Un paquete de 'tranchetes' de 250 gramos contiene unos 3,5 de sodio, lo que equivale a 8,5 gramos de sal. Esto significa que en un sándwich con tres lonchas ya está ingiriendo más de la mitad de la cantidad diaria recomendada por la OMS. Los españoles prácticamente la duplican: toman de media 9,8 gramos de sal al día, según el último 'Libro Blanco de la Nutrición' de la Federación Española de Nutrición (FEN).Según la OMS, el riesgo de la ingesta de sal no está en lo que le añadimos a los alimentos en la mesa o al cocinar, sino que se encuentra en cantidades mucho mayores en los alimentos procesados, como panes, galletas saladas, carnes procesadas como el tocino y aperitivos como las palomitas de maíz, así como en condimentos como la salsa de soja, la salsa de pescado y las pastillas de caldo.Un paquete de cereales de desayuno de 275 gramos contiene algo más de 4 de sal. Un consumo moderado de esta sustancia es fundamental para la salud: según la OMS, la reducción de la ingesta de sodio mitiga significativamente el riesgo de tensión arterial en los adultos.Este problema, la hipertensión (tensión arterial alta), no es baladí. Es un factor de riesgo importante de enfermedades cardiovasculares, en especial de los ataques cardiacos y los accidentes cerebrovasculares, explica la organización.Un sobre de salsa para preparar de 100 gramos, incluye más de la mitad de su contenido en sal. Los riesgos que supone para la salud la ingesta excesiva de este condimento constituyen un serio inconveniente a nivel mundial: la OMS asegura que de reducir el consumo a su cantidad diara recomendada, se podrían evitar 1,7 millones de muertes cada año.Leer bien las etiquetas y elegir los alimentos que contengan la menor cifra de sodio no es la única manera de reducir la sal que comemos. La OMS recomienda no añadirla al plato o en el momento de preparar los alimentos, así como consumir menos aperitivos salados.Una bolsa de tortillas para burritos contiene unos 4,5 gramos de sal. Si consta de 8 obleas, solo con el recubrimiento de 2 bocadillos ya tendremos que restar un gramo a los dos de sodio recomendados para la jornada. Para no propasarse, no se olvide de leer siempre la etiqueta de los alimentos que consume.La Escuela Pública de Salud de la Universidad de Harvard recuerda que la reducción de sodio no significa necesariamente la pérdida de sabor. “Nuestras papilas gustativas no son lo suficientemente sensibles como para notarlo, en muchos tipos de alimentos, la eliminación de hasta el 30% no provocaría diferencias considerables".Según la FDA, medio kilo de productos congelados contienen unos 4 gramos de sal, incluso si su sabor no es salado. Para hacer frente a la preocupación global en torno a este producto, los Estados Miembros de la OMS han acordado reducir el consumo de sodio entre la población mundial en un 30%.Los efectos negativos de los excesos de sodio en la presión arterial pueden contrarrestarse con la ingesta de potasio. La OMS aconseja incrementar el consumo de este mineral a través de las frutas y verduras. Eso sí, sin sal.
