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Una de las hijas de Deng Xiaoping afirma que el líder chino goza de buena salud

Como el llamado "pequeño gran hombre de China", Deng Lin es bajita, regordeta, de verbo fácil y utiliza con frecuencia las parábolas para hacerse entender. La hija mayor de Deng Xiaoping, pintora de profesión, habla con soltura de la realidad cultural y económica actual de su país, pero cuando alguien se atreve a plantear el tema absolutamente tabú de la salud del anciano dirigente de 91 años, su respuesta es tan tajante que deja zanjada cuaIquier otra pregunta al respecto: "Mi padre está bien, gracias".

Deng Lin, de 54 años, se encuentra en Barcelona por invitación de la Consejería de Cultura de la Generalitat, después de que el consulado chino organizase una exposición, que se inauguró ayer, de Pintura Tradicional China, con obras de ella y otros cuatro artistas. Sus cuadros se cotizan a unas 660.000 pesetas.Tras la conferencia de prensa, en la intimidad de una entrevista, Lin confiesa que ser la hija del arquitecto de la reforma, con el que vive en Pekín, tiene una lado positivo y otro negativo. "El positivo", afirma, "es que he crecido en medio de los avatares de la historia de China. Nací durante la guerra chino-japonesa [sus padres, comprometidos con la liberación del país, la dejaron al cuidado de unos campesinos]. Después, durante la Gran Revolución Cultural fui enviada al campo. Todo esto fortalece el carácter, amplia la experiencia y profundiza el sentimiento. En ese sentido es positivo. Lo negativo es precisamente el ser hija de..."

Deng Lin se siente orgullosa del nuevo papel que China desempeña en la actualidad internacional: "Fuimos humillados por las potencias occidentales y ahora nos hemos puesto de pie"'. Sin embargo, al preguntarle si acompañará a su padre a hacer realidad su sueño de estar en Hong Kong el 1 de julio de 1997, señala que "sólo" irá si el Gobierno se lo pide. Lin no comparte esa aspiración del político de ver cómo la bandera británica es arriada definitivamente en la colonia para izar la china, y reflexiona: "No iré. Habrá demasiada gente celebrándolo".

Deng Lin, que agita un abanico de Miró -"mi pintor español favorito, porque tenemos un espíritu parecido"-, señala que su padre ha tenido una enorme influencia sobre ella, especialmente por su "amplitud de pensamiento, su visión a largo plazo, su perspectiva de la vida y su dureza-ternura". Revela incluso que le debe a él el ser pintora: "Mi salud siempre fue mala y consideró que el arte era lo mejor para mí". Pero Lin, que tiene un hijo de 22 años que estudia informática, hace hincapié en que lo que más le gustaría es que "se independizase". "Que sea lo que quiera ser por sí solo, sin que se le conozca por hijo de la pintora o nieto de Deng Xiaoping".

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