Una empresa “líder internacional” en cura del cáncer gestiona en la opacidad un centro público madrileño
La Comunidad de Madrid guarda silencio sobre GenesisCare, la multinacional australiana que controla las radioterapias oncológicas en el Hospital de Torrejón
Hace ocho años que la sanidad pública madrileña trata a enfermos de cáncer en un moderno centro en Torrejón de Ardoz gestionado hoy por una de las multinacionales “líderes” en la cura de esta enfermedad, la australiana GenesisCare. Pero esa información y su coste para las arcas públicas no aparece en la web del hospital o en el Portal de Transparencia autonómico ni ha sido revelada por ninguna autoridad de la Comunidad de Madrid en todo este tiempo. La web de GenesisCare silencia su presencia en este centro público, la unidad de Oncología Radioterápica del Hospital de Torrejón, a pesar de que en un mapa los usuarios pueden consultar la geolocalización de sus más de 400 centros por Estados Unidos, Australia y Europa, incluidos dos hospitales privados en Madrid.
La opacidad es tal que la Consejería de Sanidad tampoco ha revelado quién gestiona el centro en respuesta esta semana a una solicitud de información por la vía de la Ley de Transparencia planteada por un grupo de sanitarios, la Asociación Madrileña de Enfermerías (AME), a quienes les había extrañado el hermetismo sobre ese centro. Conociendo este silencio por medio de esa asociación, EL PAÍS ha preguntado a una portavoz del hospital que ha revelado que GenesisCare gestiona este centro, pero la información sigue estando ausente en la web. La instalación para el cáncer abrió en 2014, cedida a una empresa española que dos años después fue adquirida por GenesisCare.
La asociación de sanitarios había pedido los pliegos de cláusulas técnicas y administrativas del centro de radioterapia y la Consejería de Sanidad se ha limitado a contestar que es ajena a la construcción y gestión de esa instalación. Ese hospital público, inaugurado en 2011, está cedido a la empresa Torrejón Salud SA, que tomó la iniciativa de levantar el centro de radioterapia y subcontratarlo, previa autorización de la Consejería.
Los madrileños pueden encontrar información sobre Torrejón Salud SA en la web de la Comunidad de Madrid, aunque desactualizada (la última liquidación es de 2013), pero no hay dato alguno sobre quién se encarga del centro de cáncer.
Un portavoz de AME, Víctor Jiménez, se muestra insatisfecho con la falta de información por parte de la Consejería de Sanidad. Achaca este silencio al oscurantismo que encubre la gestión y las cuentas de los 11 hospitales públicos de gestión privada que puso en marcha el Gobierno regional en tiempos de la presidenta Esperanza Aguirre: “Son negocios muy importantes por su volumen de dinero, pero no quieren que se conozcan”. La deuda oculta de la Comunidad de Madrid con las empresas que gestionan estos centros es desconocida, pero el año pasado este periódico reveló que la contraída con cuatro de esos hospitales gestionados por otro gigante de la sanidad privada, Quirónsalud, ascendía al menos a 1.248 millones de euros. Según sus últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, GenesisCare ingresó 30 millones de euros por toda su actividad en España en 2020.
El hospital de Torrejón, uno de los 34 hospitales del sistema madrileño de salud, fue construido y gestionado por Torrejón Salud SA, cuyo accionariado perteneció originalmente a varias empresas españolas y es controlado desde 2018 por la corporación estadounidense de la salud Centene (en el puesto 24 del ranking Fortune 500). En cuanto a GenesisCare, fundada en 2005 en Brisbane (Australia), está controlada según su web por dos grandes fondos: el estadounidense KKR y el chino China Resources Group.
El centro de radioterapia es un edificio de 1.276 metros cuadrados anexo al hospital que fue inaugurado por el presidente autonómico Ignacio González en octubre de 2014. Era un costoso centro de alta tecnología, que incluía dos búnkeres para controlar las emisiones radioactivas. La información que distribuyeron el hospital y la Comunidad indicaba que los siete millones de euros de inversión correspondían íntegramente a la empresa concesionaria pero no entraba en los detalles sobre cómo la empresa recuperaría ese dinero y potencialmente se lucraría, a pesar de que en última instancia esa factura y la de los tratamientos que se llevaran a cabo en adelante correría a cargo de los contribuyentes madrileños. La Consejería de Sanidad paga al hospital por cada paciente tratado de acuerdo con unas tarifas estipuladas.
Rodeado de sanitarios con batas blancas, el presidente González descorrió una placa en la inauguración: “Hoy inauguramos este centro que ha supuesto un esfuerzo económico extraordinario para la propia empresa, que son siete millones de euros, para dotarle de un equipamiento tecnológico, que es como nos ha explicado el doctor el más avanzado que podemos encontrar en el mercado”. Preveían que 850 pacientes fueran tratados al año. Según la última memoria del hospital, 1.363 pacientes pasaron por el centro en 2020.
“Oportunidad para hacer negocio”
Antes de su apertura, la oposición en la Asamblea madrileña a los presidentes Aguirre y González criticó este centro de radioterapia como una “oportunidad para hacer negocio”. El PSOE censuró a la Comunidad de Madrid por haber ubicado el centro en Torrejón, un hospital público gestionado por una empresa privada que factura a la Comunidad por cada paciente, en lugar del cercano Hospital de Alcalá de Henares, público al 100%. Además, el diputado socialista José Manuel Freire criticó la falta de criterio señalando que los doctores del pequeño hospital de Torrejón únicamente atendían 145 tumores al año y los de Alcalá a 939.
Freire, que hoy ha dejado la política y es profesor emérito en la Escuela Nacional de Sanidad, observa que la opacidad ha rodeado durante años a los hospitales gestionados con fórmulas privatizadoras, pero considera que el caso del centro de radioterapia de Torrejón es “un ejemplo extremo de oscurantismo”. Freire se enteró de que el servicio de radioterapia en Torrejón había sido subcontratado porque hizo una pregunta en la Asamblea en 2014 a un alto cargo de la Consejería de Sanidad, el director general de Atención Especializada, Mariano Alcaraz, quien le respondió que su Gobierno había autorizado a Torrejón Salud SA para que subcontrataran a la empresa Radiocirugía San Francisco de Asís SA. Ese es el nombre de la empresa española que inicialmente se encargó del centro y que en 2016 fue absorbida por GenesisCare, según informaciones de la prensa especializada. Para conseguir más información, la portavoz del hospital recomienda a EL PAÍS consultar el Portal de Transparencia de la Comunidad, donde no aparece nada más. Una portavoz de GenesisCare tampoco ha aportado más datos.
El diseño de los contratos de los hospitales públicos “privatizados” favorece que estos centros busquen atraer a pacientes de fuera de su población de referencia, porque la Comunidad les paga un plus por esos servicios extra. De este modo, las empresas que gestionan esos hospitales tienen el incentivo de buscar servicios especiales ausentes en otros hospitales cercanos. Por ejemplo, el Hospital de Torrejón que tiene asignada la atención a 153.000 madrileños de su zona es conocido en Madrid porque ofrece a las madres de toda la región la oportunidad de dar a luz en el agua.
Para la población madrileña, la radioterapia oncológica de Torrejón es un servicio como el de cualquier hospital público. En todos aparece el logo de Salud Madrid, pero algunos tienen detrás una empresa que hace caja en la oscuridad.
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