Los jueces proponen pulseras de control para los menores que cometan delitos leves
La medida paliaría la falta de reformatorios
Los jueces de Madrid proponen el uso de pulseras de control para los menores que cometan infracciones penales menos graves y como alternativa al internamiento de estos jóvenes en régimen semiabierto. Éste les obliga a pernoctar en un centro de reforma durante el tiempo que indique el juez.
La pulsera permitiría al menor quedarse en su casa y no tener que ir a dormir al centro de reforma. Y, además, contribuiría a paliar el déficit de plazas que soportan estos centros y que, en muchos casos, dilatan el cumplimiento de las medidas judiciales de reinserción.
A comienzos de abril había en Madrid 114 menores que no habían cumplido las medidas impuestas por falta de plazas; y, además, había otros 16 a los que se habían impuesto arrestos de fin de semana en un centro que tampoco habían podido cumplir por falta de sitio.
La propuesta fue lanzada por el portavoz y decano de los jueces de Madrid, José Luis González Armengol, en una reunión celebrada el pasado martes y en la que estaban representados todos los sectores relacionados con el menor: un representante de los jueces de menores, fiscales, el Grupo Policial de Menores (Grume) y la Comunidad de Madrid. La idea es usar también las pulseras para los muchachos a los que se impongan arrestos de fin de semana.La Ley del Menor otorga al juez "flexibilidad" para, en los supuestos de infracciones menos graves y atendiendo las circunstancias sociales de la familia, imponer al menor la medida más favorable a su reinserción. "La pulsera puede sustituir, dependiendo de casa caso, el régimen semiabierto por un control a través de medios electrónicos", destaca González Armengol. "Entre tener que dormir en un centro o hacerlo en casa, pero con un brazalete, la segunda opción parece más favorable para el menor y, además, ayuda a paliar el déficit de plazas", añade.
Estas pulseras serían distintas a las que se van a utilizar para controlar a los maltratadores. "Son una especie de brazaletes que se pueden poner en el brazo o en el tobillo, conectados a una central y que permiten tener localizado al menor", describe el decano. En el Reino Unido ya se utilizan en jóvenes.
Un informe del decanato revela que a comienzos de abril había 114 menores que no habían cumplido sus castigos por falta de plazas en los centros de reforma. Se trata de muchachos que habían cometido "infracciones penales menos graves" -las graves son aquellas en las que el menor emplea violencia o intimidación y ponen en peligro la vida de otras personas-. Además, había otros 16 menores que debían pasar los fines de semana en centros y que tampoco habían cumplido esta medida judicial por el mismo motivo.
Y todo ello a pesar de que, según el informe del decanato, las plazas de centros cerrados (donde van los jóvenes que cometen delitos graves) han aumentado sustancialmente en el último año. En general, el nivel de cumplimiento efectivo de las medidas judiciales destinadas a jóvenes ha aumentado en un 57% en 2004 en relación con el año anterior, según el citado informe.
En breve entrará en funcionamiento un edificio situado en la calle de Concepción Arenal que paliará la actual falta de plazas. Además, para los menores delincuentes con problemas de salud mental, se va a firmar un convenio con la Fundación Augusto Vidal Perera, que permitirá habilitar 12 plazas para estos casos en el citado edificio de Concepción Arenal.
Los centros de menores de Madrid para la ejecución de medidas judiciales disponen en la actualidad de 341 plazas (44 más que a finales del año pasado). De ellas, 133 son para el régimen semiabierto y 208 para el cerrado. Además, hay 12 plazas de reserva en régimen abierto fuera de la Comunidad.
El aumento de menores implicados en delitos muy graves empieza a preocupar a los jueces. En 2004 hubo 22 muchachos implicados en homicidios, frente a los 19 de 2003. Pero también se han incrementado en casi un 11% las agresiones sexuales con presencia de menores. Además, en 2004 se levantaron 266 atestados contra menores por tráfico de drogas.
El informe del decanato señala que el 93,2% de los jóvenes delincuentes son varones. También constata que, aunque la delincuencia con menores implicados ha bajado un 3% en 2004 respecto al año anterior, se ha producido un fuerte incremento de muchachos reincidentes y de los implicados en delitos graves. Un 25% de los menores detenidos en 2004 tenía entre 14 y 15 años; el 55,49%, entre 16 y 17 años, y, entre 18 y 21 años, el 19%.
Respecto a la procedencia de los menores sometidos a medidas judiciales, el estudio señala que un 42% es español; un 32%, marroquí; un 14%, de países latinoamericanos, y casi un 8%, de la Europa del Este. En la reunión con todos los sectores relacionados con el menor, el decano sugirió redactar un convenio de cooperación con Marruecos que permita que éstos puedan cumplir las penas en centros de ese país.
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