El Nuevo Laborismo de Tony Blair alcanza una victoria histórica en el Reino Unido

El Partido Conservador británico pasó ayer a la reserva después de 18 años en el poder, de acuerdo con la espectacular evolución del voto a las cuatro de la pasada madrugada. Los laboristas a esa hora habían ganado ya 300 escaños, y los conservadores, sólo 39. Los liberal-demócratas tenían 24. Tony Blair apareció en su circunscripción de Sedgefield al filo de la madrugada recibiendo ya las felicitaciones de todos en calidad de nuevo primer ministro del Reino Unido. "Ha llegado la hora de olvidar las diferencias y trabajar unidos por este país. El Reino Unido lo merece, y es un honor para mí poder servir a este país", dijo Blair, que prometió gobernar con honradez y sentido común tras una victoria de proporciones históricas.

El líder laborista agradeció a sus votantes de Sedgefield, en el norte de Inglaterra, que depositaran de nuevo su confianza en él, confianza que, dijo ya pensando en el conjunto del país,, no traicionará. Para Blair, el de ayer había sido un voto por el futuro. Según el nuevo primer ministro británico, en el Reino Unido ha llegado la hora de acabar con las divisiones y de dejar de mirar hacia atrás. El todavía ministro de Economía, Kenneth Clarke, fue de los primeros en reconocer la imparable llegada hoy de Blair al número 10 de Downing Street. "Uno nunca sabe cómo se puede desarrollar una campaña electoral", diría luego. "Pero creo que si hubiéramos hablado un poco más de la economía y un poco menos de Europa, nos habría ido mejor". - La evolución del voto hacía pensar que el laborismo va a gozar de la más holgada mayoría de su historia y que los conservadores tendrán que contar con un apoyo en votos de proporciones tan bajas como no conocía desde el siglo pasado, lo que augura un dramático reajuste interno. El cambio radical que los tories dieron al país durante los últimos 18 años conllevó graves costes y una polarización social que explotó a fondo el Nuevo Laborismo.