El Reino Unido pospone su decisión sobre el euro hasta mediados del 2002
Se acabó la polémica. Se acabaron las dudas de las últimas semanas que han dejado la sensación de que el Gobierno laborista tiene demasiadas dudas sobre Europa: el euro circulará en paralelo a la libra-esterlina. El Reino Unido no participará en la Unión Monetaria y Económica en la primera oleada, que arranca en enero de 1999, ni durante la presente legislatura, cuyo plazo máximo expira a mediados del año 2002. Esta es la posición oficial del Gobierno británico respecto al euro, según anunció ayer en el Parlamento de Westminster el ministro de Finanzas, Gordon Brown.
En una intervención prematura, motivada por las crecientes especulaciones en los medios de comunicación y en los ambientes políticos, y sobre todo por la volatilidad de los mercados de valores, Gordon Brown justificó el rechazo del curo a corto plazo en términos económicos, pero aseguró que el Gobierno laborista aprueba, en principio", el proyecto de unión monetaria."No coincide con los intereses de nuestro país", señaló el ministro tras recordar que el ciclo económico británico no marcha actualmente en línea con el de los principales socios europeos. El Ejecutivo laborista persigue una convergencia más estricta que los mínimos criterios en cuanto a inflación y gasto público establecidos en el tratado de Maastrich.
Y, como señaló Brown, el Gobierno de Tony Blair quiere asegurarse que el curo favorecerá las inversiones extranjeras, beneficiará la evolución de los servicios financieros, fomentará la creación de empleo y las economías europeas serán suficientemente flexibles para aguantar cambios bruscos. "En la práctica", pronosticó el canciller del Exchequer, "no hay perspectivas realistas de alcanzar esta convergencia y estos baremos durante la presente legislatura".
Gordon no cierra definitivamente las puertas al proyecto monetario. Si se cumplen todos los baremos económicos y la industria está debidamente preparada, el Ejecutivo laborista aceptará el curo al iniciarse un potencial segundo mandato, esto es, inmediatamente después del año 2002.
"No hay obstáculos constitucionales", defendió el responsable de Hacienda tras admitir que la unión monetaria implica "un recorte de la soberanía en materia econó"ca". Al declarar por primera vez la intención de unirse al curo "en principio", el Gobierno laborista introduce un matiz en la posición británica. De "esperar y ver", política vigente durante las anteriores administraciones conservadoras, se pasa ahora a "esperar y prepararse" al euro.
La indecisión ha concluido
Según explicó ayer el ministro, el Gobierno tomará medidas para que la economía nacional, la in dustria y los servicios financieros se preparen a absorber la moneda única en un ambiente de estabilidad. Brown no quiere improvisación sobre un asunto tan importante, pero el ministro cree que se ha avanzado en los últimos meses:"El periodo de indecisión ha conluido. Empezamos a construir un nuevo consenso", señaló.
La libre circulación del curo en el Reino Unido a partir de 1999 es una de las medidas que facilitará el camino preparatorio. En este sentido, Brown confirmó en su intervención que la moneda única correrá en paralelo a la divisa nacional, la libra esterlina, durante la fase previa a su abolición.
En términos prácticos, señalaron ayer los analistas, la entrada del curo en la contabilidad empresarial y comercial puede ser irrevocable a largo plazo. El Ejecutivo laborista marca ciertas distancias respecto a la oposición conservadora. Ambos partidos descartan el curo a corto plazo, así como el ingreso en el Mecanismo de Cambios del Sistema Monetario Europeo. Pero, a diferencia de los laboristas, la nueva dirección tory se presentará a las elecciones del 2002 con una postura negativa al proyecto monetario.
Previsiblemente, para entonces, se habrán cumplido las condiciones establecidos por Brown para adoptar el curo, pero aún y todo los laboristas someterán la cuestión a un referéndum en el supuesto de ser reelegidos. "El Gobierno, el Parlamento y el electorado deben dar su consentimiento", defendió ayer durante la primera jornada de- la rentree legislativa.
[La reacción de Suecia, país que también ha optado por no entrar en la primera oleada del curo, fue ayer de satisfacción. Francia, por su parte, destacó el discurso europositivo del actual Gobierno británico, informa AFP].
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