“Los parques tecnológicos son el modelo que transformará Andalucía”
Los directores generales del PTA de Málaga y el PCT Cartuja abordan los retos del futuro de estos espacios, polos de innovación y atracción de empresas
El Parque Tecnológico de Andalucía, en Málaga y Cartuja 93, en Sevilla, fueron las dos grandes apuestas de la Junta de Andalucía para fomentar la innovación en la región. Fueron planeados a finales de los años 80. El primero se situó en unos terrenos baldíos a las afueras de Málaga. El segundo se pensó como fórmula para aprovechar las infraestructuras de la Expo 92 en Sevilla. Tres décadas después suman casi 45.000 trabajadores y son parte fundamental de la economía de la comunidad, ejerciendo de referentes de la digitalización y las nuevas tecnologías. Para conocer el futuro que espera a ambos espacios —a los que en muchas ocasiones se busca enfrentar en una comparación un tanto forzada―, sus responsables, Felipe Romera, director general del recientemente bautizado como Málaga TechPark (PTA) y Luis Pérez, también director general del que ahora se conoce como Parque Científico y Tecnológico (PCT) Cartuja, aceptan charlar con EL PAÍS en una conversación telemática en la que abordan el nuevo contexto económico con retos como la deslocalización o el teletrabajo. Coinciden en que el futuro para el cambio de modelo productivo pasa indefectiblemente por los parques tecnológicos y advierten de la importancia de contar con profesionales formados.
Pregunta. El parque malagueño se ubica a una decena de kilómetros de la ciudad y, el sevillano, en la trama urbana. ¿Qué posibilidades de crecimiento tienen actualmente?
Luis Pérez. Nosotros apenas estamos separados del centro de Sevilla por el río. Tenemos un espacio limitado, pero todavía contamos con la oportunidad de crecer unas 12 hectáreas. El ecosistema ya ha cumplido con creces las expectativas que se pusieron en el Plan Cartuja 93 del año 1989, pero hay 150.000 metros cuadrados para el crecimiento.
Felipe Romera. Nosotros tenemos el parque casi lleno, pero estamos desarrollando unos 50.000 metros cuadrados de oficinas nuevos y hay un plan parcial para crecer otros 150.000 metros. ¿En cuánto tiempo? Nadie lo sabe, pero lo que sí sabemos es que necesitamos infraestructuras para crecer.
Tenemos que crear un ecosistema de servicios, calidad de vida y coorperación”
P. ¿Qué tipo de empresas están atrayendo los parques tecnológicos en su crecimiento?
L. P. Los parques ponemos un campo de juego a disposición de las empresas y centros de investigación para que vayan siempre un paso por delante del mercado. Hace 10 años teníamos un altísimo porcentaje de empresas TIC, pero en los últimos cinco hay una tendencia hacia empresas tecnológicas, digitales e ingenierías relacionadas con el sector de la energía. Pero la realidad es que somos dos parques generalistas, multisectoriales, que buscamos que la tecnología se genere dentro y luego pueda derramarse por el territorio.
F. R. Las tecnologías digitales, en sentido amplio, van a ser las que cambien el mundo. Aquí buscamos empresas digitales, basadas en Inteligencia Artificial, Big data, el 5G, la ciberseguridad… Son tecnologías que luego se reproducen en múltiples aplicaciones como la salud digital, el coche conectado o la sostenibilidad. También queremos ser relevantes en el mundo de los microprocesadores y la microelectrónica. El desarrollo concreto de cada parque está muy ligado al tipo de empresa o al entorno que tienen, pero la base común de todos es participar en el nuevo modelo productivo. El futuro está totalmente relacionado con las empresas digitales, son la base del cambio de modelo económico Y son las que más demanda de empleo y las que más capacidad de crecer tienen. Pero todo esto tiene la misma base: tener gente formada en software.
