Ofensiva de los diarios británicos para captar lectores el fin de semana

La revolución tecnológica y laboral iniciada en 1986 en la Prensa británica se ha hecho definitivamente perceptible este fín de semana al lector de periódicos con la aparición de tres nuevos suplementos en color y la ampliación de la oferta informativa en buena parte de la considerada Prensa seria, presta a librar una batalla por el mercado con ecos de la que hace años se dio entre los periódicos populares

El sábado, que era un día tonto en el que los periódicos perdían los lectores habituales de entre semana sin ganar a los lectores de domingo, se ha convertido en un campo de batalla feroz, mientras los dominicales siguen luchando por un lugar bajo el sol a la vera del gigantesco Sunday Times, líder del sector serio con sus 1,4 millones de ejemplares.La consecuencia natural es la aparición en los fines de semana de nuevos suplementos en color (The Independent, Observer y Sunday Telegraph), el incremento del número de cuadernillos (The Independent, The Times y The Sunday Times), el reajuste en la precedente oferta (el suplemento dominical en color del Sunday Telegraph pasa a ofrecerse el sábado, con el Daily Telegraph) o la introducción de páginas en cuatricomía (The Times).

El cambio que se considera más arriesgado es el emprendido por The Independent. Su suplemento, que no puede competir con los 1,2 millones que tira el Dady Telegraph, rompe moldes de diseño (hará hincapié en la foto en blanco y negro) y pretende atraerse a un lector y a un anunciante de alto estilo.

El poderío dominical del Sunday Times no presenta visos de ceder: para finales de año tiene previsto salir a la calle con diez cuadernillos y 200 páginas. Este fin de semana ya incrementa su oferta con uno titulado Nueva Sociedad con el que quiere cubrir en detalle terrenos como la educación y la sanidad con el objetivo de declarado de atraerse la publicidad que desde tales sectores se encaminaba tradicionalmente a The Guardian.

La irresuelta guerra particular por el segundo puesto, con la mitad de tirada, en que están enfrascados el Observer y el Sunday Telegraph ha llevado a un par de grupos a considerar un nuevo dominical, que iría en detrimento del Observer.

La filosofía subyacente es dar al lector el máximo por el mismo precio "algo a lo que nadie tiene nada que objetar", como señala Charles Wilson, director del Times, que ya hace ocho días duplicó su oferta sabatina manteniendo el precio.