Sumergir una bombilla en pintura es aparentemente una idea juguetona que si no fuera por la prudencia de tu progenitor podrías haber desarrollado, ¿verdad? Pero no, lo más problable es que de verdad te evitara un disgusto, pues no vale con la idea creativa, también hay que investigar antes de lanzarse a la ejecución. Y esto es lo que hizo el artista y diseñador Jordi Canudas, quien diseñó en 2018 esta lámpara para Marset —la Dipping Light—, introduciendo en pintura una bombilla encendida una y otra vez. Las capas crean círculos concéntricos y atenúan la intensidad de luz dándole color y convirtiendo cada una de estas lámparas en piezas únicas. Encendida es un espectáculo pero apagada continúa siendo un objeto de decoración genial sobre una superficie cilíndrica de latón. Se fabrica en dos tamaños y varios colores —verde, ámbar, rosa, blanco, negro y azul—, y se puede comprar en la web de Domesticoshop por 260 euros.