Un 'jujol' enfermo
La Casa Planells, obra del arquitecto modernista, ha sido apuntalada, y su fachada cubierta con una red protectora
Era uno de sus mayores anhelos, pero se ha convertido en su mayor quebradero de cabeza. Arturo Frediani no dudó cuando vio el anuncio de que uno de los pisos de la Casa Planells, situada en el número 332 de la avenida Diagonal de Barcelona, se alquilaba.
"Había estudiado la obra del arquitecto modernista Josep Maria Jujol, he incluso participado en el proyecto de reforma de Can Negre en Sant Joan Despí, uno de sus trabajos más conocidos. Fue un sueño poder instalar mi despacho en el piso principal de uno de sus trabajos más arriesgados", asegura este arquitecto, ganador de dos premios FAD de arquitectura. En enero lo alquiló y tras invertir cerca de 20.000 euros en recuperar elementos originales, como un estupendo suelo hidráulico donde se narra la fábula de la cigarra y la hormiga, y la carpintería de madera, surgió la sorpresa. "Tras una tarde de intensa lluvia comenzaron a aparecer goteras en la zona de la tribuna acristalada. Avisamos al dueño, que, tras enviar a un técnico, no dudó en apuntalar la zona que sobresale de la fachada principal, desde la calle hasta el piso superior", explica mientras señala los siete puntales de su piso, que desde el suelo se pierden en las aberturas practicadas en el techo, por las que se llega a ver el exterior a través de un plástico protector. "Las filtraciones en la terraza del piso superior han deshecho las vigas de madera", explica Frediani.
La lluvia ha deshecho las vigas de madera que aguantan las terrazas y la tribuna
La Casa Planells es un edificio construido por Josep Maria Jujol entre 1923 y 1926 por encargo de Evelí Planells en un pequeño solar situado en la esquina de esta avenida, que empezaba a construirse, con la calle de Sicília. "La gran genialidad de Jujol es que en un solar mínimo de 80 metros cuadrados supo construir viviendas de casi 120, al crear pisos intermedios llenos de formas curvas", explica Frediani mientras recorre la vivienda, en la que destaca una columna del salón rematada por ondas en el techo como las que Jujol creó en edificios como La Pedrera.
Los imprevistos han hecho que, antes de acabar de instalarse, Frediani haya comenzado a retirar ordenadores y libros hacia su anterior estudio, en Viladecans. "El problema de los trabajos de Jujol es que son obras vivas y sensibles, que se crean y que mueren si no se les da afecto. Estoy exhausto y desilusionado, y todo el mundo me aconseja que lo deje", explica el arquitecto, que espera que las vacaciones le sirvan para tomar una decisión.
Por su parte, Joan Escofet, presidente de la comunidad de propietarios y uno de los tres dueños de estas seis viviendas y un local comercial, explica que se está elaborando un proyecto de reforma para que el Ayuntamiento lo apruebe al ser un edificio protegido. "Hemos cubierto la fachada para estar tranquilos ante posibles desprendimientos. Actuaremos lo antes posible", dice. "Ayudará que hayamos hecho el estudio cromático de la fachada", asegura, en referencia a un enorme repinte más claro que el marrón que domina la fachada y que denota otros problemas que han afectado a la parte superior del edificio.
Como casi todas las construcciones, la Casa Planells tiene muchas historias. Una de las más desconocidas es que fue un burdel a mediados del siglo XX. "En todas las habitaciones había bidé y en el pasillo se abrió una puerta que daba directamente a la escalera, para que los clientes huyeran en caso de que llegara la policía", explica Frediani.
El edificio que deslumbró a Malkovich
Que el actor John Malkovich es un apasionado del arquitecto modernista Josep Maria Jujol no es nuevo. Sí cómo lo descubrió: "Vine a rodar a Barcelona y de camino al Ritz, donde me alojaba, mi coche paró delante de la Casa Planells. No sabía ni qué era ni de quién era. Cuando llegué al hotel me interesé por el edificio, pero nadie me supo decir nada en concreto; pero cuando volví del rodaje tenía en la mesita de noche un montón de libros sobre el arquitecto, que devoré con pasión", aseguró en 2004 el norteamericano al propio Arturo Frediani tras una cena en Barcelona, adonde había viajado como director de la obra teatral
Hysteria
.
"Todo el mundo asegura que soy un especialista en Jujol, pero solo soy un admirador suyo", explicó el actor de
Las amistades peligrosas
mientras le enseñaba fotografías del banco que había hecho con la técnica del
trencadís,
imitando los del parque Güell, en su casa de la Provenza (Francia).
"Lo mejor que le podría pasar a la Casa Planells es que Malkovich la comprara y la rehabilitara íntegramente. Sería una buena solución para la degradación que sufre el edificio", remacha Frediani.
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