La Xunta lleva ante el fiscal ambiental a la empresa del vertido en el río Umia
La química no estaba inscrita como contaminante e incumplía la distancia mínima al cauce
La Xunta de Galicia ha denunciado ante el fiscal de Medio Ambiente de Galicia a la empresa Brenntag, responsable del vertido tóxico en el río Umia, que ha arrasado siete kilómetros del río. La empresa, distribuidora de disolventes, no estaba considerada contaminante e incumplía la distancia mínima al río, según la Xunta. La multinacional afirmó ayer que pagará la reparación del cauce, que espera concluir en tres días, pero negó que la masiva mortalidad de peces se deba a su accidente. La Xunta anunció que impedirá la reapertura de la planta.
La Xunta ha emprendido acciones legales contra la compañía alemana Brenntag por la mancha tóxica en el río Umia, en Caldas de Reis (Pontevedra). La información de que dispone la Consejería de Medio Ambiente está en manos del fiscal ambiental, después de que el incendio de la factoría de productos químicos en la ribera del Umia provocó el pasado viernes un vertido que ha arrasado flora y fauna en siete kilómetros del río, y que amenaza su curso hasta la desembocadura.
El consejero de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, manifestó ayer que la empresa, que calificó de "polvorín químico", "nunca debió haberse situado ahí". Según declaró, la factoría incumplía la distancia mínima al cauce y estaba en una zona inundable. El consejero anunció que su departamento realizará un control de las empresas potencialmente peligrosas ubicadas en las riberas de los ríos gallegos. La Xunta estudia si puede sancionar a la planta por el vertido, pero apuntó que existe un vacío legal al no haber aprobado el Gobierno una ley de responsabilidad ambiental, informa Efe.
La planta no estaba inscrita en el registro de empresas contaminantes del Ministerio de Medio Ambiente ni afectada por la normativa de control de la contaminación, que se aplica a las empresas potencialmente contaminantes. Esto se debe a que en Caldas de Rei no se fabricaban productos químicos, sino que era una planta de distribución, según el director general de Calidad Ambiental del ministerio, Jaime Alejandre.
La mancha continuaba anoche su lento avance hasta el primer dique de contención, creado con filtros de carbón para retener los componentes tóxicos. En la ribera del Umia, antes del primer dique, se ha instalado una gran balsa impermeabilizada donde se tratará el vertido. Si los resultados de los análisis son satisfactorios, el caudal se devolverá al cauce natural. De lo contrario, se desviará a otra piscina para continuar su tratamiento. La Xunta cifró entre 40.000 y 60.000 los metros cúbicos de agua contaminada.
El presidente de Brenntag Ibérica, Emilio Colomer, afirmó que el vertido está compuesto principalmente por tolueno, xireno y estireno, tres disolventes orgánicos. Se trata de sustancias químicas muy volátiles, que pueden quedar retenidas en el dique de carbón activo para frenar la contaminación. Colomer negó que entre los compuestos del vertido haya benceno o metales pesados, compuestos muy tóxicos y que, según la Xunta, pueden estar presentes.
Colomer anunció que la empresa correrá con los gastos de reparación, que cifró en varios millones de euros, pero matizó: "Dos horas antes del accidente denunciamos a la Guardia Civil que había un montón de truchas muertas en el río. En nuestra planta no hay benceno ni metales pesados. Asumimos la responsabilidad del vertido, pero no se nos puede achacar toda la mortalidad de peces". El accidente se produjo, según la empresa, cuando un contenedor de disolventes repartía el contenido en garrafas más pequeñas. Entonces, el calor produjo una deflagración, que se propagó por la planta.
Manuel Vázquez se mostró optimista sobre la posibilidad de "reducir la carga tóxica", una esperanza que comparten los mariscadores de la ría de Arousa. En la desembocadura del Umia, los mariscadores trabajaron ayer con normalidad tras el cierre del fin de semana. Río abajo de los diques, en los 13 kilómetros restantes, la calidad del agua es óptima, lo que ha permitido restablecer el abastecimiento de los ayuntamientos de la zona, excepto el de Vilagarcía.
Las autoridades medioambientales de la Xunta son pesimistas sobre el estado en que quedará el río en la zona directamente afectada por la mancha. Con la flora y fauna totalmente arrasadas en esos siete kilómetros, el Gobierno gallego se plantea el futuro tratamiento de los lodos, por lo que ha invitado a lo técnicos que participaron en la recuperación de Aznalcóllar.
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