Gamesa e ITP renuncian a crear el primer grupo aeronáutico español
La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la ingeniería vasca Sener y el grupo Gamesa anunciaron ayer que renuncian a crear el primer grupo aeronáutico español, Alerion, que iba a nacer de la fusión de Industria de Turbopropulsores (ITP) y de Gamesa Aeronáutica. En un comunicado, Alerion explica que "esta decisión se ha tomado ante la imposibilidad de acomodar las expectativas e intereses de las partes". Las dos empresas continuarán realizando sus actividades "con total normalidad". ITP es fabricante de componentes para motores de aviación y tiene su sede en el Parque Tecnológico de Zamudio (Vizcaya), y Gamesa Aeronáutica, que está centrada en estructuras, tiene su sede en el Parque Tecnológico de Miñano (Álava).
El proyecto de creación de Alerion surgió en marzo del pasado año cuando SEPI y Sener, que controlaban el 53,12% de ITP a través de Turbo 2000, acordaron con Gamesa Aeronáutica la integración. Los promotores de Alerion intentaron que la multinacional Rolls Royce, que tiene casi el 47% de ITP, participase en el proyecto, pero las negociaciones con la multinacional británica no dieron los resultados esperados. En un primer momento, la firma británica se sintió discriminada por sus socios españoles que no le comunicaron sus intenciones de integración con la división aeronáutica de Gamesa.
La ruptura del acuerdo obligará al grupo Gamesa a cambiar su estrategia, ya que había decidido participar como socio en el proyecto, pero centrar sus actividades en la otra pata de su negocio: las energías renovables, esencialmente eólicas. De hecho, aspiraba a quedarse con un paquete de acciones inferior al 10% y salirse de la gestión diaria.
La sede social
El proyecto de Alerion apuntaba a la conformación de un grupo aeronáutico con una facturación de unos 700 millones de euros, un beneficio antes de impuestos y después de amortizaciones de 135 millones y una plantilla conjunta de más de 4.000 personas. La ubicación de la sede social, tras un larga polémica, se había decidido que estuviera en Madrid. Las administraciones vascas sugirieron que la decisión estaba dentro de una campaña orquestada para trasladar empresas de Euskadi a Madrid. De hecho, a raíz de esta polémica, una de las condiciones para la privatización de las empresas vascas de gas, agrupadas en Naturcor, es que la sede social permanezca en Euskadi.
Alerion pretendía trabajar en el campo civil (80% del negocio) como en el militar (20%) y aspiraba a aumentar su masa crítica para poder participar en nuevos contratos globales. El reparto previsto del capital era un 41% para Turbo 2000, a Rolls el 38% y a Gamesa un 21%. La nueva empresa tenía previsto cerrar su integración a finales del pasado año o en el primer trimestre de este ejercicio y pretendía su salida a Bolsa, donde ya está Gamesa.
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