Óscar Puente intenta tergiversar la realidad del PSOE con la prostitución en contra del PP y acaba quedando peor

Óscar Puente ha vuelto a hacer de las suyas este martes en el Senado. De nuevo el ministro convertido en perro de presa de Pedro Sánchez para defender al PSOE en un momento en el que, hay que reconocerlo, es bastante difícil. Especialmente gracias a un José Luis Ábalos que no fue un cualquiera dentro de la formación del puño y la rosa y ahora está quedando completamente sepultado noticia tras noticia, detalle tras detalle.

Especialmente llamativo es su relación con Jésica, que reconoció haber estando cobrando de dos empresas públicas sin trabajar. La misma que el exministro aseguraba que era su sobrina cuando le acompañaba, por ejemplo, a los actos de la Universidad Complutense donde ella estudiaba. Una relación sentimental que Ábalos habría elegido de un catálogo de mujeres.

Recién pasado el 8M, no está el PSOE para presumir de feminismo ni para atacar a otros partidos con la carta de la prostitución. Todo ello teniendo en cuenta que el anterior escándalo socialista de mayor repercusión, el del Tito Berni, estuvo marcado también por la prostitución y las drogas. Sin embargo Óscar Puente parece que ha tenido a bien elegir como respuesta a la pregunta de la diputada del PP, Ana Beltrán, casos pasados del PP cuando, como decimos, los socialistas no están en el mejor momento para lanzar este tipo de acusaciones.

En plena sesión de control en el Senado, no ha dudado en calificar a los populares como "el partido de los volquetes de putas", intentando desviar la atención de la pregunta directa de la senadora Beltrán, quien exigía explicaciones sobre la contratación en empresas públicas de la expareja del exministro socialista José Luis Ábalos.

Concretamente Beltrán ha acusado al Gobierno de haber convertido empresas públicas como Inneco o Tragsatec en refugios laborales para las amantes de Ábalos, seleccionadas no por su capacidad, sino por su relación con el también ex secretario de organización del PSOE.

Lejos de asumir responsabilidades o responder con claridad, Puente optó por señalar al PP de la Comunidad Valenciana, refiriéndose al caso Emarsa, donde se denunció la contratación de prostitutas como supuestas traductoras. Sin embargo, lo que Puente no menciona es que, en estos momentos, el escándalo que acorrala a su propio partido es aún más grave: una trama de corrupción y favores dentro del Gobierno socialista en la que los tentáculos del ‘caso Koldo’ y otras irregularidades no dejan de salir a la luz.

El ministro intentó desmarcarse, alegando que cuando Ábalos era ministro él estaba en Valladolid, pero su actitud solo deja una pregunta en el aire: ¿por qué el PSOE, en medio de escándalos de corrupción y prostitución, cree que es buen momento para señalar al PP por lo mismo?