María Luisa Segoviano, la primera mujer en presidir una sala del Supremo
La jueza elegida para el Tribunal Constitucional, experta en derecho laboral, se jubiló hace solo dos meses
María Luisa Segoviano (Valladolid, 1950) ha estado en las últimas semanas enfrascada en el papeleo habitual tras la jubilación. Magistrada de la Sala Social del Tribunal Supremo desde 2006, había comentado a algunos compañeros lo farragoso que podía resultar este proceso hasta para ella, experta en derecho laboral. El retiro quedará aplazado ahora, después de que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) la eligiera por unanimidad este martes magistrada del Tribunal Constitucional para los próximos nueve años.
Fue la propia Segoviano la que se ofreció para este puesto, según han explicado fuentes del CGPJ. A finales del verano, cuando el órgano de gobierno de los jueces estaba empezando a negociar la designación de los dos magistrados del tribunal de garantías que les correspondía elegir, le envió una carta al entonces presidente del Consejo, Carlos Lesmes, recordándole que su jubilación estaba próxima y comunicándole que le agradaría dar el salto al tribunal de garantías. Lesmes lo comentó con los vocales que formaban parte de la comisión negociadora y los progresistas la incluyeron en la lista de una decena de nombres -incluido algún conservador- que pusieron sobre la mesa cuando los conservadores alegaban que no encontraban magistrados del Supremo interesados en ir al Constitucional. Los progresistas elogiaban desde el principio el perfil de Segoviano, pero cuando tuvieron que decantarse por un solo candidato lo hicieron por José Manuel Bandrés.
Los conservadores rescataron el nombre de Segoviano la semana pasada en un nuevo intento de frenar al candidato oficial del otro grupo, al que consideraban el preferido del Gobierno. Y los progresistas decidieron aceptarlo. “No era nuestra candidata, pero es una buenísima candidata”, señala un vocal del CGPJ. Fuentes progresistas admiten que incluso desde algún sindicato y desde el ámbito del derecho laboral se les sugirió que se tuviera en cuenta esta candidatura. “Su línea jurisprudencial en la Sala Cuarta siempre fue pro política social”, señala un consejero propuesto por el PSOE, para quien este perfil es un valor añadido al tribunal de garantías.
Además de por sus pronunciamientos progresistas en derecho laboral, Segoviano se ha caracterizado también por su visión feminista dentro del tribunal, donde ella misma hizo historia, en octubre de 2020, convirtiéndose en la primera mujer (y por ahora la única) en presidir una sala del Supremo en sus 200 años de historia. “Mientras no haya un reparto equitativo de responsabilidades familiares no habrá paridad en la cúpula judicial”, señaló en aquel momento en una entrevista con EL PAÍS.
La nueva magistrada del Tribunal Constitucional empezó su carrera en Bilbao tras ingresar en la carrera judicial en 1987. Dos años después, fue destinada al Juzgado de lo Social número 1 de Valladolid, donde permaneció hasta 1996, año en el que fue nombrada presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. En ese puesto se mantuvo hasta que en 2006 accedió al Supremo. Antes de hacerse juez, Segoviano había aprobado la oposición como secretaria de Magistratura de Trabajo y ejerció como tal en Barcelona, Palencia y Valladolid, desde 1974 hasta 1987. Es autora de numerosos libros y publicaciones sobre derecho laboral y es vocal de la Junta Electoral Central, cargo para el que fue designada entre 2012 y 2017 y para el que volvió a ser designada en febrero de 2020. Además, preside la Academia de Legislación y Jurisprudencia de Valladolid desde 2016, es académica de honor de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España desde 2018 y académica honoraria de la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Extremadura desde 2019.
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