Marc Benioff, el activista social de Silicon Valley que ha comprado ‘Time’
El empresario está comprometido con la pobreza, el medio ambiente, la inmigración y la igualdad
Pocas compañías en el universo corporativo global están tan asociadas a su líder como Salesforce a Marc Benioff, el nuevo dueño de la revista Time. El empresario es el ADN de la primera tecnológica que ofreció a las empresas programas de gestión que no hay que descargar en los ordenadores. Pero su visión va mucho más lejos y abandera un grupo de ejecutivos como Mark Parker, de Nike, o Tim Cook, de Apple, que habla sobre temas sociales como la pobreza, la inmigración o la igualdad.
Benioff, de 53 años, fundó Salesforce en 1999 junto a Parker Harris, Dave Moellenhoff y Frank Dominguez. Antes trabajó 13 años para Oracle. Era el ojo derecho de Larry Ellison (fundador de la tecnológica), hasta el punto de que decidió invertir en la compañía que Benioff estaba creando. El salto a Wall Street lo dio cinco años después. Lo que empezó en un apartamento alquilado en San Francisco es ahora un negocio que ocupa buena parte del rascacielos más imponente de Silicon Valley. Su fortuna personal asciende a 6.700 millones de dólares (unos 5.700 millones de euros), según Forbes. Ese patrimonio, pequeño comparado con el de Jeff Bezos (Amazon), Bill Gates (Microsoft) o Larry Ellison, es suficiente para situarle entre los 150 más ricos del país.
Mientras estudiaba en la Universidad del Sur de California hizo prácticas como programador para Apple. Steve Jobs fue una de sus fuentes de inspiración. La influencia de Benioff va más allá de su empresa. Es uno de los grandes evangelistas del sector tecnológico y su nombre se asocia a decenas de firmas emergentes. La compra de la revista Time la ha hecho junto a su mujer, Lynne, con la que tiene dos hijos. Pagó 190 millones de dólares (162 millones de euros). Sigue así los pasos de Jeff Bezos (The Washington Post), Lauren Powell Jobs (The Atlantic) y Patrick Soon-Shiong (LA Times). Dice que hace esta inversión “personal” para preservar un medio que es vital para la historia, la cultura y de democracia de Estados Unidos en un momento convulso.
Salesforce se apoya en las suscripciones de las empresas que acceden a su plataforma en Internet para usar sus programas de gestión. Es un modelo que sigue también Microsoft, que emigró sus aplicaciones desde el soporte físico a la nube. Genera así unos ingresos de 3.300 millones de dólares cada trimestre. Acaba de realizar su mayor compra, MuleSoft.
A comienzos de agosto, la compañía californiana decidió partir la estructura de poder para que Marc Benioff pudiera compartir el mando como consejero delegado con Keith Block, hasta entonces presidente y director de operaciones.
El pasado verano se vivió una revuelta interna en Salesforce. Los empleados protestaron por el contrato que tenía la compañía con la agencia dedicada a la protección y el control de las fronteras. Fue en plena controversia por la separación de menores de sus familias. La respuesta de Benioff fue crear un grupo específico que garantice que sus clientes utilicen su tecnología de una manera ética y humana.
Incluso ejerciendo en solitario de consejero delegado ha sido capaz de encontrar tiempo para dedicarse a asuntos que personalmente son importantes. Así, conforme fue creciendo su fortuna también lo hizo sus acciones caritativas. Donó junto a su mujer, Lynne, más de 250 millones de dólares a la Universidad de California para construir un hospital para niños en San Francisco y Oakland.
Esa visión filantrópica la integró en su compañía, con el modelo 1-1-1. Salesforce aporta un 1% de sus productos, un 1% de su capital y 1% de las horas de trabajo de sus empleados a labores que benefician a la comunidad. Hay cerca de un millar de compañías siguiendo esta iniciativa. La revista Fortune le nombró recientemente como uno de los 50 principales líderes más comprometidos con la igualdad.
Durante la inauguración de la Salesforce Tower la pasada primavera, el empresario hizo un llamamiento a los otros líderes de Silicon Valley a combatir la desigualdad creciente en la bahía de San Francisco. La pareja se fijó como objetivo erradicar para 2019 el problema de las familias sin techo e hicieron una cuantiosa donación personal a una organización que busca viviendas para las personas en esta situación.
Benioff es uno de los participantes estrella del World Economic Forum y miembro de su consejo. En el marco de su activismo social y filantrópico destaca también una iniciativa que financia para la Universidad de California dirigida a la conservación de los océanos, que se creó hace dos años en Santa Barbara. Además de las dos mansiones que tiene en San Francisco, es dueño de una propiedad en Hawái.
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