Verbena masiva de Sant Joan en las playas de Barcelona
60.000 personas acuden a la zona marítima de la capital catalana en la primera fiesta sin restricciones
Unas 60.000 personas llenaron la noche del jueves los cinco kilómetros de playas de Barcelona. Por primera vez desde que se inició la pandemia del coronavirus, el acceso a las playas por la verbena de Sant Joan no tuvo ningún tipo de restricción sanitaria ni tampoco controles de acceso. El resultado fue que miles de personas se instalaron en la arena de la playa barcelonesa para bailar, charlar, beber y esperar a que amaneciera.
Las playas más concurridas este Sant Joan fueron las del barrio de la Barceloneta, donde se apelotonaron centenares de personas, algunas incluso con tiendas de campaña. Muchos de los asistentes eran turistas, algunos sorprendidos por los petardos.
En el paseo Marítimo se instalaron decenas de lavabos portátiles y hubo mucha presencia de la Guardia Urbana y de ambulancias del Sistema de Emergencias Médicas. El pasado lunes, el intendente mayor de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez, ya alertó que las previsiones eran que el número de asistentes a las playas fuera entre 50.000 y 60.000 personas.
Sin embargo, a primera hora de este viernes, el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, ha informado que dos personas han matado esta pasada noche a puñaladas a un hombre de 41 años en la calle Lleida de Barcelona y posteriormente se han dado a la fuga. Batlle ha explicado que los Mossosd’Esquadra investigan este suceso, que ha ocurrido fuera del ámbito de celebración de la verbena en las playas de Barcelona.
La gran novedad este año ha sido el diseño de los recorridos seguros, desde la zona de ocio hasta las paradas del transporte público. En la plaza del Mar, un coche patrulla de la policía local alertaba con un letrero luminoso que Barcelona no iba a permitir conductas machistas. Justo en ese punto comenzaba uno de los trayectos seguros hasta las paradas de transporte público.
Los más perjudicados esta noche, como cada año, han resultado los vecinos de la Barceloneta, que han visto invadido su barrio por los millares de personas que han acudido a las playas. Los chiringuitos han hecho su agosto particular, aunque la vigilancia que se ejerció sobre ellos fue muy estricta, ya que tuvieron que cerrar las puertas a las 3.30 y no se les permitió que utilizaran equipos de música para atraer a clientes.
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