17 fotosETA30 años del atentado de la casa cuartel de ZaragozavGema GarcíaAnabel Serrano11 dic 2017 - 09:29CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEl 11 de diciembre de 1987 la organización terrorista ETA cometió uno de los atentados más sangrientos de su historia asesinando a 11 personas, entre ellas seis menores de edad, con edades comprendidas entre los tres y los 17 años, y 88 heridos, la mayoría civiles. La explosión de un coche bomba con 250 kilos de amonal poco después de la seis de la mañana, cuando la mayoría de los habitantes de la casa cuartel se encontraba durmiendo, destrozó el inmueble y sepultó a las víctimas bajo los cascotes.Antonio EspejoNinguna de las víctimas mortales del atentado contra la casa cuartel de Zaragoza había cumplido los 40. Las gemelas Miriam y Esther Barrera Alcaraz, de tres años, su tío Pedro Ángel Alcaraz Martos, de 17; el guardia civil José Julián Pino Arriero, de 39; su esposa María del Carmen Fernández Muñoz, de 38, y su hija Silvia Pino Fernández, de siete; el cabo José Ballarín Gavá, de 31, y su hija Silvia Ballarín Gay, de seis; el guardia civil Emilio Capilla Tocado, de 39, su esposa María Dolores Franco Muñoz, de 36, y su hija Rocío Capilla Franco, de 14. El resultado no debió satisfacer lo suficiente a los asesinos de ETA ya ese mismo día el guardia civil José Luis Gómez Solís era asesinado a tiros en Soraluze (Gipuzkoa) y el policía nacional Rafael Ribas resultaba herido de gravedad al explotar en sus manos una carta bomba en Basauri (Bizkaia).Antonio EspejoLos terroristas aparcaron un coche bomba con 250 kilos de amonal, un Renault 18 robado, en un lateral de la casa cuartel de Zaragoza, junto a las viviendas. Cuando el guardia civil Pascual Grasa, que se encontraba realizando labores de vigilancia, iba a advertir de la presencia del vehículo a sus compañeros tras darse cuenta de que se trataba un atentado, se produjo la explosión que causó el derrumbe del edificio de cuatro plantas y graves daños a los inmuebles de alrededor.Antonio EspejoLa explosión causó un boquete de más de 10 metros y derrumbó parte del edificio. Las labores de desescombro se desarrollaron durante todo el día y la noche hasta el mediodía del día siguiente, con la esperanza de rescatar a alguien con vida. La confusión en torno al descubrimiento de los cadáveres provocó que las autoridades comunicaran oficialmente que era 12 las personas fallecidas, debido a la mutilación de algunos cuerpos.Antonio EspejoSeis meses antes, el 21 de junio de 1987, ETA había asesinado con otro potente coche bomba a 21 personas e hirió a otras en el atentado contra los grandes almacenes de Hipercor en Barcelona. El de Zaragoza era otro órdago de la organización terrorista para tratar de mejorar su posición ante el Gobierno en los contactos previos a las llamadas "Conversaciones de Argel".Antonio EspejoLa casa cuartel y la Comandancia de la Guardia Civil se encontraban a la avenida de Cataluña de Zaragoza. Los terroristas colocaron el coche bomba en una calle lateral, donde se encontraba la entrada de las viviendas y podían hacer más daño. En el edificio, construido 35 años antes, vivían unas 40 familias de guardias civiles, unas 180 personas; así como unos 40 estudiantes, hijos del cuerpo, procedentes de toda España, algunos de los cuales preparaban su ingreso en la Academia de la Guardia Civil.Antonio EspejoHubo una víctima más, Tomás Lafontana, el conductor de un ciclomotor atropellado por un microbús militar que transportada soldados que acudían a donar sangre al hospital militar de Zaragoza, donde se encontraban varios de los heridos.Antonio EspejoUn comerciante, a la puerta de lo que quedaba de su tienda, el día del atentado. Henri Parot, uno de los terroristas más sanguinarios de ETA (26 asesinatos) fue autor material del atentado junto a otros tres ciudadanos franceses, entre ellos su hermano Jean. Dió nombre a la