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“La epidemia en África va más lenta y tiene una explicación: nos preparamos”

Asesor científico del Gobierno de Senegal y director allí del Instituto Pasteur ha formado a los laboratorios africanos para que puedan hacer tests y afirma que solo la prevención evitará el colapso de los sistemas sanitarios del continente

El doctor Ousmane Faye en Dakar, Senegal.
El doctor Ousmane Faye en Dakar, Senegal.Sylvain Cherkhaoui
José Naranjo

El doctor Ousmane Faye es uno de los científicos de referencia del continente africano. Como responsable de Virología del Instituto Pasteur de Dakar (Senegal) ha estado en el frente de batalla contra enfermedades que en África han dejado enormes secuelas, como la fiebre amarilla, la polio o el ébola. Ahora le toca lidiar con una nueva amenaza, la covid-19, que se extiende lentamente por el continente. Él ha sido uno de los responsables de formar a los laboratorios africanos para que puedan hacer los tests. “Hemos hecho un gran esfuerzo y ahora mismo lo estamos gestionando, pero si los casos se disparan nuestros problemas serán enormes”, advierte.

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Pregunta: Como asesor del Gobierno de Senegal en la lucha contra el nuevo coronavirus, ¿qué opina de la evolución de la pandemia en este país, con algo más de 300 casos y solo dos muertos tras un mes y medio desde el primer positivo?

Respuesta: El Ministerio de Sanidad y todos sus socios han hecho grandes esfuerzos a todos los niveles, pero sobre todo en la detección precoz y la sensibilización. Si lo comparamos con Europa, la epidemia aquí va más lenta y eso tiene una explicación: nos preparamos antes de su llegada. Por ahora, llegamos a contenerla. Ahora bien, no podemos olvidar que si superamos un determinado número de casos activos va a ser muy complicado. Ahora mismo es gestionable, pero el sistema se puede desbordar.

Contamos con el conocimiento, herramientas y equipamiento pero existe un riesgo de desabastecimiento porque el mercado está sujeto a enormes tensiones

Con matices para cada país, el continente muestra un comportamiento similar con muchos menos casos que el resto del mundo. Además de la rápida reacción, se habla de otros factores como el calor, la inmunidad o la pirámide poblacional, ¿qué opina?

Este es un virus nuevo y creo que no es buena idea aventurarse a hacer hipótesis sobre factores que no están bien investigados aún. Se dicen muchas cosas. En mi opinión, las temperaturas no son ahora mismo un elemento relevante. Respecto a la edad, hay que tener en cuenta los otros factores que convierten un caso en grave y no solo los años. El peligro es relajarse sobre la base de parámetros que no controlamos. Repito que hay que prepararse a fondo, que lo que debe ocuparnos son las medidas de prevención.

El Instituto Pasteur trabaja contrarreloj para producir tests rápidos y accesibles a partir del mes de junio y la Unión Africana prevé distribuir un millón a partir de la semana que viene. ¿Considera que la falta de pruebas puede ser una explicación de que el continente tenga las cifras más bajas del mundo?

Antes de que llegara el virus a África había solo dos laboratorios en todo el continente con capacidad para hacer los tests, pero hoy existen en casi todos los países tras intensas sesiones de formación en las que participé. Contamos con el conocimiento, herramientas y equipamiento. Dicho esto, existe un riesgo real de desabastecimiento en reactivos y consumibles porque el mercado está sujeto a enormes tensiones. En Senegal, y esto también ocurre en otros países, se sigue la estrategia de hacer tests a personas con síntomas y contactos de alto riesgo. En el momento actual de la pandemia es lo correcto y además nos permite mantener una importante capacidad diagnóstica.

Muchos países africanos, Senegal entre ellos, han optado por confinamientos parciales como toques de queda o bloqueo de ciudades, más adaptados a la realidad socioeconómica de poblaciones que viven muy al día, ¿es lo correcto desde el punto de vista científico?

El confinamiento es solo una de muchas medidas. Existen por ejemplo las barreras de protección como las mascarillas o la prohibición de realizar desplazamientos. Creo que hoy por hoy las medidas adoptadas en Senegal, si se aplican correctamente, son suficientes. Ahora bien, si aumentan mucho los casos habrá que intensificar también esas medidas.

Entiendo que tras su respuesta está el temor al colapso del sistema sanitario por la falta de medios, como camas de cuidados intensivos o respiradores.

Ahora mismo la situación en nuestros hospitales es óptima. Pero, si las grandes potencias económicas mundiales están teniendo problemas, no cabe duda de que nosotros también los tendremos si se produce un incremento de casos graves. Por eso pongo el acento en la prevención, ese es el camino que impedirá que lleguemos a tener complicaciones. Hay que informar a la población, recordarles que el virus está ahí y que estamos peleando contra este enemigo.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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