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El aumento de osos en Cataluña resucita el temor de los ataques al ganado

El avistamiento de dos ejemplares en el Pirineo Catalán preocupa al sector ganadero, que ha reclamado a la Generalitat medidas más claras

Osos Cataluña
Oso pardo en un bosque de los Pirineos.jezphotos (Getty)

El avistamiento de osos pardos en núcleos urbanos cercanos al Pirineo catalán ha resucitado viejos temores entre los ganaderos de ovino, que sacaron los tractores a comienzos de semana en Sort (Lleida) y en Llavorsí (Lleida) para exigir al Govern una mejora en la gestión de los plantígrados y una mayor protección ante los posibles ataques a su ganado. En el último censo del Grupo de Seguimiento Transfronerizo del Oso Pardo en el Pirineo (GSTOP), correspondiente al año 2023, se detectaron 83 osos en el Pirineo aragonés, catalán y francés. El rastro de 41 de ellos se localizó en las comarcas del Aran, Pallars Sobirà, Pallars Jussà, la Alta Ribagorça y el Alt Urgell.

Raquel Serrat, responsable de Medio Rural del sindicato Unió de Pagesos, explica por teléfono que el problema comenzó en 2014, cuando se reintrodujeron ejemplares con el programa europeo Piro’s Life. “Estas últimas semanas se han visto osos muy cerca, a unos 40 metros de los pueblos con ganado. Hay cierto miedo porque somos quienes sufrimos las pérdidas”, explica Serrat, quien asegura que los ayuntamientos de las poblaciones donde se han producido los avistamientos ya han recibido llamadas de turistas para conocer la seguridad de las rutas senderistas. “Nos achacan que creamos alarmismo, pero la realidad es que tarde o temprano pasará una desgracia. Pedimos a la Generalitat que haga una gestión adecuada y marque un protocolo de actuación claro si aparece un oso agresivo porque se pone en riesgo la vida de la gente”, detalla la responsable del sindicato agrícola.

El temor a un posible ataque de los plantígrados se ha extendido entre las localidades del monte catalán, según Serrat, aunque no se ha producido ningún asalto contra la población civil. Los datos de 2023 de la Fundación Oso Pardo (FOP), una organización que busca la conservación y la coexistencia pacífica con el oso pardo en la Cordillera Cantábrica y en el Pirineo aragonés y catalán, reflejan que en todo el año hubo 34 ataques (19 a la apicultura, 14 a la ganadería ovina y caprina y uno a un ternero) que se tradujeron en 8.420 euros de indemnizaciones. Guillermo Palomero, presidente de FOP, afirma que no es extraño avistar a los plantígrados cerca de un núcleo urbano. “Son situaciones absolutamente normales en poblaciones enclavadas en la montaña, por donde pasan jabalíes, ciervos y todo tipo de fauna. Más en una época en que los osos machos, adultos y jóvenes, se dispersan para buscar hembras. Cuando son avistados es porque están curioseando y suelen marcharse sin mayor incidencia”, remarca Palomero, quien también resalta que los daños en la apicultura y la ganadería son “escasos” y no suponen un problema para la convivencia.

Ganado que no quiere acceder donde hay evidencias de presencia de osos

Los sindicatos ganaderos, que afirman que no habrá más manifestaciones a corto plazo, alertan que parte del ganado que sube en verano a las montañas no quiere acceder a ciertas zonas porque encuentran rastros de presencia de osos, lo que aumenta las probabilidades de un incendio forestal por el pasto que se crea. El presidente FOP insiste en que, aunque el sector más afectado es la ganadería ovina extensiva, las movilizaciones de esta semana y las futuras no están justificadas porque “se ha trabajado mucho desde 2014″ en el Valle de Aran y en la comarca de Pallars para “garantizar la coexistencia pacífica con una población de osos que crece poco a poco”.

El proyecto Piro’s Life estableció una serie de medidas como la agrupación de rebaños, la incorporación de pastores, la construcción de cabañas y la instalación de cercados electrificados donde el ganado pasaba la noche para prevenir los ataques de los plantígrados. “Nunca puedes garantizar que no exista ningún tipo de daño, pero con este programa los asaltos fueron disminuyendo hasta ser mínimos. No se puede culpar al oso de la caída de la ganadería extensiva”, afirma Palomero, quien remarca que la Generalitat y las entidades comarcales hacen una labor de seguimiento “ejemplar”.

El oso pardo es una especie prioritaria en la directiva de hábitats de la Unión Europea que obliga a las Comunidades Autónomas a garantizar su conservación. Los 83 osos del censo de la población pirenaica son insuficientes para garantizar la supervivencia de estos ejemplares, donde se han detectado 11 familias con 16 oseznos, como explica Palomero: “No hay que tener prisa para que siga aumentando. Lo importante es trabajar para que ese crecimiento vaya asociado a una aceptación social y que los daños de la ganadería extensiva continúen siendo mínimos”.

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