“Es un momento muy especial en la relación entre España, EE UU y Latinoamérica”
Un foro organizado por EL PAÍS en Nueva York, con la participación del presidente español Pedro Sánchez y del ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, resalta los lazos conjuntos y las oportunidades de cooperación para enfrentar retos globales
De los salvajes sueños y pesadillas de la inteligencia artificial a la muy real crisis de seguridad alimentaria que afecta a cientos de millones de personas en estos tiempos pospandémicos de guerra y desastres medioambientales. Y de la adaptación de las infraestructuras y el comportamiento de la inflación en un contexto de desafíos climáticos a la recuperación económica y la digitalización en Latinoamérica. Esos acuciantes retos centraron las conversaciones, que giraron en torno la idea de transformación, en el sexto foro Latinoamérica, Estados Unidos y España en la economía global, celebrado este miércoles por la mañana en Nueva York.
Líderes políticos, económicos y periodísticos de ambas orillas se citaron en el coqueto teatro del hotel Roxy, en Manhattan, para tratar las maneras de estrechar los lazos trasatlánticos en nombre de un progreso común. Joseph Oughourlian, presidente de Prisa (grupo editor de EL PAÍS), resumió pronto el espíritu del encuentro: “Este es un momento muy especial para las relaciones entre España y Estados Unidos, pero también entre España y América Latina”, dijo en el discurso inaugural.
El foro contó con las intervenciones destacadas del presidente en funciones del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y del gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy. El encuentro, que es ya una tradición de la semana en la que la Organización de las Naciones Unidas celebra su Asamblea General, estaba organizado por EL PAÍS ―cuya directora, Pepa Bueno, definió la relación a tres bandas de España, Latinoamérica como “triángulo virtuoso”― y la Cámara de Comercio España-Estados Unidos. El evento contó con el patrocinio de Abertis, Baker McKenzie, Grupo Nutresa, Iberia, Inditex e Indra y con la colaboración de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
La mañana la abrieron las intervenciones de Oughourlian y del presidente de la Cámara de Comercio España-Estados Unidos, Alan D. Solomont, que fue embajador en España en tiempos de Barack Obama. Oughourlian quiso fijarse en la presidencia española de la Unión Europea, que está suponiendo, dijo, “un enorme progreso en la relación entre la UE y América Latina”, una región con frecuencia “olvidada” en la UE en un momento en el que en Europa hay tanto de lo que ocuparse: de la invasión rusa de Ucrania al comercio con China o la relación con Estados Unidos.
También resaltó el valor de los productos informativos del Grupo Prisa y su compromiso con la calidad y el rigor. “Eso no significa que nos fijemos en lo que ocurre en el mundo desde un punto de vista neutral, sino que hemos adoptado posiciones muy firmes sobre el cambio climático, sobre el feminismo, la seguridad alimentaria y otras materias. Esas posiciones reflejan lo que lo que somos y lo que queremos ser no solo en España, sino en toda América Latina”, advirtió.
Solomont insistió, como otros ponentes durante el encuentro, en “la importancia de los lazos entre Estados Unidos, España y América Latina”. “En el mundo actual, nuestras economías están más interconectadas que nunca. Es especialmente importante reconocer que la asociación estratégica entre España y Estados Unidos es primordial para la seguridad y la prosperidad a ambos lados del Atlántico”, remarcó.
Según el presidente de la Cámara de Comercio España-Estados Unidos, “reforzar las conexiones globales siempre ha sido importante, pero ha cobrado aún mayor relevancia en los últimos años acontecimientos como las catástrofes pandémicas globales o como las que están teniendo lugar en Marruecos y Libia”. Indicó además que “la invasión rusa de Ucrania, junto con los cambios en la dinámica geopolítica, han puesto rigurosamente en jaque a la economía mundial, lo que requiere la adaptación y la resistencia de los marcos empresariales e institucionales productivos del mundo”. Es en estos momentos sin precedentes cuando la Cámara de Comercio España-Estados Unidos (a la que pertenecen algunas de las empresas más influyentes de ambos países, así como líderes en muchos sectores, como la energía, la banca, la construcción, la alimentación y las bebidas) puede demostrar su papel como pilar importante en las relaciones transatlánticas, argumentó.
“El foro de hoy es un ejemplo tangible de nuestros esfuerzos por poner de relieve las alianzas y asociaciones que España, Estados Unidos y América Latina deben forjar para sostener la prosperidad individual y compartida”, concluyó Solomont.
