El colapso del Silicon Valley Bank extiende el miedo en las Bolsas mundiales
La abrupta intervención del banco estadounidense llega después de una oleada de ventas en los mercados, con las entidades financieras como principales damnificadas
Todas las crisis incluyen en su menú de daños fuertes caídas en Bolsa, pero no todos los desplomes del mercado son sinónimos de crisis. Analistas e inversores se preguntan a qué tipo de peligro se enfrentan ahora. La súbita quiebra del Silicon Valley Bank tiene algunos de los ingredientes que han salpicado los capítulos más negros de la historia financiera reciente. Hay un banco caído, no muy conocido para el gran público porque su actividad era proporcionar financiación a las start ups que buscan abrirse paso en la competitiva selva de las tecnológicas —un riesgo que la banca comercial tradicional evita correr con tantas alegrías—; hay un efecto contagio a las cotizaciones de toda la gran banca norteamericana y europea; y como telón de fondo, hay una inflación disparada contra la que los bancos centrales están desplegando todo su arsenal.
El desencadenante, la caída en desgracia del banco de Silicon Valley, muestra unos números de vértigo: sus acciones se derrumbaron un 60% este jueves, y el Nasdaq suspendió temporalmente su cotización este viernes, justo cuando las operaciones previas a la apertura del mercado anticipaban otro batacazo colosal, superior al 60%. Ya no volverá al parqué: los reguladores estadounidenses se harán cargo de la entidad, que ya ha pasado a la historia como la segunda mayor quiebra bancaria en la historia de Estados Unidos, solo por detrás del colapso de Washington Mutual en 2008, en plena Gran Recesión.
El cierre fue ordenado por el Departamento de Protección e Innovación Financiera del estado de California, que ha designado a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos como administradora y responsable de devolver los fondos a sus dueños. Según un comunicado de esta entidad, los depositantes a los que cubre el seguro, es decir, todos aquellos con menos de 250.000 dólares, “tendrán acceso completo a sus depósitos asegurados a más tardar el lunes 13 de marzo de 2023 por la mañana”. Los no asegurados lo tendrán más complicado: recibirán un anticipo la próxima semana, y un certificado donde se indique el montante restante de sus fondos. Cuando se vayan vendiendo activos del banco, irán cobrando más, aunque ahora mismo nada garantiza que vayan a recuperarlo todo. Todavía se desconoce cuántos afectados hay, pero a 31 de diciembre de 2022, el banco contaba con unos 209.000 millones en activos y 175.400 millones en depósitos.
Las alarmas saltaron cuando el Silicon Valley Bank anunció que debido a una disminución de los depósitos se vio obligada a desprenderse en pérdidas de una importante cartera de bonos, y comunicó su intención de emitir 1.750 millones de dólares en nuevas acciones para frenar la crisis de liquidez.
La reacción de los inversores fue implacable, y la capitalización del banco cerró el jueves por debajo de los 6.000 millones de euros, cuando un par de días antes triplicaba esa cantidad. El castigo bursátil, y la velocidad de la salida de depósitos incluso le obligó a cambiar de planes. Según el diario Wall Street Journal, renunció a ampliar capital y buscaba desesperadamente un comprador ante su incapacidad para frenar la salida de fondos, pero no fue posible. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, afirmó que sigue de cerca la situación, no solo del Silicon Valley Bank, sino de otros bancos vulnerables, ante la posibilidad de que el pánico se retroalimente y amplifique la huida de clientes.
En un sector tan interconectado, las preguntas sobre hasta qué punto otras firmas se verán perjudicadas por la implosión del financiador de Silicon Valley están sobre la mesa. Y ya han espantado al dinero más conservador, aquel que, por si acaso, no espera a ver el desenlace, por si fuera demasiado tarde. Eso ha creado una espiral de miedo y nerviosismo en los índices que agrupan a la banca, con rebajas del 6,6% este jueves en el caso de los que forman parte del S&P 500. Ninguno de los grandes nombres se libró:, Bank of America se dejó el 6,20%, Wells Fargo un 6,18%, JPMorgan un 5,41% y Citigroup un 4,10%, en su peor momento desde la pandemia. Al cierre de la jornada, el Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq tecnológico, los tres grandes índices de Wall Street, se acercaron al 2% de corrección. Este viernes, las pérdidas volvieron tras conocerse la quiebra, aunque a menor ritmo.
La banca europea recibió la crisis con movimientos similares. Al cierre de la sesión en el continente, cuando todavía no se conocía el cierre del banco, Deutsche Bank perdió más de un 7%, el británico HSBC, el holandés ING, el Banco Santander y los franceses BNP Paribas y Société Générale recularon en torno al 4%, algo más que el BBVA. Eso penalizó con fuerza al Ibex 35, el índice español que agrupa a las grandes empresas cotizadas del país, donde la presencia de bancos es importante. Cerró un 1,47% por debajo del jueves.
Quiebra cripto
Mientras todas las miradas se centraban en el futuro del grupo financiero, en plena retirada de fondos de sus clientes otros frentes se abrían. Este viernes se ha conocido el dato de empleo en Estados Unidos, y aunque parezca contradictorio, la premisa de Wall Street era que cuanto peor, mejor. El enfriamiento del mercado laboral es el requisito clave para que la inflación se desinfle y, por tanto, para que la Reserva Federal aparque las subidas de tipos que arrastran a la economía a la recesión. Finalmente, la economía estadounidense creó 311.000 empleos en febrero, aunque la tasa de paro subió dos décimas, hasta el 3,6%. El dato no cambió el mal rumbo de la jornada.
Además, en la mirilla está la quiebra de Silvergate Capital, un banco especializado en servicios para negocios de criptomonedas, que ha anunciado su liquidación ante el difícil entorno regulatorio y la mala evolución de la industria cripto en los últimos tiempos. Silvergate fue víctima de la bancarrota de FTX, una de las mayores plataformas de compra y venta de criptomonedas, que no ha devuelto los fondos a sus clientes. El bitcoin cae este viernes un 8% y pierde la barrera de los 20.000 dólares, su nivel más bajo en dos meses. Solo el oro, tradicional valor refugio en tiempos de turbulencias, resiste con su precio en verde, por encima de los 1.860 dólares la onza.
Pese al descalabro, las Bolsas mundiales están viviendo un comienzo de 2023 muy positivo. El Ibex 35 se ha revalorizado más de un 10%, ligeramente por encima de los parqués de Fráncfort y París. El Nasdaq tecnológico estadounidense también acumula avances de doble dígito, por delante del S&P 500 (2% arriba) y del Dow Jones (2% abajo).
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