Buscamos que la tecnología pueda derramarse por todo el territorio”
P. ¿Faltan entonces profesionales para consolidar la llegada de empresas tecnológicas?
F. R. Andalucía necesita muchísimas más empresas y trabajadores. Simplificando mucho, diría que necesitamos personas que sepan programar, que no hay. Las empresas demandan mucho empleo y necesitamos profesionales que puedan ocupar esos puestos. Las empresas necesitan ahora ejércitos de personas y van a buscarlos a donde saben que los van a encontrar. Y Andalucía es uno de eso sitios, porque es de los lugares más interesantes del mundo para desarrollar la economía digital. ¿Cuál es el mayor elemento de atracción de empresa? Gente formada.
L P. Es un tema de oferta y demanda. Los jóvenes saben dónde está el trabajo, en las carreras técnicas y la FP técnica. Políticamente se deba apostar directamente por esas líneas. Estamos en comunión constante con las universidades, pero me siguen llamando las empresas diciendo que necesitan ingenieros, programadores, matemáticos, físicos, gente formada. Tenemos la capacidad, el clima y muchos argumentos para atraer a las grandes empresas y a los nómadas digitales. Lo que nos falta es formar, formar, formar.
F. R. Sí. Y creo que se debe cambiar radicalmente la formación desde primaria. Hay que empezar a formar en programación y todas sus variantes. La formación profesional tiene también que dedicar mucho más esfuerzo, la mitad de las contrataciones de las empresas viene de ahí. O empezamos a hacer esos cambios o tendremos muchos problemas. Sin gente, las empresas no van a venir. En Málaga hay un follón tremendo con los teletrabajadores, se los quitan entre las empresas. La población de la provincia creció unas 17.000 personas durante la pandemia, muchos de ellos teletrabajadores. Ellos atraen a las empresas, es el modelo a seguir, también para el resto de Andalucía.
Hay argumentos para atraer grandes empresas, lo que nos falta es formar”
P. ¿Es posible ese cambio de modelo?
F. R. La gente no cree que Andalucía pueda convertirse en un gran polo digital. Málaga está ahora de moda, pero debemos expandirlo al resto del territorio. Andalucía tiene infraestructura con sus parques, tenemos gente y lo más importante, los teletrabajadores, quieren venir a vivir aquí, a cualquier provincia. La vertebración del desarrollo de Andalucía como un todo, como una región innovadora, son los parques y todos tienen una universidad asociada. Eso es un valor andaluz. Este será el modelo que transformará Andalucía si somos capaces de tener gente suficiente y de atraer y crear empresas.
El teletrabajo se adueña del PTA
Constitución. El 20 de abril de 1990 empieza a trabajar la sociedad gestora del Parque Tecnológico de Andalucía.
Facturación. 2.104 millones de euros, un 3% inferior a la de 2019.
Número de empresas. 621 empresas.
Puestos de trabajo. 20.345 trabajadores, un 0,36% más que en 2019. El 57% son hombres, por el 43% de mujeres. Casi el 90% de sus empresas ha optado por el teletrabajo durante la pandemia.
PIB. El parque supone el 20% del PIB de la ciudad de Málaga, el 7% de la provincia y el 1,4% de la región.
L. P. Estamos viviendo un buen momento y si ahora somos capaces de aprovechar los fondos europeos, podemos convertirnos en el polo tecnológico referente en toda Europa. Estoy absolutamente convencido.
P. El desarrollo de parques tecnológicos en otras provincias andaluzas ¿genera competencia?
L. P. Los parques tenemos que generar un ecosistema de cooperación, servicios, infraestructura y calidad de vida, luego las empresas ya vienen solas. Cuando me preguntan qué me parece que el centro europeo de I+D de Vodafone esté en Málaga, respondo que creo que es maravilloso tener un lugar así a dos horas de Sevilla. Igual que ocurre con el centro JRC aquí. Se trata de cooperar, no existe competencia entre los parques. Al final, la decisión de una empresa es instalarse en un territorio, que es Andalucía, aunque luego haya algún componente personal o de proveedores o cualquier otro factor para ir a Málaga, Sevilla, Granada…Hay sitio para todos.