Transformación verde e igualdad de género
La directora de EL PAÍS dio la palabra a Pedro Sánchez con una defensa del trabajo en equipo (de políticos, empresarios y periodistas) para garantizar el éxito en los que definió como los dos retos más acuciantes de nuestras sociedades: “La transformación verde y la igualdad de género”. El presidente español en funciones convirtió su intervención en una reivindicación de los logros de su Gobierno en asuntos como la economía verde, la contención de la inflación y “la senda reformista y transformadora” que, dijo, demuestra que “España quiere seguir avanzando”. Sus palabras también pudieron interpretarse en clave propositiva; contenían algunas claves (la transición ecológica o la reducción del paro estructural) sobre lo que pretende hacer si finalmente consigue formar gabinete para una segunda legislatura.
El Gobierno socialista en funciones estuvo también presente con la intervención de su ministro de Asuntos Exteriores José Manuel Albares, que ofreció un discurso en inglés al final de la mañana. Albares puso el acento también en la importancia de la relación trasatlántica ante el complejo entorno internacional. “No me cabe duda de que nos encontramos en un momento de cambio económico y político. Los retos a los que nos enfrentamos son enormes, y nuestros ciudadanos esperan de nosotros que les protejamos de las incertidumbres a las que se enfrentan. Creo que solo podemos estar a la altura de esos retos apoyándonos en nuestros valores y trabajando con nuestros amigos”, dijo Albares.
El ministro español tuvo una referencia directa a la guerra de Ucrania: “A menudo recuerdo el hecho de que los ucranianos luchan cada día porque saben que el sistema político que están construyendo es fundamentalmente distinto del que Putin intenta imponerles. Están dispuestos a arriesgar sus vidas para defender los valores democráticos que siguen siendo la aspiración de los pueblos de todo el mundo. Es esencial que nos unamos a ellos en la defensa de estos valores dentro y fuera de nuestras fronteras”.
En ese contexto, “para España, para la Unión Europea, la relación transatlántica es primordial”, subrayó. “Los valores que compartimos, la interconexión mutua de nuestras economías, nos sitúan en una posición inmejorable para seguir avanzando juntos en el fortalecimiento de las instituciones internacionales y multilaterales para promover un crecimiento económico fuerte, sostenible e integrador, defender la gobernabilidad democrática y promover soluciones a los desafíos globales”. Albares hizo referencia a la cumbre UE-Celac de julio pasado y a las iniciativas conjuntas entre la Unión Europea y Estados Unidos como ejemplos de esa cooperación.
Casi al final del foro, el gobernador demócrata de Nueva Jersey, Phil Murphy, en el cargo desde 2018, recordó que España se encuentra entre los 20 primeros socios comerciales de este Estado “en mitad del corredor del Noroeste”, dijo, donde se genera el “20% del Producto Interior Bruto de Estados Unidos”. “Compartimos muchas cosas desde el punto de vista de la economía, como el foco en la ciencias de la vida, la agricultura y el turismo, desde Mallorca a [la localidad costera de vacaciones] Jersey Shore”. Murphy explicó el éxito de Nueva Jersey por su “localización, su concentración de población [9,3 millones de habitantes] y diversidad” (“un 20% de nuestros vecinos son latinos”). El gobernador también se detuvo en la apuesta del Estado por la energía eólica marina, crucial, consideró, para hacer frente al cambio climático.
Tras la intervención de Sánchez, la conversación giró hacia los retos de la economía estadounidense; concretamente, sobre los efectos de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA son sus siglas en inglés), que sacó adelante el presidente Joe Biden en el verano de 2022 tras una trabajosa negociación en el Congreso. Su aprobación representó uno de los mayores espaldarazos a la lucha contra el cambio climático como política oficial estadounidense. En poco más de un año ha atraído 270.000 millones de dólares (250.000 millones de euros) en inversiones prometidas en energías limpias. Los inversores alaban los créditos impositivos a largo plazo que conlleva la medida.
“Por primera vez contamos con una política industrial en Estados Unidos que no se limita a créditos durante uno o dos años: ahora tenemos certidumbre para 30 o 40 años”, apuntó la presidenta de American Clean Power, Susan Nickey, en el panel Building on the inflation reduction act (Construir sobre la Ley de Reducción de la Inflación), moderado por José Morán, presidente del grupo de energía, minería e infraestructuras de Baker McKenzie.
Esa certidumbre a largo plazo, según Gabriel Alonso, consejero delegado de 547 Energy, convierte a Estados Unidos “claramente en el mercado más atractivo en el que invertir, por su estabilidad a largo plazo”. “Su duración y certidumbre pone a Estados Unidos al frente de la transición energética”.
Pero sigue siendo necesario resolver otros problemas del sector ―además de la inflación―, como el largo tiempo necesario para recibir los permisos en las líneas de transmisión, apuntó Puneet Verma, vicepresidente para Asuntos del Gobierno Federal en Avangrid. “Te comprometes a un proyecto que quieres hacer, desembolsas ciertas inversiones y acabas esperando siete años”. “Para que esos dólares se pongan en funcionamiento tenemos que resolver el problema de los permisos”, sostuvo. Algo en lo que le apoyó Alonso: “Cada vez que desarrollamos un nuevo proyecto, hace falta el doble de tiempo para construirlo”.
