La Generalitat no encuentra explicación a la caída del nivel de compresión lectora de los alumnos catalanes
“No es un resultado que nos sorprenda”, asegura Educación, que no tiene previsto impulsar ninguna medida correctora nueva, hasta ver cómo funcionan las que ya están en marcha
La noticia del hundimiento del nivel de compresión lectora no ha causado en gran trasiego en el Departamento de Educación. “No es un resultado que nos sorprenda porque ya habíamos hecho las competencias básicas e indican un descenso”, admiten desde el Departamento. Según el estudio internacional PIRLS conocido este lunes, el resultado en comprensión lectora se desploma, convirtiendo Cataluña en la comunidad con peores resultados, solo por delante de Ceuta y Melilla.
PIRLS es un examen de carácter internacional, al que se someten los alumnos de 4º de primaria cada cinco años, y que mide el nivel de comprensión lectora. Los exámenes se realizaron en mayo de 2021, en plena pandemia, y en Cataluña participaron 927 alumnos de 50 centros (32 públicos y 18 privados). En la evaluación, a parte de España, hubo siete comunidades -más Ceuta y Melilla- que pidieron una ampliación de muestra, esto es, tener más participantes, con el objetivo de obtener resultados representativos propios. Cataluña fue una de ellas. Del resto, tres comunidades -las que obtuvieron una evaluación positiva- se esmeraron a publicarlos en plena campaña electoral. El resto, de las que se esperaban resultados más negativos, se esperaron. Cataluña ha sido una de las que se ha esperado y las sospechas se han confirmado.
En concreto, Cataluña obtiene 507 puntos, 15 menos que en la última edición del estudio, en 2016. La caída de la comunidad es tal, que solo queda por encima de Ceuta y Melilla, así como 15 puntos por debajo de la media de España (522) y 20 de la media europea (527). Además, la bajada es notablemente superior que la del global española, que ha sido de siete puntos.
Para el Departamento de Educación, los malos resultados en comprensión lectora ya hace tiempo que lo recogen las pruebas de competencias básicas que realiza en Departamento anualmente. Con todo, no encuentra explicación a por qué los resultados del PIRLS en Cataluña caen más que en otras comunidades. “La política educativa hasta ahora está dando estos resultados, así que tenemos que cambiar la política educativa”, concluyen desde Educación. En todo caso, los alumnos de este estudios están cursando actualmente sexto de primaria y este año han realizado las pruebas de competencia, así que el Departamento espera los resultados de esta evaluación para ver cómo sigue la tendencia.
Los detalles de los resultados
Viendo en detalle el informe del PIRLS, las chicas obtienen mejores resultados, y el 25% se sitúan en el nivel alto, mientras que en el caso de los chicos el porcentaje es del 22%. Aunque no hay diferencia significativa de resultados entre los alumnos de centros públicos y privados, sí lo hay, y mucho entre si el alumno es de origen inmigrante, habiendo hasta 38 puntos de diferencia con los nativos (es la segunda comunidad donde esta distancia es más grande). Asimismo, los estudiantes de municipios más pequeños obtienen mejores notas que los de las grandes ciudades.
Otro de los datos preocupantes de Cataluña es el poco gusto por la lectura. De las nueve comunidades estudiadas, la catalana es la que acumula un mayor porcentaje de alumnos que admite que no le gusta leer o solo un poco (56%), cuando el resto no superan el 45%, cifra que además es donde se sitúa la media española. También alarmante es la cifra sobre acoso: el 54% de alumnos asegura haber sufrido al menos una vez al mes algún tipo de acoso, la cifra más alta del resto de comunidades estudiadas y 11 puntos por encima de la media española.
Pero el PIRLS también incluye preguntas a los docentes sobre su satisfacción con la profesión. En este caso, el 81% de los profesores catalanes asegurar estar muy satisfechos, situándose en tercer lugar.
Medidas correctoras
Con todo, el Departamento ha avanzado alguna de las medidas del Plan nacional del libro y la lectura, que comparten los departamentos de Cultura y Educación, que se empezó a gestar hace un año y cuyos detalles se darán a conocer en julio. Entre las iniciativas, Educación ha anunciado el impulso de las bibliotecas escolares, a través de un plan piloto en 50 centros a partir del próximo curso -que durará dos años, pero se prevé extender a todos- para renovar estos espacios.
Según una encuesta que realiza cada cuatro años el Ministerio de Educación, en Cataluña solo en 57% de centros tenía biblioteca escolar en el curso 2019-20. No obstante, el Departamento relativiza las cifras y asegura que ya no se puede hablar de biblioteca escolar tradicional “porque los centros ya no tienen un espacio que hace de biblioteca, sino que los libros están repartidos por las aulas”.
Paralelamente, se buscará incentivar la lectura en las escuelas, aunque Educación recuerda que el nuevo currículo escolar establecido por la ley educativa estatal, la Lomloe, establece que en primaria hay que dedicar 30 minutos diarios a la lectura y un día a la semana en la ESO. Asimismo, también se busca favorecer la implicación de las familias, ya que el estudio revela la relación entre un buen hábito de lectura de los padres y un buen nivel de compresión lectora de los niños.
Con todo, se trata de medidas ya previstas con anterioridad. Educación no prevé poner en marcha ninguna iniciativa adicional ante estos malos resultados porque prefiere esperar a ver cómo funcionan las que actualmente ya están activas.
La opinión de los expertos
Los expertos consultados también admiten que es difícil encontrar una explicación clara al comportamiento de los resultados catalanes, pero lo atribuyen a una confluencia de factores, como el efecto de la pandemia, la implicación de las familias y el papel de las pantallas. “También da la sensación que no se está detectando el problema y que hay una falta de conciencia y un autocomplacencia por parte del profesorado”, apunta Enric Prats, profesor en Pedagogía Internacional de la Universidad de Barcelona. Prats se muestra especialmente preocupado porque, según la encuesta, el gusto de la lectura es muy bajo. “Esto es clave porque es lo que condiciona la comprensión, y también es alarmante porque son niños de primaria y el hábito por la lectura decae en la secundaria”.
Marta López, directora de Lecxit, el programa de lectura para el éxito educativo de la Fundación Bofill, también considera que hay problemas sistémicos: “La enseñanza de la lengua debería ser el centro del aprendizaje, y no lo es. No estamos enseñando lo suficientemente bien”, sentencia. Y critica la inacción de Educación durante estos años. “Hemos tenido varias alarmas, pero el Departamento no ha actuado con la contundencia que hubiera sido necesaria”.
Para Prats, la solución pasaría por reforzar la presencia de especialistas en bibliotecas en los colegios, “habilitar más espacios y tiempo para dignificar la lectura y reducir el tiempo de las pantallas”. López también reclama más recursos tanto para la escuela, sino también para acciones en el ámbito familiar, programas de lectura de verano e impulso de las bibliotecas públicas.
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