La matrícula de un ‘ertzaina’, clave en la detención de la banda de aluniceros del Niño Juan
La Ertzaintza logra apresar a cinco miembros del grupo alunicero de Madrid que embistió en Vitoria contra una patrulla policial y dejó a 10 agentes heridos
Un casualidad fatídica ha dado al traste con la última fechoría que había planeado en San Sebastián la banda del Niño Juan, el alias de Juan María Gordillo Plaza, de 37 años, un peligroso alunicero con un extensísimo historial policial que cuenta por decenas los robos perpetrados en varios puntos de España y en el extranjero. En esta ocasión, cinco integrantes de este grupo criminal fueron apresados el pasado domingo en Vitoria en la operación policial “más grave” a la que se ha enfrentado la Ertzaintza, según el jefe de la Ertzaintza, el superintendente Josu Bujanda.
Los cacos llegaron antes del amanecer a un centro comercial de San Sebastián, donde tenían pensado cometer el robo. Antes habían parado en Vitoria para robar las placas de dos coches y colocárselas a sus vehículos. Lo tenían muy bien planificado. Esperaron hasta las 6.45, la hora en que se produce el cambio de turno de los agentes de la seguridad privada que custodian el complejo Garbera. A esa hora, irrumpieron por las puertas de emergencia. Ya dentro de la galería comercial actuaron con mucha rapidez. Fueron directos hasta una gran tienda de venta de teléfonos y aparatos electrónicos. Forzaron la persiana metálica y colocaron un banco para abrirse un hueco por el que adentrarse. Saltaron las alarmas. Las imágenes de seguridad del centro comercial han captado a cuatro individuos con las caras cubiertas en el momento en que se cuelan arrastras dentro de la tienda y, acto seguido, salen apresurados al exterior para montar en sus coches.
Los ladrones se hicieron con 15 teléfonos móviles de alta gama (10 de ellos Iphone 16) y un Apple watch. Ese fue el pírrico botín. El establecimiento había guardado la mayoría de los aparatos que suele mostrar al público en horario de venta. “No había prácticamente nada accesible, ya que todos los productos que se exponen durante el día, se guardan por la noche y no están a la vista”, aseguran fuentes de la dirección del complejo comercial. Durante las fiestas de Carnaval de este año este mismo negocio sufrió otro ataque con un modus operandi similar al de este último.
Los guardas de seguridad dieron aviso de inmediato de la Ertzaintza. Una patrulla llegó al lugar de los hechos cuando los malhechores ya habían montado en sus vehículos y abandonaban el lugar a gran velocidad. A los policías les facilitaron la numeración de las matrículas que portaban los dos coches utilizados por la banda. La base de datos les llevó a un descubrimiento clave en el decurso de la operación. “Una de las matrículas pertenecía a un ertzaina de Vitoria y la otra, a la madre de otra agente”, asegura a este diario un agente conocedor de la operación. Solo había que saber dónde estaban aparcados esos dos coches de los ertzainas para establecer en ese punto un despliegue policial para apresar a los delincuentes. “Fulano, ‘¿dónde tienes aparcado el coche?”, le preguntaron al ertzaina propietario del vehículo al que le habían suplantado las placas. Esa ubicación fue clave en el éxito final del operativo.
La Ertzaintza continuó mientras tanto con la persecución por carretera para comprobar que los fugitivos se dirigían a Vitoria. Los dos vehículos con matrículas falsas recorrieron los 100 kilómetros que separan San Sebastián de la capital alavesa. Entretanto, a la Policía vasca le dio tiempo para montar el dispositivo que finalmente dio con la detención de la banda del Niño Juan. Un vehículo policial camuflado esperaba en los accesos de Vitoria para comprobar la ruta que tomaban los fugitivos. Hacia las 8.00 fueron detectados en el peaje de Luko y se dio aviso a las patrullas que les esperaban en la ciudad. Cuando los ladrones se toparon de frente con el primer control policial, dieron un giro brusco y comenzaron a circular en dirección contraria por la A-1 y la N-622. Pero desconocían que por esa zona les estaba esperando otra dotación policial. Al verse sin escapatoria, los delincuentes no dudaron en embestir a gran velocidad contra los coches policiales a la altura del barrio de Abetxuko. Un Seat León se estampó contra los ertzainas y el segundo, un Audi A6, fue inmovilizado al chocar con otro coche patrulla. Diez policías resultaron heridos, de los cuales cuatro tuvieron que ser ingresados, una de ellas con heridas graves en la UCI, aunque al día siguiente pudo pasar a planta.
Los policías no sabían en ese momento que iban detrás de una banda muy violenta. Entre los arrestados se encuentra Rubén Rincón, alias El Nano, hermanastro del líder Niño Juan. Los cinco detenidos son varones, de edades comprendidas entre 31 y 38 años, y están acusados de los delitos de robo con fuerza, hurto, atentado a agentes y contra la seguridad vial. El juzgado ha ordenado su ingreso en prisión preventiva. La Ertzaintza ha abierto una investigación porque alguno de los integrantes de la banda pudo escapar y ponerse a salvo en ese momento. Se sospecha que salió corriendo por un descampado y ofreció una alta cantidad de dinero a un conductor para que le alejara de aquella zona.
El grupo que dirige el Niño Juan ha dejado su rastro en numerosos actos delictivos más de un centenar de detenciones. Para sus integrantes, en las cárceles solo hay puertas giratorias que les devuelven a la calle. Tan pronto son encarcelados como liberados poco después. El Niño Juan, nacido en el barrio madrileño de Orcasitas y considerado el rey del alunizaje, ya llevaba 24 detenciones en 2001 (antes de ser mayor de edad) por delitos diversos, como hurtos, amenazas, contra la salud pública (tráfico de drogas), lesiones, asociación ilícita, robos, atentado contra agente de la autoridad, resistencia, desobediencia y allanamiento de morada.
En 2012 fue detenido por la policía en Madrid tras una espectacular huida y cuatro horas de persecución. Uno de los golpes más espectaculares en el que iba a participar se dio a conocer en enero de 2020, cuando su grupo fue contratado una mafia china para asaltar el museo de arte chino del castillo de Fontainebleau (a 62 kilómetros de París), aunque la colaboración policial hispanofrancesa a través de Europol permitió desbaratar la sustracción de objetos chinos que conserva el citado palacio real francés. Poco después de salir de la cárcel francesa, en 2022 volvió a las andadas y logró, junto a sus acólitos, robar un cargamento de teléfonos móviles de alta gama, valorados en más de 1,3 millones, en un gran almacén de Torrejón de Ardoz (Madrid). La Ertzaintza trata ahora de localizar tras lograr huir, al parecer, durante la operación policial que ha acabado con sus compinches entre rejas en la prisión alavesa de Zaballa.
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