Otro momento álgido de la mañana llegó con uno de los temas más urgentes de la agenda global: la seguridad alimentaria, tratada en una mesa en la que han intervenido Carlos Ignacio Gallego, presidente del Grupo Nutresa; Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de la ONU; Mario Lubetkin, representante regional para América Latina y el Caribe de FAO-Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación; y Ana Catalina Suárez, directora de Estrategia e Innovación de The Global Foodbanking Network.
Lubetkin señaló que “el tema de la seguridad alimentaria vino para quedarse, como el cambio climático o la crisis energética”. Ha repasado los factores explosivos que afectan al problema, como la pandemia, la guerra, el coste de la energía y el cambio climático.
Lario subrayó cómo se ha quebrado la tendencia en la reducción del hambre. “Tras la guerra de Ucrania, muchos jefes de Estado y de Gobierno están poniendo en el centro de sus políticas la seguridad alimentaria como un asunto de seguridad nacional”, ha indicado. “Los últimos tres años, nuestro programas han aumentado los ingresos de 77 millones de personas”, dijo.
“Desde el mundo empresarial estamos muy lejos de las empresas con una estrategia pensada solo hacia dentro y miramos más hacia el otro”, indicó por su parte Carlos Ignacio Gallego, aportando la perspectiva empresarial. “En el caso del Grupo Nutresa, cuando hicimos ese ejercicio de mirar al otro, de mirar hacia afuera, nos encontramos el problema del hambre”. Según Gallego, “en Latinoamérica, cuando uno habla de seguridad alimentaria se funden los objetivos de cero hambre y el de lucha contra la pobreza”. “No basta que haya tierra, tenemos que preocuparnos por el acceso. Desde el mundo empresarial hay una cantidad de oportunidades de trabajar en la producción de más alimentos, en aumentar la productividad, pero también para el desarrollo de capacidades en comunidades”, ha indicado.
Suárez apuntó también a la “brecha de género” que acarrea el hambre, que en Latinoamérica la sufren un 10% más de mujeres que de hombres. El hambre en los niños afecta a su desarrollo intelectual y el hambre y la pobreza se entremezcla. Suárez también ha subrayado el papel del tercer sector, de la sociedad civil, de las organizaciones que combaten el problema.
Construir otra América Latina
Mariano Jabonero, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos ―entidad que se prepara para la celebración de su 75º aniversario el año que viene como actor clave en la región en temas de educación, cultura y ciencia— retomó el hilo climático y pidió construir “otra América Latina” a partir de una apuesta por la energía verde. “Puede ser la primera región descarbonizada del mundo, por su capacidad para la producción de litio y de energía solar; también por la enorme masa de agua dulce de la que dispone”. “Pero sin democracia, derechos humanos e igualdad no hay progreso”, advirtió. Jabonero explicó que el continente ha despertado a la realidad de que “la democracia no se puede dar por hecha”. “Es como una especie de ejercicio físico que tenemos que hacer cada día”, afirmó.
El secretario general de la OEI incidió también en una de sus obsesiones: la digitalización en el campo de la educación. La pandemia trajo una oportunidad única, dijo, “de producir educación de alta calidad”. “Y no podemos desaprovechar esa oportunidad”. A la pregunta de cuál será el gran reto de América Latina, respondió: “Hay muchos, pero uno fundamental: la región es la que menos ha crecido en productividad en las últimas décadas. Si no hay más productividad, no hay más riqueza y si no hay más riqueza, no hay nada que repartir. América Latina se ha centrado demasiado en las materias primas y en el trabajo barato. Para progresar, urge vincular el mundo de la empresa con el de la educación, incentivar el esfuerzo inversor en la economía del conocimiento. Sin todos esos ingredientes”, sentenció, “el futuro de la región va a estar hipotecado”.
Dos de las empresas españolas con mayor proyección internacional, Iberia y Abertis, se sentaron para una conversación moderada por Inmaculada Riera, directora general de la Cámara de Comercio de España, que repitió otro de los mantras de la mañana: la importancia de la cooperación público-privada para las transformaciones (verde y digital) inevitables. Les planteó una pregunta esencial: “¿Cómo nos transformamos?”. Teresa Parejo, directora de sostenibilidad de Iberia, destacó que el de la aviación es uno de los “sectores de más difícil descarbonización”. “Pero eso no significa que no pueda hacerse”, anunció. Esa industria es responsable, expuso, “de entre el 2% y el 3% de las emisiones globales”. “Puede que no sea mucho actualmente, pero la transición ecológica tiene que hacerse por su propia definición en un corto espacio de tiempo”, argumentó.
