Perfil | Camilo Villarino, un diplomático “muy discreto” y “leal” al que se le da bien “apaciguar las aguas”
Oficial en la reserva voluntaria del Ejército de Tierra con rango de Capitán y diplomático “algo conservador”, los ministros de Exteriores para quienes trabajó afirman que “el Rey no se equivoca con este nombramiento”
Sus compañeros y varios de sus jefes describen a Camilo Villarino como “un hombre discreto”, ”extremadamente profesional y trabajador” y “con un gran sentido de la responsabilidad y el deber”. Este diplomático de carrera que relevará a Jaime Alfonsín al frente de la Casa del Rey ha servido como jefe de Gabinete a tres ministros de Exteriores muy diversos y al alto representante para Política Exterior y Seguridad de la UE, Josep Borrell, en un momento clave para la Unión. Ahora empieza una nueva etapa al servicio de Felipe VI en un tiempo crucial para la Monarquía española. “El Rey no se equivoca con este nombramiento: a mí me deja sin jefe de Gabinete, pero va a ocupar un puesto muy importante, hay consideraciones de orden superior”, remarca por teléfono Borrell, con quien trabajó en Exteriores entre 2018 y 2019 y desde 2022, en Bruselas. “Es una persona profundamente leal”, explica también Arancha González Laya, a la que sirvió después.
Villarino, casado y con tres hijas, terminó en la capital comunitaria por una carambola. O quizá por los juegos diplomáticos. González Laya lo había nombrado embajador en Moscú en 2021. Habría ocupado la legación diplomática en una coyuntura turbulenta: en febrero de 2022, Vladímir Putin lanzó la invasión a gran escala de Ucrania y derribó la arquitectura de seguridad europea, cambiando para siempre por el camino las relaciones con Rusia. Pero José Manuel Albares, el sucesor de Laya —además de complicaciones judiciales derivadas de la visita a España del líder saharaui Brahim Ghali— no avaló el nombramiento y Villarino terminó por marcharse al Servicio de Acción Exterior. De ahí, en 2022, le recuperó Borrell, de nuevo como jefe de Gabinete.
También ha estado destinado en Zagreb (Croacia), Washington (EE UU) y Rabat (Marruecos). El jefe de la diplomacia europea le describe como un “aragonés regio”. Oficial en la reserva voluntaria del Ejército de Tierra con rango de Capitán, Borrell cuenta que Villarino pasa cada verano parte de sus vacaciones “cumpliendo sus deberes y responsabilidades militares”; actualmente está asignado al Cuartel General de la Unidad Militar de Emergencias (UME). “Es alguien muy leal, extraordinariamente responsable. Para mí es alguien de plena confianza”, señala el alto representante para Política Exterior de la UE.
Normalmente, los jefes de gabinete cambian con los ministros, cada cual nombra a alguien afín, una nueva mano derecha. Sin embargo, el socialista catalán decidió mantener a Villarino, que había trabajado con Alfonso Dastis (nombrado por el Partido Popular con el Gobierno de Mariano Rajoy). Borrell y Villarino habían coincidido en algunos momentos en plena crisis del referéndum secesionista en Cataluña, en 2017.
El exministro Dastis, que ha sido clave en su trayectoria y con del que fue mano derecha en varias funciones, le describe como “una persona de gran valía”. “En la UE es alguien que ha demostrado su conocimiento desde el primer momento. Y ha mostrado sus cualidades sirviendo, después de a mí, a otros ministros de distrito color político”, dice por teléfono. “Es un fantástico fichaje”, dice el exministro de Exteriores entre 2016 y 2018. “Es alguien en el que se puede tener plena confianza y de probada fidelidad. Dispone de un abanico de competencia muy amplio”, añade. Como sus sucesores, Dastis destaca su “sentido del deber” y también su gran capacidad de resolución.
El exministro con el Gobierno de Rajoy recuerda que fue Villarino, entonces destinado como Antici (un puesto clave en la representación de España ante la UE) quien, cuando en 2002 se desató un incendio en la Representación, “tomó el mando y organizó todo” aquel día. En ese incendio, que coincidió durante la presidencia española del Consejo de la UE, murieron dos personas. “Camilo [Villarino] es alguien de gran competencia y capacidad”, añade Dastis.
González Laya, ministra entre 2020 y 2021 y actualmente decana de la Paris School of International Affairs, Sciences Po, también le mantuvo en el puesto. “Es alguien que se deja la piel en su trabajo y que lo hace con gran seriedad”, apunta por teléfono la exministra. “Prueba de lealtad es que ha servido a gobiernos de todo tipo con profesionalidad. Es una gran elección para un puesto en el que se necesitan dotes diplomáticas, lealtad y trabajo”, remarca González Laya. “Es una persona poco conocida, pero en su nuevo puesto no tiene que ser conocido, sino muy eficaz”, añade
La exministra recuerda las noches sin dormir y las jornadas eternas de los peores momentos de la pandemia de coronavirus, cuando Exteriores trataba de repatriar a miles de españoles bloqueados en distintos puntos del mundo por los cierres de fronteras, mientras el mundo se tambaleaba, y el Gobierno y su ministerio trataban de conseguir vacunas y mascarillas noche y día. “No había ni un momento en el que no estuviera disponible, además había que seguir con la acción exterior porque el mundo no dejó de funcionar. Me fue de un enorme apoyo”, asegura González Laya.
Alguien con quien coincidió en Exteriores y también en uno de sus puestos en Bruselas le describe como “muy familiar”, también como católico y “algo conservador”. “Algunos le describen como un poco estirado, pero simplemente es muy firme. Y tiene un gran sentido del humor, cierta retranca”, dice. Varios de sus compañeros en el Servicio de Acción Exterior (SEAE) dicen que es “muy de trabajar en equipo” y muy dado a escuchar todas las voces para resolver las crisis.
Villarino tenía, además, gran experiencia en temas europeos, destaca Borrell. Licenciado en Derecho, es diplomado por el Colegio de Europa y ha pasado por la representación permanente española en Bruselas en varias etapas. Además, formó parte del equipo de Exteriores encargado de negociar los nuevos tratados de la UE, durante ese camino conoció al diplomático Dastis, que terminaría por llamarle como jefe de Gabinete cuando Rajoy le nombró ministro.
En el ecosistema de la burbuja de Bruselas, donde volvió en 2021 para no quedar en un rincón de Exteriores tras descabalgarse su nombramiento para Moscú, también le describen como “reservado” y “sensato”. A diferencia de otros jefes de Gabinete —como el de Ursula von der Leyen— es alguien poco conocido, que se queda en el cuartel del SEAE y no suele ir a los viajes con Borrell. “No se le ve alguien con agenda propia”, dice una alta fuente comunitaria.
Luis Simón, director de la Oficina del Real Instituto Elcano en Bruselas, que conoce al nuevo jefe de la Casa del Rey, también coincide en el “acierto” del nombramiento de Villarino. Sobre todo por su perfil europeo. “El puesto de jefe de gabinete del alto representante te da una perspectiva única de la cocina de la política europea y global, al tener que navegar el cruce de caminos entre la Comisión, el Consejo, el Servicio Exterior Europeo y los Estados miembros; y estar involucrado en la primera fila de los principales debates globales, con interlocución directa con las principales potencias”, apunta. “Es una perspectiva y experiencia idónea de cara a asumir uno de los puestos más relevantes en el ecosistema de acción exterior español”, añade.
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