Contenedores de lujo para los ricos frente a basura que rebosa en las zonas pobres de Madrid
El Ayuntamiento de Madrid instala modernos basureros soterrados en el Centro y renueva los de Salamanca sin tener en cuenta en el plan a los barrios más humildes
Que la basura no empañe la foto, que el hedor de restos recalentados por el sol no amargue la merienda a nadie en la plaza de Santa Ana, tampoco en la calle Lagasca. El Ayuntamiento de Madrid se ha puesto manos a la obra para soterrar los contenedores tradicionales dispuestos en el distrito Centro, en 30 ubicaciones, y a renovar los que ya existían en una de las zonas más ricas de la capital, el de Salamanca. En el plan, que incluye la renovación de otros 30.000 contenedores tradicionales —más modestos, casi idénticos a los anteriores, pero con más capacidad— excluye al resto de distritos, pese a que uno de cada tres madrileños está preocupado por la suciedad de sus calles, según una encuesta municipal. Bajo el escudo de lugares lo suficientemente “emblemáticos”, se quedan fuera otros para los que la basura continuará en la superficie.
El delegado de Medio Ambiente, Urbanismo y Movilidad, Borja Carabante, presentó la semana pasada el modelo de un nuevo y moderno contenedor, una mole que se encaja en el subsuelo, pero que no estorba a la vista. El viandante solo percibirá que ahí hay tres papeleras de reciclaje, aunque bajo la abertura quepan más de 3.000 litros de deshechos. Tapa abatible más ancha —para evitar cartones amontonados que pueblan las aceras—, sistema de cierre automático, “permitiendo su accionamiento con el puño o con el codo”. Son además contenedores inclusivos, aunque no hay datos de que en estas zonas emblemáticas haya más personas ciegas o con algún tipo de discapacidad que en otros rincones de la capital que no podrán disponer de ellos: “Se ha desarrollado una maneta inclusiva para personas con discapacidad en la tapa abatible”; “Asimismo, llevan instalada una señalética especial en braille”.
Un lujo de contenedor que promete disminuir el ruido, la contaminación que provoca la basura a la intemperie, “los olores desagradables y el riesgo de vandalismo”. Pero sobre todo se busca, según señaló el propio Carabante frente a la presentación de uno de ellos, “mejorar el impacto visual y la estética”. La estética, la inclusión, el ruido, la contaminación, el olor y el vandalismo en las zonas más deprimidas no son de momento la prioridad.
“¿Y no se contempla fuera del distrito Centro soterrar también contenedores?”, le preguntó una periodista al concejal. “De momento, es una solución que está contemplada en los contratos vigentes, que solo hemos establecido en el distrito Centro y la renovación de los del distrito de Salamanca”, respondió Carabante. “Dentro de ese contrato que se licitó, venía la renovación de los 30.000 y ubicaciones nuevas en el distrito Centro, como digo, porque muchas veces el distrito Centro tiene un mayor impacto visual y sobre todo hay una menor disponibilidad de espacio, los contenedores en superficie son más anchos, requieren una superficie mayor, que en el Centro es muy difícil muchas veces disponer de ella”, agregó.
El distrito de Salamanca no sufre graves problemas de aceras estrechas, intransitables, como sí lo hacen otros lugares de Madrid más al sur, por ejemplo, las laberínticas calles de Puente de Vallecas. El delegado explicó que los contenedores que renovarán en Salamanca llevan soterrados desde 2010. Un rincón conocido como la Milla de Oro, cuyo principal atractivo turístico son las lujosas tiendas de ropa, joyerías y restaurantes. Tampoco desde el Ayuntamiento se explicó por qué la estética del resto de distritos y el “impacto visual” de sus habitantes no está contemplado en el plan de los nuevos contenedores.
Para las zonas que no contarán, según el plan, con contenedores soterrados, los nuevos contarán con una carga lateral (12.000, mayor capacidad y serán de material “100% renovable”. “Son más accesibles y ergonómicos y tienen una altura homogénea de 150 centímetros, lo que permite que el vaciado y el mantenimiento sea más sencillo”, rezaba la nota de prensa, que acompañaba a la presentación que hizo el alcalde José Luis Martínez Almeida, junto a Carabante, en junio. El contrato para la renovación de los contenedores de toda la capital se aprobó en mayo de 2022 con una inversión de 1.506 millones de euros, que incluye también la recogida y transporte de residuos, según el comunicado del ayuntamiento de junio.
Limpieza desigual
La medida municipal llega en un contexto en el que uno de cada tres madrileños se ha mostrado preocupado por la suciedad de la zona donde vive, según la última encuesta del Ayuntamiento de Madrid de febrero de 2023. En una investigación que hizo EL PAÍS se desveló cómo el dinero que destina el ayuntamiento a la limpieza de los distintos barrios de Madrid supone un reflejo de la desigualdad que se vive a pie de calle. El lote que agrupa a Puente de Vallecas, junto a Vicálvaro, Moratalaz y Villa de Vallecas es el que menos recibe: algo más de 242 millones de euros. Son 41 millones menos que el lote destinado al barrio de Salamanca, Retiro, Chamartín y Arganzuela. La diferencia entre un paquete y otro no está solamente en la renta de sus habitantes, sino también en la superficie a limpiar, cuatro veces más grande en el que tiene menos presupuesto.
Concretamente, los distritos del sur de la M-30 reciben un presupuesto menor que los del norte, a pesar de que en conjunto son más grandes. La renta media del bloque de distritos de Arganzuela, Salamanca, Retiro y Chamartín es de 22.303 euros, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Son casi 7.000 euros por encima de la media de Madrid, y 10.526 euros más que la media que conforman Puente de Vallecas, Moratalaz, Villa de Vallecas y Vicálvaro. El otro paquete de distritos del sur agrupa a Carabanchel, Villaverde y Usera, que cuentan con una partida de 262 millones. Estos distritos son casi tres veces más grandes que el conjunto de Chamberí, Centro y Tetuán, que son los que más dinero reciben para la limpieza: más de 315 millones.
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