El principal problema son obviamente los vuelos largos. Con los cortos, será más fácil reducir las emisiones recurriendo a la “electrificación o el hidrógeno verde” (”una tecnología muy interesante que no resuelve el problema del largo radio”, lamentó Parejo). La cuestión es que algunas de esas tecnologías, como los prometedores combustibles SAF (siglas de “sustainable aviation fuels”), aún están en desarrollo. Parejo también recordó que hay soluciones operativas, como la creación del espacio aéreo europeo único, “para que los aviones no tengan que dar vueltas innecesarias”.
El chileno Christian Barrientos, director de Abertis Mobility Services, puso la perspectiva de las infraestructuras viarias. Recordó que el planeta desfila decididamente hacia la urbanización. La mitad de la población mundial ya vive en ciudades, y ese porcentaje crecerá hasta el 70% en los próximos 20 o 25 años. “Eso plantea el reto de la movilidad interurbana tanto como dentro de las ciudades”, afirmó. Expuso el problema de la financiación de las infraestructuras, que en la actualidad se hace por tres vías: impuestos, peajes y gravámenes sobre la gasolina. Esa tercera vía es hoy en Estados Unidos la que más dinero aporta. ¿Qué hacer para que los coches eléctricos contribuyan al sostenimiento de esas costosas autopistas? Barrientos propuso sofisticar las tecnologías para obtener información de los movimientos de esos vehículos. También reveló que Abertis está trabajando en esas ideas en los Estados de Oregón, Utah, Virginia y Oklahoma.
Indra es otra multinacional española con una fuerte presencia a ambos lados del Atlántico. Su presidente, Marc Murtra, hizo un diagnóstico de las grandes tendencias que afectan al mundo de la innovación y la tecnología. Resaltó, en primer lugar, el predominio estadounidense: “Toda la cadena de valor se está creando aquí”, subrayó. Apuntó también una gran corriente política: “la tecnología vuelve a tener un enorme componente público privado”, algo que ya ha ocurrido en otras épocas, según indicó, pero que gana fuerza. “La Administración Biden está apostando por la autonomía estratégica, que significa fijar el perímetro en el que tienes capacidad de tomar decisiones”, explicó.
La otra gran clave es entender hacia dónde van los cambios de tendencia tecnológica relevantes, como en su día fue internet y ahora la inteligencia artificial generativa, saber combinar la realidad a corto plazo con los grandes movimientos de fondo en el largo.
Indra también está muy presente en Latinoamérica: tiene unos 20.000 empleados y conoce muy bien los mercados. “En EE UU la demanda es monstruosa, pero la oferta también, las inversiones que requiere tener una presencia relevante son muy grandes y hemos tenido una aproximación prudente, apostando por los sectores donde tenemos una mayor excelencia, como el control aéreo”, explicó Murtra.
El presidente de Indra subrayó la importancia de Chat GPT y, en general, de la inteligencia artificial generativa, “una herramienta que dispara la productividad y tiene un impacto gigantesco donde hay datos convencionales”. En el ámbito de la defensa tendrá también una gran importancia (“lo va a cambiar todo”, dijo), pero señaló la importancia de abordar los problemas éticos que plantea. Su empresa tiene ya más de 100 pruebas piloto para entender lo que está pasando y ha comprobado que son herramientas de gran eficiencia, aunque dependiendo de cada segmento.
Esas ideas de Murtra enlazaron con el tema de la mesa de cierre, en la que participaron Beena Ammanath, directora ejecutiva del Instituto Global Deloitte de Inteligencia Artificial, y Carme Artigas, secretaria de Estado para la Digitalización y la Inteligencia Artificial del Gobierno de España. Conversaron con la moderación de Ángel Alonso Arroba, vicedecano de Gestión y Desarrollo de la Escuela de Asuntos Públicos y Globales de la IE University. Ambas contrapusieron dos perspectivas, la pública y la privada, para la regulación de la IA; de sus riesgos, pero también de sus muchas oportunidades, advirtió Alonso Arroba. Artigas recordó que España había sido pionera en poner desde la Administración el marco para gestionar sus retos, especialmente, con la adopción en 2021 de la Carta de los Derechos Digitales, que recoge, entre otros, el derecho a la desconexión, al descanso y a la conciliación de la vida personal y familiar.
Ese gesto pionero forma parte de la aspiración, aclaró Artigas, de atajar los posibles peligros de la tecnología y universalizar sus beneficios, con el objetivo de que “nadie se quede atrás”. La secretaria de Estado compartió el dato de que el porcentaje del producto interior bruto generado por la tecnología había pasado del “15 al 23%” en los últimos tres años, pero dijo que aún no era suficiente: “Deberíamos ser capaces de llegar al 40%, y en eso será esencial la IA”. Ammanath, por su parte, insistió en una de las ideas-fuerza de la jornada: la colaboración entre lo público y lo privado para avanzar en las oportunidades que plantea la nueva tecnología.
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