Cantera de artistas
Un grupo de teatro enseña creatividad a los niños en su sala de Navalcarnero
Las olas que improvisan los aficionados al fútbol y las consignas que se vocean desde las gradas de un estadio sobran en la sala Tyl Tyl Teatro de Navalcarnero (11.500 habitantes). Los responsables de esta compañía han suspendido su espectáculo en más de una ocasión al descorrer el telón y observar "la actitud antiteatral" de los niños asistentes.
Precisamente uno de los objetivos de la escuela que gestionan los componentes de Tyl Tyl Teatro Daniel Loveccio, Puri Estalayo y Ave María Tejón- es enseñar a sus alumnos, de 3 a 16 años, que este género requiere otro tipo de entrega por parte del público. La búsqueda de esa sensibilidad es parte del programa educativo con cuatro asignaturas: teatro, música, movimiento y plástica, materias que no se aprenden con libros, sino descubriendo las posibilidades de expresión del cuerpo humano y relacionándolas entre sí.
En la asignatura de teatro, los niños de tres y cuatro años hacen improvisaciones a raíz de cualquier asunto cotidiano. Ver pasar una cigüeña sirvió en la última clase para estimular su imaginación, e inventaron un cuento y le pusieron música y letra.
Asumir diferencias
En la clase de movimiento los pequeños volaron como la protagonista de la historia, y en la de plástica representaron en arcilla su imagen mental de la cigüeña. Los alumnos pasan de una asignatura a otra sin enterarse, a través de juegos y lejos de la disciplina de cualquier clase de matemáticas en el cole. "Tampoco se les exige un alto nivel, porque trabajamos con la persona asumiendo la diferencia de cada cual", señala Daniel Loveccio.Por eso hay que dejar que chavales hiperactivos rompan los instrumentos de juguete antes de empezar a enseñarles música es que en a escuela también aprenden los tres adultos, que encuentran en las reacciones de los niños nuevo material para su investigación sobre la creatividad infantil. "Aquí se les enseña a que reconozcan sus capacidades y limitaciones, a que sepan de ellos mismos y de los demás", comenta Puri.
Sin embargo, estas enseñanzas se estrellan contra la cruda realidad cuando los chavales han alcanzado una docena de años. A esa edad, los padres los ponen a recopilar información con clases extraescolares de danza, yudo, inglés o informática. "Es el momento en que empieza la carrera por la pasta y los mayores preparan a sus hijos para que se conviertan en los números uno. Ahí se machaca la parte creativa de los niños", lamenta Loveccio. El domingo estrenan la obra La. pastoral, basada en la sexta sinfonía de Beethoven.
La pastoral. Hoy, domingo, a las 12.00, en el Teatro Tyl Tyl. Calle de la Iglesia. 500 pesetas.
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