doctrina del Tribunal Supremo, luego tumbada por el Tribunal de Estrasburgo, que evitaba que los presos con decenas de muertes a sus espaldas y cientos de años de prisión a cuestas salieran al cumplir en torno a 20 años (merced a los beneficios penitenciarios que establecía el Código Penal de 1973 y que cambió el de 1995). Parot no dejó de llorar tras su detención en abril de 1990 cerca de Sevilla con un coche cargado con 300 kilos de amonal.Antonio EspejoEn el lugar de lo que fuera la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza se encuentra en la actualidad el parque de la Esperanza y en él, el Monumento a los Niños, un conjunto escultórico obra de Carlos Pérez de Albéniz, inaugurado en 1991 en homenaje a la víctimas.Antonio EspejoLos féretros de las víctimas, cubiertos por banderas de España, fueron sacados a hombros de familiares, guardias civiles y policías nacionales del edificio del Gobierno Civil de Zaragoza donde se instaló la capilla ardiente.Antonio EspejoUn guardia civil llora detrás del ataúd de una de las víctimas. Los integrantes del comando Argala, Henri Parot, su hermano Jean Parot, Jacques Esnal y Frederic Haramboure, fueron condenados a cadena perpetua por la justicia francesa. Actuaron bajo la orden directa de Josu Urrutikoetxea Bengoetxea, alías Josu Ternera (elegido diputado autonómico en las elecciones vascas de 1998 y ahora en paradero desconocido). El experto en explosivos José María Arregi Erostarbe, Fitipaldi (que cumple condena en España tras ser extraditado desde Francia), fabricó el coche bomba.Antonio EspejoLos 11 ataúdes son introducidos en los automóviles tras el funeral en la basílica del Pilar de Zaragoza en el que participaron miles de zaragozanos a pesar de la lluvia. Los familiares de algunos de los fallecidos impidieron el acceso de las cámaras de televisión y los fotógrafos.Antonio EspejoEl ataúd de una de las cinco niñas es llevado a hombros por familiares durante el funeral por las víctimas del atentado de Zaragoza.Antonio EspejoA la salida de los féretros de la basílica del Pilar de Zaragoza miles de personas aplaudían mientras algunos de los participantes hacían el saludo fascista brazo en alto y reclamaban la pena de muerte para los terroristas.Antonio EspejoLa matrícula falsa que llevaba el coche en el que huyeron los terroristas estaba en una lista, elaborada por la Dirección General de la Policía, de posibles matrículas utilizadas en atentados de ETA. El día antes se había cursado un télex desde la Comisaría General de Información a todas las Jefaturas Superiores de la Policía de España alertando sobre la posibilidad de la comisión de atentados y ordenando la adopción de medidas de autoprotección, que no se llevaron a cabo, a tenor de lo fácil que les fue a los terroristas cometer el atentado. La Policía Municipal tampoco tenía noticias de la posibilidad de un atentado. Un vehículo de la Unidad de Vigilancia Especial de la Policía Municipal de Zaragoza se cruzó con el coche en el que huían los terroristas, pero su conductor optó por acudir al lugar del atentado en vez de perseguir a los autores.Antonio EspejoMás de 200.00 personas, casi un tercio de la capital aragonesa, participaron en Zaragoza el domingo 13 de diciembre de 1987 en la manifestación silenciosa de repulsa por el atentado. Encabezaba la marcha una pancarta con el lema “Zaragoza, por la paz y contra el terrorismo”.Antonio EspejoAntonio Espejo (Murcia, 1952), periodista licenciado por la Universidad Autónoma de Barcelona y más tarde profesor de la misma, trabajó como fotógrafo en varios diarios, revistas y agencias hasta su incorporación al diario EL PAÍS en 1982, donde fue responsable gráfico del suplemento de tecnología Ciberp@ís y autor del blog “Apunta y dispara”. La mayor parte de las imágenes han permanecido inéditas hasta ahora y digitalizadas con motivo del 30º aniversario de esta terrible matanza.Antonio Espejo