La triple reivindicación de Díaz Ayuso en la ceremonia del Dos de Mayo más polémica

El Dos de Mayo más polémico es el Dos de Mayo de la reivindicación. Reivindicación de Cristina Cifuentes, dice el analista Ignacio Martín Granados, porque Isabel Díaz Ayuso le entregará la medalla de la Comunidad en el acto institucional más importante de la región tras el escándalo del caso máster (en el que finalmente fue absuelta). Reivindicación de las siglas del PP, coincide su colega Verónica Fumanal, porque la líder recuperará la tradición de premiar a los expresidentes, rota en 2016 para no condecorar a Ignacio González por su implicación en casos de corrupción. Y reivindicación del proyecto de Díaz Ayuso, se quejan los partidos de la oposición, porque la ceremonia servirá para impulsar subliminalmente su candidatura a solo dos días de las elecciones del 4-M.

Más información

El 2 de mayo más electoral dispara la tensión entre los partidos

Díaz Ayuso se lanza a por los indecisos de PSOE, Cs y Vox

“El premio a Cifuentes es una forma de reivindicarse, de demostrar fuerza, y que da igual lo que opinen de ellos”, afirma Martín Granados, vicepresidente de la Asociación de Comunicación Política, sobre la idea de devolver al corazón de la política madrileña, siquiera por un instante, a la expresidenta, que dimitió en 2018. “Ya sabemos cómo es el carácter de Isabel Díaz Ayuso, y que cuanto más polémica genere mejor para ella, porque lo que le interesa es que hablen de ella”, prosigue sobre la medalla a Cifuentes, que también recibirá otro expresidente, Ángel Garrido, tras dejar el PP por Cs. “Es una provocación más hacia el resto de partidos”, añade. “No sé cómo no lo ha prohibido la junta electoral. El ánimo electoralista del acto es total: les han concedido a los niños la Gran Cruz de la orden de mayo, y todos los padres han recibido un correo firmado por Isabel Díaz Ayuso anunciándolo”.

Verónica Fumanal, asesora política que ha trabajado, entre otros, con Pedro Sánchez y Albert Rivera, coincide: “Es un gesto que reivindica la tradición de dar las medallas a los expresidentes, y que se truncó con la corrupción”. “De alguna manera, es menospreciar el impacto que ha tenido la corrupción en la comunidad, y poner el partido y las siglas por delante de todo”, opina. “Durante toda la campaña, la junta electoral ha apercibido a la presidenta por usar los actos institucionales en beneficio propio, y en esta ocasión hay que esperar que (también) use el acto como un reclamo electoral”, argumenta. La asesora política concluye: “Será algo muy medido, donde las imágenes, controladas desde presidencia de [la Puerta del] Sol, estarán muy circunscritas a los intereses de la presidenta, más que al interés informativo”.

Por primera vez en las tres últimas décadas, Telemadrid no producirá la imagen televisiva del acto cívico-militar. Eso ha provocado que los partidos de la oposición hayan expresado su preocupación por el uso electoralista que le pueda dar a la ceremonia Díaz Ayuso. A dos días del paso por las urnas, cualquier gesto puede influir en el resultado. Y por eso el PSOE ha reclamado a la junta electoral provincial que la aspirante no pronuncie ningún discurso, con el argumento de que esta festividad, en cuya organización se gastarán más de 50.000 euros, no debe convertirse en el “escaparate electoral de una sola de las formaciones concurrentes” a las elecciones del 4-M.

Una petición que probablemente rechazará el órgano que regula las elecciones, ya que no se pronuncia preventivamente sobre hechos que no han ocurrido, y que ha indignado a la interpelada.

Díaz Ayuso exclamó durante un acto el viernes en Móstoles: “Pretenden que la presidenta de la Comunidad de Madrid no participe de una fiesta que desde 1808 dice que los españoles, cuando nos levantamos para defender nuestra unidad, y nuestra libertad, somos imparables. ¡Pues lo intentan impedir!”. “Vamos a dar un ejemplo de lo que es la utilización correcta de las instituciones, y no la mezcla de las instituciones y el partido, como si estuviéramos en una república bananera, que es como trata el presidente del Gobierno [Pedro Sánchez] a nuestro país”, añadió sobre la ceremonia, a la que solo podrán asistir 80 invitados, autoridades incluidas.

El enemigo, dijo entonces Díaz Ayuso, no tiene cara y ojos. Pero sí nombre. Es el virus. Y el paro. Ocurre que la presidenta lleva toda la campaña centrando su estrategia, precisamente, en criticar la forma en la que el Ejecutivo central ha afrontado la pandemia, y también sus consecuencias económicas y sociales. Por eso será difícil que su discurso del 2 de Mayo no se interprete en clave electoral: diga lo que diga, dos días después hay que votar para decidir quién presiden la región hasta 2023, y cualquier intervención será escuchada en ese contexto.

Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter sobre Madrid