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LA SITUACIÓN TRAS LAS ELECCIONES VASCAS

Los socialistas vascos cuestionan un Gobierno de concentración

Los pronunciamientos llegados desde el PSOE en Madrid sobre un Gobierno vasco de concentración han sentado mal en el socialismo vasco más proclive a reeditar el tripartito con los nacionalistas, un sector que apuesta por un Gobierno de "mayoría e integración", como dijo ayer el dirigente guipuzcoano Jesús Eguiguren. El secretario general del PSE, Nicolás Redondo, llegará hoy a Lakua a "escuchar" a Juan José Ibarretxe.

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Los socialistas vascos esperan que el PNV abra un escenario negociador que les facilite su entrada en el gabinete que presidirá Juan José Ibarretxe, previsiblemente junto a EA. Pero sobre todo que les posibilite dar un giro no traumático internamente en el discurso antinacionalista que ha presidido toda su campaña electoral. Los socialistas vascos, que hoy mantendrán el primer encuentro con Ibarretxe en una ronda de negociaciones que prevén larga, son conscientes de que la posición de salida ha mejorado respecto a hace cuatro años. Mientras ellos han ganado dos escaños, la formación que lidera Carlos Garaikoetxea, la previsible tercera pata del Ejecutivo vasco (EA), ha perdido peso específico y dos diputados.En el socialismo vasco conviven sectores proclives a mantener el discurso duro antinacionalista del que ha hecho gala el partido en la campaña (léase el sector alavesista que encabeza su secretario general, Fernando Buesa) con el socialismo guipuzcoano, que aboga por recuperar un lenguaje en clave autonomista vasquista, alejado del esencialismo y escorando el discurso hacia la izquierda.

Aunque Redondo tiene un ojo puesto en el discurso que llega de Ferraz, parte de sus asesores más directos creen que el partido socialista no puede quedarse al margen de la gobernabilidad vasca. El PSE quiere condicionar al nacionalismo y es consciente de que desde la oposición es mucho mas complicado atar en corto a un nacionalismo prendado del discurso soberanista que llega de Lizarra. Redondo aspira a que su partido mantenga la "posición equilibrada y central" en la política vasca que el PSE ha desempeñado en la última década.

La doble clave en la que se mueve el PSE para entrar en el próximo Ejecutivo vasco gravita sobre el proceso de pacificación y el asentamiento institucional en Lakua. Los socialistas son conscientes que una espantada del proceso "cuasi constituyente" que proponen los nacionalistas les deja, en gran medida, fuera de juego. Pero hay otro factor que pesa aún mucho más en toda esta negociación: la pacificación. Redondo cree que, tras la tregua de ETA, el proceso de paz no se puede dejar sólo en manos de Xabier Arzalluz y de José María Aznar. Y por eso defiende una política de consenso primero entre los ejecutivos central y vasco y, segundo, con el colchón de todos los partidos que asuman los procedimientos democráticos.

Proceso de adaptación

La ejecutiva de los socialistas vascos del lunes abrió una reflexión "profunda, serena y radical" en todos los niveles internos del partido para situar al socialismo en el nuevo panorama abierto en Euskadi. "Tenemos que adaptarnos al nuevo panorama político, algo que va más allá de nuestros adversos resultados y tiene que ver más con el escenario que dibuja la tregua de ETA, la nueva actitud de participación de Euskal Herritarrok [EH]", indican desde la dirección en Euskadi. Pero esta es una reflexión a medio plazo que la ejecutiva quiere trasladar a los comités provinciales, a las ejecutivas provinciales y al comité nacional. Paralelamente, en el comité nacional del próximo día 7, una vez que se haya producido ya el primer contacto con Ibarretxe, se marcarán las directrices a seguir por el PSE en la formación del nuevo Ejecutivo autónomo.Y es ahí donde los socialistas que lidera Redondo están pidiendo a Ferraz que deje hacer a un partido que, en un debate similar suscitado hace cuatro años en un comité nacional, ya demostró su mayoría de edad para decidir. Entonces los líderes Ramón Jáuregui y Txiki Benegas condicionaron el debate con su postura a favor de entrar en el Gobierno que presidiría después José Antonio Ardanza con el propio Jáuregui como consejero.

La portavoz del PSE-EE, Rosa Díez, recordó ayer a la dirección del PSOE: las decisiones sobre las "condiciones en las que los socialistas vascos estaremos o no en un futuro Ejecutivo nos corresponden a los socialistas vascos". Díez criticó las "especulaciones" llegadas desde el PSOE en favor de formar un Gobierno de concentración con PNV, EA, PP y PSE. Para la número dos por Vizcaya, "hay mucha incontinencia verbal" por parte de los responsables de la dirección del PSOE, en alusión a las declaraciones de José Borrell de un gobierno que "recoja en su seno la pluralidad política" que se manifestó el pasado 25-0.

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