Elon Musk declara en el juicio por Tesla: “Que yo tuitee algo no quiere decir que la gente se lo crea”
El dueño de Twitter intenta quitarse la responsabilidad sobre el mensaje engañoso que movió la cotización del fabricante de automóviles
Fotógrafos y cámaras de televisión estuvieron haciendo guardia en la puerta del juzgado. Este viernes era el día en que Elon Musk tenía que declarar por las famosas dos palabras (“financiación asegurada”) de un tuit con el que insinuó que iba a lanzar una opa sobre Tesla y que movió la cotización de la compañía. Algunos accionistas le demandaron y este viernes empezaba su declaración, que continuará el lunes. Musk se escabulló en un Tesla ―cómo no― con los cristales tintados y en el estrado intentó escurrir el bulto: “Solo porque yo tuitee algo, no quiere decir que la gente se lo crea”, declaró.
Dentro de la sala no se permitían cámaras y la imagen de él que ha trascendido es la de la habitual caricatura de los juzgados. Según los blogs que iban contando casi en directo la declaración y lo recogido por agencias de noticias como AP, Bloomberg y Reuters presentes en la sala, Musk compareció con traje oscuro y corbata y declaró durante solo unos 25 minutos antes de que la sesión se levantase hasta las 8.30 de la mañana del lunes en San Francisco (las 17.30 en la España peninsular).
Musk sostuvo que Twitter es “la forma más democrática” de comunicarse con los pequeños inversores. Dijo que sus tuits son información que cree “que el público debe escuchar”, pero se excusó en que “hay un límite” a lo que puede comunicar con los 240 caracteres que admite un mensaje de Twitter. “Obviamente, se puede tener más verborrea en una comunicación oficial. Todo el mundo en Twitter lo entiende”, dijo.
“Creo que se puede ser absolutamente sincero [en Twitter]. ¿Pero se puede ser exhaustivo? Por supuesto que no”, se defendió. En realidad, en el famoso tuit de la polémica apenas usó la cuarta parte del espacio disponible: “Estoy considerando sacar a Tesla de Bolsa a 420 dólares. Financiación asegurada”, decía en ese mensaje del 7 de agosto de 2018, poniendo como precio de la oferta el número que se usa para referirse a la marihuana.
Am considering taking Tesla private at $420. Funding secured.
— Elon Musk (@elonmusk) August 7, 2018
Tras su primer tuit, Musk insistió con otros que hacían pensar en una operación inminente. “Los accionistas pueden vender a 420 o mantener las acciones [en la compañía excluida de Bolsa]”, añadió primero. Y volvió a la carga: “Se confirma el apoyo de los inversores. La única razón por la que no es seguro es que depende del voto de los accionistas”, dijo después en otro tuit. Incluso envió un mensaje a los empleados explicando sus planes.
Las acciones de Tesla se dispararon (y se hundieron al comprobarse que no había opa para excluir de Bolsa a la empresa), pero Musk intentó este viernes en el juicio desvincular ese movimiento de su tuit. “Las acciones de Tesla suben y bajan todo el tiempo”, dijo en un momento. “Solo porque tuitee algo no significa que la gente lo crea o actúe en consecuencia”, argumentó también, asegurando que “correlación no es causalidad”.
Puso como ejemplo que una vez tuiteó que las acciones de Tesla estaban “demasiado altas”, pero luego el precio subió aún más. “Fue contraintuitivo”, dijo Musk. En realidad, aunque el magnate haya declarado eso, las acciones de Tesla se desplomaron un 9% el día que publicó ese tuit.
Cuando el abogado de los demandantes le enseñó mensajes de correo electrónico de inversores de Tesla que antes del polémico mensaje ya le instaban a reducir o detener por completo su hábito de tuitear sobre la empresa, Musk dijo que no podía recordar esos mensajes de hace años, especialmente porque recibe una “catarata del Niágara” de correos electrónicos.
La Comisión de Valores y Bolsa (la SEC) ya abrió una investigación por la aparente manipulación de la cotización. Musk llegó a un acuerdo para dejar la presidencia de Tesla (aunque sigue siendo el consejero delegado), asumir una multa de 40 millones de dólares (20 millones a pagar por él y otros 20 millones por Tesla) y someter a supervisión los futuros tuits sobre el fabricante de coches eléctricos. En el estrado reconoció este viernes que en 2018 sus tuits no eran revisados por Tesla. En otro caso paralelo, Musk está recurriendo ahora esa supervisión previa alegando que atenta contra su libertad de expresión.
Durante su declaración, Musk dijo al jurado de nueve miembros que deberá sentenciar el caso que 2018 fue un “año extremadamente doloroso y difícil” para Tesla y para él, y añadió que estaba “durmiendo en la fábrica para hacer que las cosas funcionaran.” Musk dijo: “El puro nivel de dolor para hacer que Tesla tuviera éxito durante ese periodo de 2017-2018 fue insoportable para mí y para muchos otros”, trató de justificarse.
Durante el interrogatorio, a Musk le preguntaron también por los vendedores en corto, inversores que toman posiciones para beneficiarse de la caída de la cotización. Primero bromeó diciéndole al jurado que no son “vendedores que sean cortos de estatura” sino “un puñado de tiburones” que quieren que Tesla “muera muy mal”. Aseguró que la venta en corto es una práctica malvada y que en su opinión debería ser ilegal.
El dueño de Twitter intentó sin éxito que el proceso se trasladase a Texas, donde ahora tiene su sede Tesla. Musk alegaba que un jurado de San Francisco puede estar predispuesto contra él, especialmente por los despidos que han afectado a la mitad de la plantilla de Twitter y su caótica toma de control de la red social. El juez ya ha dejado sentado que aquellos tuits fueron falsos y lo que debe decidir el jurado es si Musk engañó deliberadamente a los inversores y si sus declaraciones les provocaron pérdidas
La demanda contra Musk es civil. Piden compensaciones millonarias los inversores que compraron al calor de la posible oferta y vendieron con pérdidas al desinflarse esa perspectiva. Tesla ha desdoblado sus acciones dos veces desde 2018. Aquellos 420 dólares equivaldrían a 28 dólares por cada una de las actuales acciones. La compañía ha subido mucho más en Bolsa. Llegó a superar los 400 dólares en 2021 e incluso después del desplome de 2022, ahora cotiza por encima de los 130 dólares. Así pues, quienes hayan seguido siendo accionistas, entraran o no al calor de la falsa oferta, no solo no han perdido dinero, sino que lo han multiplicado.
Musk logró esquivar una derrota casi asegurada en la demanda que presentó Twitter contra él por querer retirar su oferta al aceptar respetar el acuerdo original, pero empieza a ser un habitual de los juzgados. En diciembre de 2019, ganó un juicio por difamación en Los Ángeles. Más tarde también ganó una batalla contra los inversores que le demandaron por la adquisición de SolarCity por parte de Tesla. En noviembre, testificó en el tribunal de equidad de Delaware en un juicio sobre su paquete de retribución de 55.000 millones que un accionista reclama anular por “enriquecimiento injusto”.
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