Del Nido, un lobo con pieles de cordero

"En la vida hay que asumir las responsabilidades”, repetía una y otra vez José María del Nido a su guardia pretoriana. Un escaso círculo de amigos y colaboradores con los que ha venido diseñando una persistente campaña para lavar su imagen. Del Nido dejó la presidencia del Sevilla el pasado 9 de diciembre, después de que el Tribunal Supremo ratificara su condena a siete años de prisión por los honorarios irregulares que cobró del Ayuntamiento de Marbella entre 1999 y 2003, en el conocido como caso Minutas.

El exdirigente ha intentado por todos los medios no ir a prisión. La ratificación de la condena se produjo el pasado 5 de diciembre. Del Nido se fue del Sevilla y prácticamente no pisó la calle salvo para gestiones relacionadas con estrategias legales que le evitaran la cárcel o para correr por los caminos que rodean su casa, en la comarca del Aljarafe, en las afueras de la ciudad hispalense. El último de estos intentos fue la petición el pasado miércoles de un nuevo aplazamiento para no entrar en prisión después de que se cumpliera el plazo de 30 días que le dio la Audiencia de Málaga el pasado 19 de diciembre para hacer efectiva la sentencia. Además, durante este tiempo presentó ante el Tribunal Supremo un incidente de nulidad para volver a revisar su condena.

El abogado se refugió en su familia y en el deporte. Tiene seis hijos, tres mayores y otros tres de seis, cinco y tres años. Estos últimos han llegado después de cumplir los 50. Los primeros han trabajado en la recogida de firmas para solicitar su indulto al Gobierno. Uno de ellos, también de nombre José María, es vicepresidente del Sevilla y vela por el importante paquete de acciones que su padre posee aún en la entidad. Con los más pequeños pasa ahora buena parte de su tiempo.

Consciente de lo que se le venía encima, Del Nido fue endulzando su fuerte carácter, que a veces rayó la arrogancia, desde que la Audiencia Provincial de Málaga lo condenara a siete años y medio de cárcel por malversar 2,86 millones de euros del Ayuntamiento de Marbella. “Es otro hombre”, afirman en su círculo.

La sentencia se conoció el 20 de diciembre de 2011. Del Nido se defendió por todos los cauces legales a su alcance, pero fueron ya muchas las voces que le aconsejaron dejar la presidencia del Sevilla y adoptar un perfil más bajo. No quiso dejar la presidencia del club porque sus abogados le dijeron que le convenía para su defensa, aunque sí la ejerció de una manera más reposada, con una personalidad menos aguerrida y tejiendo alianzas a las que ahora intenta sacar partido. Desde 2012 hasta que se confirmó su sentencia por el Supremo, Del Nido multiplicó sus actos sociales en Sevilla y Andalucía, al mismo tiempo que reconoció los errores cometidos en la gestión del club que presidía. El gran Sevilla de los títulos entre 2006 y 2010 se cayó. En 2012 y 2013 acaba noveno en la Liga. Del Nido pidió perdón y anunció una regeneración del club. Al mismo tiempo, limó todas las asperezas que había tenido con los dirigentes del fútbol español. Sus encontronazos con Joan Laporta, presidente del Barcelona entre 2003 y 2010, fueron sonoros.

El dirigente establece una relación exquisita con Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, y con Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional. A Villar lo conocía desde que el vasco llega a la presidencia, en 1988, mientras que con Tebas la relación pasa de ser pésima a muy buena en cuestión de meses. Del Nido había peleado duramente con Tebas por el reparto de los derechos del fútbol televisado cuando este era vicepresidente de la Liga de Fútbol Profesional. El combativo Del Nido avaló después a Tebas y facilitó su llegada a la presidencia de la Liga en el pasado mes de abril.

"Solo me quedan mis amigos de siempre", dice un Del Nido que se cree reinsertado

Este eficaz repliegue le ha sido muy útil al abogado sevillano. “Soy otro hombre, puede que más blando, con otros sentimientos”, dijo Del Nido en El larguero. Y pide perdón cada vez que un ciudadano le recuerda su condena. Su aparición pública en la cadena SER fue la primera de las cuatro que ha tenido el expresidente del Sevilla, todas en medios radiofónicos y donde mostró continuamente su arrepentimiento. Afirmaba además que no merecía ir a la cárcel al estar reinsertado.

Después de reunirse en Madrid el jueves 16 de enero con Villar, Tebas y los presidentes del Madrid, Florentino Pérez, y del Atlético, Enrique Cerezo, Del Nido consiguió que 16 de los presidentes de Primera División (todos salvo los del Betis, Athletic Club, Osasuna y Málaga) firmaran a favor de su indulto a título personal. Junto a ellos, el propio Villar y también Tebas. También algunos jugadores de prestigio.

“Firmé la petición de indulto para Del Nido por caridad”, afirmó Carlos Suárez, presidente del Valladolid. “He firmado porque defiendo la petición de indulto para un amigo. Si fuera por mí, no iría a prisión”, aclaró Quique Pina, presidente del Granada. “Todo el fútbol español está con Del Nido”, añadió Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid. “Con la de ladrones que hay en este país, me resulta increíble que Del Nido vaya a la cárcel”, declaro Alfonso García Gabarrón, presidente del Almería. “Del Nido ha sido un padre para mí”, ha indicado Sergio Sánchez, futbolista actualmente en el Málaga y ex del Sevilla al que el abogado ayudó mucho para curarle de una delicada enfermedad de corazón.

Testimonios que confirmaron el golpe de efecto dado por Del Nido en un mundo del fútbol cuyos dirigentes, salvo excepciones, han mostrado una enorme solidaridad con un condenado por saquear las arcas públicas de un Ayuntamiento. Son más de 10.000 las firmas que ha logrado el equipo de Del Nido, quien también se ha encontrado con algún revés en la campaña para lavar su imagen. Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla y amigo desde la juventud, se mostró contrario a que el abogado sevillano reciba el indulto. “La petición de indulto es para un caso excepcional y esta sentencia debe ser cumplida”, indicó el regidor. Los reveses también pasan factura. La confirmación de su condena le ha supuesto perder un buen número de clientes en el bufete de abogados que preside. No es un apestado, pero ya no lleva esa cohorte de aduladores que seguían sus pasos en la presidencia del Sevilla. “Solo me quedan mis amigos de siempre”, dice un Del Nido endulzado, que se cree reinsertado y solicita la medida de gracia al Gobierno.

A la hora de ir a la cárcel, solo un importante detalle le sumió en el abismo: el momento de decir adiós a sus tres pequeños. En la prisión, el Centro Penitenciario Sevilla 1, Del Nido tiene intención de seguir ejerciendo la abogacía. Ha manifestado también que desea ayudar a otros presos. Otra muestra más de su nueva personalidad.