F. R. La aparición del teletrabajo es un elemento fundamental en todo esto. La gente quiere trabajar en el sur, en toda Andalucía, porque le gusta estar aquí. Antes tener una empresa de 100 trabajadores era un éxito, ahora las empresas que quieren venir tienen más de mil. Las razones para una empresa a decidir su ubicación son varias. La primera razón es la gente, es un atractivo. Lo segundo, infraestructuras: necesitan ubicarse en oficinas, aunque la necesidad de metros cuadrados se haya reducido por el teletrabajo. La tercera es vivienda. De tener o no todo eso depende la capacidad de crecimiento de Andalucía. Lo bueno es que ya tenemos los parques. Y todos aportan.
L. P. Sería un atrevimiento por mi parte decir que me siento ninguneado porque la Agencia Digital de Andalucía tenga su sede en Málaga, porque compartiremos equipo y mucha de su gente trabajará en Sevilla. Más aún, cuando la mayoría de agencias andaluzas, como Extenda, Idea o la Agencia Andaluza Energía están aquí por la capitalidad de Sevilla. Hay que repartir.
La gente quiere trabajar en el sur, porque le gusta estar aquí”
P. En la era del teletrabajo, ¿en qué beneficia a una empresa asentarse en un parque tecnológico?
F. R. Nosotros vemos el parque como la cabecera del sistema de innovación. No hay competición con la ciudad, porque formamos parte del mismo modelo. Ahora los teletrabajadores viven repartidos por los municipios de la provincia, fortaleciendo el ecosistema desde distintos puntos. El nuevo modelo de trabajo hace que la gente venga a trabajar uno o dos días cada semana y el resto se quede en casa, lo que facilita vivir en otras ciudades.
L. P. Nosotros tenemos más problemas de movilidad porque debemos acceder a través de pequeñas entradas. A cambio, somos un lugar urbano y la gente puede venir caminando, en bicicleta… por eso apostamos por la movilidad sostenible. No hay viviendas, pero sí el resto de servicios, incluso hay vida cultural los fines de semana. Debido a la cercanía a la ciudad tenemos menos problemas, sobre todo ahora por el teletrabajo. Aunque sí nos dicen, sobre todo las empresas de innovación, que trabajar a distancia 100% del tiempo no es rentable. La innovación del pasillo, del café, de compartir un espacio, las ideas espontáneas… eso lo pierden. Seguiremos necesitando espacios físicos en los que la gente comparta.
P. ¿Tienen los parques tecnológicos el reconocimiento de la ciudadanía?
L.P. A nosotros nos falta traspasar esa frontera. Tenemos una imagen de marca PCT Cartuja, donde los propios trabajadores y estudiantes son los principales embajadores, pero nos cuesta trasladar a Sevilla la potencia del parque. Hace 30 años éramos una huerta y un monasterio. Ahora aportamos el 7,8% del PIB de la provincia de Sevilla, el 14% de la ciudad y el 2% de Andalucía. Es cierto que nos falta derramarlo por la ciudadanía, hay quien piensa que esto es la Expo abandonada, y no. Nuestro plan es hacerle entender a la ciudad que le tienen aquí un ecosistema de innovación muy solvente y que será una opción de futuro para muchos de los jóvenes de Sevilla.
F. R. En Málaga el parque es una clara referencia. Y no solo porque represente el 20% de la economía de la capital o 20% de su empleo directo o indirecto. También porque la gente nueva que ha venido ha influido mucho en el desarrollo de la ciudad. Aquí todo el mundo conoce a alguien que trabaja en el parque, que es muy conocido y apreciado, aunque mucha gente no sepa muy bien lo que es.
El PCT Cartuja, el primero de la región
Constitución. Se inauguró el 13 de octubre de 1993 bajo el nombre de Parque Cartuja 93.
Facturación. Cerró 2020 con una actividad económica de 2.978 millones, un 2,6% más respecto de 2019. Representa el 10,9% del total del resto de parques científicos y tecnológicos de España.
Número de empresas. 536 empresas, un 2,5% más que en 2019.
Puestos de trabajo. 23.701 personas, un 4% más que en 2019. La mitad de trabajadores ronda entre los 30 y 50 años. El 42% de los puestos están ocupados por mujeres.
Aportación al PIB. La facturación agregada representa el 7,8% del PIB de la provincia de Sevilla y el 1,9% del PIB regional.
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