Mario Onaindia / 2
Me entristece la muerte de un hombre intelectual como Mario Onaindia. Fue un hombre que luchó contra las dictaduras; al principio de su vida política, contra una, y al final, contra otra de las mismas características. Escribía en castellano y en euskera mejor que aquellos que le criticaban. Tuvo reproches en Euskadi por cambiar de pensamientos, pero el hombre debe estar siempre cambiando. Y él lo que hizo fue comprender el cambio que se había producido.
Muchos estábamos a su favor en el juicio de Burgos y muchos más comprendimos que, al cabo de los años, aquella lucha era absurda. Pero para ello hay que pensar con la cabeza y dejar el corazón a un lado.
El nacionalismo se puede comprender cuando es un sentimiento que respeta a los demás. Cuando impone su idea, deja de ser una ideología para convertirse en la dictadura que ahora quieren imponer aquellos que no saben exponer sus pensamientos como lo hacía Mario. Ni en castellano ni en euskera. Pero lo malo es que no los sepan exponer. Es que tampoco los saben razonar. Simplemente, odian. Y Mario no odiaba a nadie. Descanse en paz.
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