URSS ha rechazado esta invitación alegando que la presencia de unos delegados soviéticos implicaría una especie de aprobación a dichas pruebas, cuando lo que Gorbachov ha propuesto es que se suspendan en ambos países. El aspecto positivo que conviene destacar en la invitación realizada por EE UU es el de que la participación recíproca de especialistas de los dos países en experimentos incluso de carácter militar puede contribuir a crear un ambiente de mayor confianza ante unas eventuales negociaciones en esta materia. En ese sentido trabaja precisamente la Conferencia de Estocolmo.

El principal argumento norteamericano para rechazar la propuesta de Gorbachov ha sido el de que EE UU está retrasado en las pruebas y, por tanto, su suspensión ahora sería ventajosa para los soviéticos. Todo parece indicar que la respuesta norteamericana está más destinada a ganar tiempo que a oponerse en banda a la propuesta soviética, máxime cuando la oferta de Gorbachov deja un margen de cinco meses para que EE UU tome una decisión. La moratoria unilateral soviética estará vigente hasta el 1 de enero de 1986. A partir de entonces seguirán suspendidas las pruebas nucleares solamente si Washington adopta una medida semejante. Por tanto, se puede considerar que la cuestión sigue abierta; y que no ha habido una respuesta definitiva de EE UU. En realidad, el verdadero momento de la decisión sobre esta cuestión tan importante será el encuentro en la cumbre de Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, prevista en los próximos días 19 y 20 de noviembre en Ginebra. Los soviéticos nos han acostumbrado en bastantes ocasiones a gestos de pura propaganda, tendentes sobre todo a dejar mal a sus interlocutores. Pero no sería lógico catalogar la actual propuesta de Gorbachov como un gesto más de ese mismo género.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_